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<p>«Este nihilista de punta en blanco no retrocede ante la acción: clava sus espuelas a todo lo que, de cerca o de lejos, huele a filisteo, y se muestra implacable salpicando con su silencio a los sargentos reclutadores de la revolución o a sus estrategas... "¿Qué es una revolución?" espetaba Théophile Gautier entre dos caladas de hachís. "La gente se pega tiros en la calle; así se rompen muchos cristales; sólo los vidrieros encuentran provecho en ello. El viento se lleva el humo: los que están encima ponen a los otros debajo; la hierba será más bella la primavera siguiente; un héroe hace crecer excelentes guisantes".»</p>
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<p>Muy pocos filósofos son capaces de escribir de forma que atraigan el interés del público en general, sin renunciar por ello a un pensamiento original y sin concesiones a los intereses creados. Leszek Kolakowski es, sin lugar a dudas, uno de ellos. Desde los males del socialismo real hasta la relevancia de la religión en las sociedades contemporáneas, Kolakowski se revela como un profundo conocedor tanto de la urdimbre filosófica de los totalitarismos como de las más esotéricas corrientes del cristianismo, y esta destreza le permite establecer brillantes paralelismos entre ambos, a la vez que denuncia el maniqueísmo y las escatologías tanto religiosas como políticas.</p>
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<p>A pesar de la incesante autorreflexión de la crítica teórica, cabe señalar que se han descuidado, o quizás más bien se han descartado irónicamente, las cuestiones de su propia denominación. La pregunta sobre las causas de la ausencia del posestructuralismo en Francia que se hace Johannes Angermuller pretende poner fin a esta situación. Su proyecto consiste en situar, social e históricamente, las disparidades entre los fenómenos teóricos franceses y angloamericanos: en Francia, el posestructuralismo no existe como término unificador, mientras que en el mundo anglosajón se invoca con frecuencia para categorizar a los pensadores franceses. Así pues, la pregunta fundamental del libro orbita en torno a la siguiente idea, ¿qué está todavía en juego en lo que antes se llamaba posestructuralismo o, más en general, en lo que genéricamente era la Teoría Francesa? Con ello nos obliga a reflexionar sobre la tensión entre la crítica y su momento de enunciación, así como sobre la brecha temporal que separa el análisis de su objeto, utilizando en especial los conceptos y la metodología de Pierre Bourdieu como clave de análisis.</p>
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<p><em>Ensayo sobre el pensameinto reaccionario</em> es una recopilación de textos que poseen un denominador común: todos versan sobre la personalidad de algunos de los escritores que más han interesado al extraordinario pensador rumano.</p> <p>Desde el ultraconservador Joseph de Maistre -el "gran genio de nuestro tiempo, ¡un vidente!", en opinión de Baudelaire-, que le sirve de pretexto para hacer un lúcido análisis del pensamiento reaccionario, sorprendentemente actual, hasta Leopardi, pasando por el ajuste de cuentas que lleva a cabo con Valéry, el denso comentario a la poesía de Saint-John Perse, los agridulces comentarios sobre Scott Fittgerald o los espléndidos retratos de Beckett, Borges,Michaux, Gabriel Marcel, Mircea Eliade o María Zambrano.</p>
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<p>En el demo ateniense de Alopece nació Sócrates, hijo de un escultor y una comadrona; corría el año 470 a.C. Sirvió militarmente a su ciudad en las batallas de Potidea, Delio y Anfípolis. Fue reconocido y estimado por sus camaradas de armas como un gran hoplita por la valentía demostrada en combate. Reacio a participar en la política activa de Atenas, sin embargo, jamás desobedeció las leyes patrias. Por azar le tocó ser epistátes en el deplorable juicio a los generales atenienses de la Batalla de las Arginusas. A lo largo de su dilatada vida, pues alcanzó los 71 años, conoció en su juventud el esplendor de la Atenas de Pericles; en su madurez vio y vivió las terribles pulsiones por el poder entre los estamentos democráticos y oligárquicos de la ciudad, así como la rendición absoluta a las fuerzas lacedemonias de la otrora gloriosa Atenas. En su vejez, tras la destrucción de los muros de la ciudad de Atenea y las acciones terribles ejecutadas por ciertos atenienses, que de alguna manera se relacionaban intelectualmente con Sócrates, así como por los soterrados odios y recelos acumulados durante años por ciertos segmentos de la ciudadanía más reaccionaria, finalmente, Sócrates fue condenado y ejecutado como un terrible y peligroso criminal para Atenas. ¿Cuál fue el deleznable delito que el padre de la ética, de la filosofía política y del método dialéctico de indagación, cometió? Sócrates fue el maestro e inspirador de variadas corrientes filosóficas y, por ende, maestro de filósofos. No obstante, sobre este filósofo, considerado como uno de los más señalados de la tradición occidental, así como universal, se cierne un enigma esencial: el arcano de lo divino, la quisicosa de lo religioso. Sócrates fue considerado públicamente por el oráculo de Delfos como el hombre más sabio. ¿Cómo se entiende que Atenas, autoproclamada como insigne escuela de la Hélade, matara a aquel de sus hijos señalado por el dios Apolo como el más sabio de entre los hombres?</p>
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<p>«Hablemos del mundo, del cual el hombre ha desaparecido. Se trata de desaparición, y no de agotamiento, extinción o exterminio. El agotamiento de los recursos y la extinción de las especies son procesos físicos o fenómenos naturales. Y toda la diferencia radica en que es muy probable que la especie humana sea la única en haber inventado un modo específico de desaparición, que no tiene nada que ver con la ley de la naturaleza. Quizás incluso un arte de la desaparición.» J.B.</p> <p>«Así, podemos concebir la modernidad como la aventura inicial del Occidente europeo, luego como una inmensa farsa que se repite a escala planetaria, en todas las latitudes adonde se exportan los valores occidentales, religiosos, técnicos, económicos y políticos. Esta «carnavalización» pasa por los estadios, también históricos, de la evangelización, la colonización, la descolonización y la globalización. Lo que más nos cuesta ver es que esta hegemonía, esta influencia de un orden mundial cuyos modelos –no solo técnicos y militares, sino también culturales e ideológicos– parecen irresistibles, viene acompañada de una reversión extraordinaria a través de la cual este poder es lentamente minado, devorado, «canibalizado» por aquellos mismos a quienes «carnavaliza». J.B.</p> <p>Prólogo de Elena Benarroch - Posfacio de Ignacio Castro.</p>
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<p>La filósofa Patricia Manrique ha logrado en poco más de 200 páginas algo que parecía imposible: llevarnos en un profundo viaje filosófico, hacer temblar algunos de nuestros espacios de confort militante y estimular una visión política, polética y polírica que haga de la utopía algo tan cercano como nuestra escalera de vecinas.</p> <p>Las ideas que pone en juego Patricia Manrique provienen del pensamiento radical occidental, de los feminismos del sur o incluso de algunos de los núcleos de resistencia originarios para devolvernos, al final del viaje, a nuestras comunidades de vida cotidianas. Este libro es un profundo cuestionamiento a la racionalidad neoliberal, “un canto al placer en la defensa de la vida, a la dicha que proporciona vivirla sabiendo que no estamos solas y a una felicidad que procura una nueva riqueza que nada tiene que ver con el capital y que, poco a poco, estamos inventado en común”.</p>