filosofía

  • <p><em>Ensayo sobre el pensameinto reaccionario</em> es una recopilaci&oacute;n de textos que poseen un denominador com&uacute;n: todos versan sobre la personalidad de algunos de los escritores que m&aacute;s han interesado al extraordinario pensador rumano.</p> <p>Desde el ultraconservador Joseph de Maistre -el &quot;gran genio de nuestro tiempo, &iexcl;un vidente!&quot;, en opini&oacute;n de Baudelaire-, que le sirve de pretexto para hacer un l&uacute;cido an&aacute;lisis del pensamiento reaccionario, sorprendentemente actual, hasta Leopardi, pasando por el ajuste de cuentas que lleva a cabo con Val&eacute;ry, el denso comentario a la poes&iacute;a de Saint-John Perse, los agridulces comentarios sobre Scott Fittgerald o los espl&eacute;ndidos retratos de Beckett, Borges,Michaux, Gabriel Marcel, Mircea Eliade o Mar&iacute;a Zambrano.</p>
  • <p>En el demo ateniense de Alopece naci&oacute; S&oacute;crates, hijo de un escultor y una comadrona; corr&iacute;a el a&ntilde;o 470 a.C. Sirvi&oacute; militarmente a su ciudad en las batallas de Potidea, Delio y Anf&iacute;polis. Fue reconocido y estimado por sus camaradas de armas como un gran hoplita por la valent&iacute;a demostrada en combate. Reacio a participar en la pol&iacute;tica activa de Atenas, sin embargo, jam&aacute;s desobedeci&oacute; las leyes patrias. Por azar le toc&oacute; ser epist&aacute;tes en el deplorable juicio a los generales atenienses de la Batalla de las Arginusas. A lo largo de su dilatada vida, pues alcanz&oacute; los 71 a&ntilde;os, conoci&oacute; en su juventud el esplendor de la Atenas de Pericles; en su madurez vio y vivi&oacute; las terribles pulsiones por el poder entre los estamentos democr&aacute;ticos y olig&aacute;rquicos de la ciudad, as&iacute; como la rendici&oacute;n absoluta a las fuerzas lacedemonias de la otrora gloriosa Atenas. En su vejez, tras la destrucci&oacute;n de los muros de la ciudad de Atenea y las acciones terribles ejecutadas por ciertos atenienses, que de alguna manera se relacionaban intelectualmente con S&oacute;crates, as&iacute; como por los soterrados odios y recelos acumulados durante a&ntilde;os por ciertos segmentos de la ciudadan&iacute;a m&aacute;s reaccionaria, finalmente, S&oacute;crates fue condenado y ejecutado como un terrible y peligroso criminal para Atenas. &iquest;Cu&aacute;l fue el deleznable delito que el padre de la &eacute;tica, de la filosof&iacute;a pol&iacute;tica y del m&eacute;todo dial&eacute;ctico de indagaci&oacute;n, cometi&oacute;? S&oacute;crates fue el maestro e inspirador de variadas corrientes filos&oacute;ficas y, por ende, maestro de fil&oacute;sofos. No obstante, sobre este fil&oacute;sofo, considerado como uno de los m&aacute;s se&ntilde;alados de la tradici&oacute;n occidental, as&iacute; como universal, se cierne un enigma esencial: el arcano de lo divino, la quisicosa de lo religioso. S&oacute;crates fue considerado p&uacute;blicamente por el or&aacute;culo de Delfos como el hombre m&aacute;s sabio. &iquest;C&oacute;mo se entiende que Atenas, autoproclamada como insigne escuela de la H&eacute;lade, matara a aquel de sus hijos se&ntilde;alado por el dios Apolo como el m&aacute;s sabio de entre los hombres?</p>
  • <p>Ning&uacute;n pensador del siglo XX ha ido tan lejos como Simone Weil en la comprensi&oacute;n de lo que es la desdicha en la condici&oacute;n humana. No es ajeno a la radicalidad de su enfoque el hecho de que se trata de una mujer, y de una mujer desdichada. Pero tampoco el hecho de que haya sido mujer explica sin m&aacute;s el car&aacute;cter, a la vez profundo y conmovedor, de sus consideraciones sobre la desdicha. Simone Weil fue una mujer excepcional, de una sensibilidad para captar las implicaciones de la vida desgraciada de los seres humanos que no tiene parang&oacute;n en la filosof&iacute;a occidental. No hay duda de que esta sensibilidad tiene en ella una dimensi&oacute;n profundamente religiosa y m&iacute;stica. Pero lo admirable, en su caso, es que esta dimensi&oacute;n religiosa de su pensamiento haya ido de la mano con la preocupaci&oacute;n social y el inter&eacute;s por la ciencia y que haya cuajado en una coherencia pr&aacute;ctica que nos deja sin palabras para calificar su conducta.</p>
  • <p>A pesar de la incesante autorreflexi&oacute;n de la cr&iacute;tica te&oacute;rica, cabe se&ntilde;alar que se han descuidado, o quiz&aacute;s m&aacute;s bien se han descartado ir&oacute;nicamente, las cuestiones de su propia denominaci&oacute;n. La pregunta sobre las causas de la ausencia del posestructuralismo en Francia que se hace Johannes Angermuller pretende poner fin a esta situaci&oacute;n. Su proyecto consiste en situar, social e hist&oacute;ricamente, las disparidades entre los fen&oacute;menos te&oacute;ricos franceses y angloamericanos: en Francia, el posestructuralismo no existe como t&eacute;rmino unificador, mientras que en el mundo anglosaj&oacute;n se invoca con frecuencia para categorizar a los pensadores franceses. As&iacute; pues, la pregunta fundamental del libro orbita en torno a la siguiente idea, &iquest;qu&eacute; est&aacute; todav&iacute;a en juego en lo que antes se llamaba posestructuralismo o, m&aacute;s en general, en lo que gen&eacute;ricamente era la Teor&iacute;a Francesa? Con ello nos obliga a reflexionar sobre la tensi&oacute;n entre la cr&iacute;tica y su momento de enunciaci&oacute;n, as&iacute; como sobre la brecha temporal que separa el an&aacute;lisis de su objeto, utilizando en especial los conceptos y la metodolog&iacute;a de Pierre Bourdieu como clave de an&aacute;lisis.</p>
  • <p>Muy pocos fil&oacute;sofos son capaces de escribir de forma que atraigan el inter&eacute;s del p&uacute;blico en general, sin renunciar por ello a un pensamiento original y sin concesiones a los intereses creados. Leszek Kolakowski es, sin lugar a dudas, uno de ellos. Desde los males del socialismo real hasta la relevancia de la religi&oacute;n en las sociedades contempor&aacute;neas, Kolakowski se revela como un profundo conocedor tanto de la urdimbre filos&oacute;fica de los totalitarismos como de las m&aacute;s esot&eacute;ricas corrientes del cristianismo, y esta destreza le permite establecer brillantes paralelismos entre ambos, a la vez que denuncia el manique&iacute;smo y las escatolog&iacute;as tanto religiosas como pol&iacute;ticas.</p>
  • <p>&laquo;Este nihilista de punta en blanco no retrocede ante la acci&oacute;n: clava sus espuelas a todo lo que, de cerca o de lejos, huele a filisteo, y se muestra implacable salpicando con su silencio a los sargentos reclutadores de la revoluci&oacute;n o a sus estrategas... &quot;&iquest;Qu&eacute; es una revoluci&oacute;n?&quot; espetaba Th&eacute;ophile Gautier entre dos caladas de hach&iacute;s. &quot;La gente se pega tiros en la calle; as&iacute; se rompen muchos cristales; s&oacute;lo los vidrieros encuentran provecho en ello. El viento se lleva el humo: los que est&aacute;n encima ponen a los otros debajo; la hierba ser&aacute; m&aacute;s bella la primavera siguiente; un h&eacute;roe hace crecer excelentes guisantes&quot;.&raquo;</p>
  • <p>Luk&aacute;cs fue el m&aacute;s importante e influyente fil&oacute;sofo marxista del siglo XX. Entre sus obras m&aacute;s conocidas se encuentran Historia y consciencia de clase (1923) &ndash;la obra fundacional del llamado &ldquo;marxismo occidental&rdquo;&ndash;, El joven Hegel (1948), Goethe y su &eacute;poca (1950), Balzac y el realismo franc&eacute;s (1952), La novela hist&oacute;rica (1955), Contribuciones para una historia de la est&eacute;tica (1953) y los grandes tratados de vejez: La peculiaridad de lo est&eacute;tico (1963) y Para una ontolog&iacute;a del ser social (1984-1986). En el Testamento pol&iacute;tico el fil&oacute;sofo expone, pocos meses antes de morir, sus principales preocupaciones y expectativas acerca de la misi&oacute;n y las perspectivas del socialismo. El resto de escritos incluidos en este volumen incluye reflexiones sobre la funci&oacute;n del fil&oacute;sofo y el papel del intelectual, as&iacute; como consideraciones en torno a los consejos obreros y el ideal de democracia de la vida cotidiana, an&aacute;lisis y cr&iacute;ticas de la ideolog&iacute;a fascista, un arreglo de cuentas pol&iacute;tico y personal con el per&iacute;odo estaliniano, e ideas vinculadas con la &Eacute;tica que Luk&aacute;cs no hab&iacute;a llegado antes a escribir.</p>
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