flamenco

  • <p>Una revoluci&oacute;n cultural sin precedentes: ese fue el resultado de la conjunci&oacute;n, a lo largo de la d&eacute;cada de 1920, de las nuevas t&eacute;cnicas de grabaci&oacute;n el&eacute;ctrica, la geograf&iacute;a socioecon&oacute;mica del movimiento de mercanc&iacute;as y trabajadores de la &eacute;poca, m&uacute;sicas tradicionales de todo el globo, el canon musical occidental y un muy llamativo fen&oacute;meno de especulaci&oacute;n capitalista. Las grandes compa&ntilde;&iacute;as del momento se lanzaron a capturar las m&uacute;sicas vern&aacute;culas del mundo, contenerlas en formatos comercializables y venderlas a p&uacute;blicos tanto locales como globales que por primera vez ten&iacute;an acceso directo a sonidos que hasta entonces nunca hab&iacute;an roto sus v&iacute;nculos con un tiempo y un espacio determinados. Nac&iacute;an as&iacute; el beguine, la salsa, la samba, el son, el tango, el flamenco, el calipso y tantos otros ritmos naturalizados hoy por nuestros o&iacute;dos.</p> <p>Este ensayo, reconocido como un estudio cultural mod&eacute;lico, recuperar&aacute; el marco de aquellas grabaciones vern&aacute;culas y sus enormes reverberaciones. Reverberaciones que en lo musical se sit&uacute;an en la base de nuestras actuales formas de escuchar, producir y distribuir la m&uacute;sica. Y en lo pol&iacute;tico, m&aacute;s all&aacute; de convertirse en emblema de las nacientes descolonizaciones, ofrecen un ejemplo espeluznante de la extraordinaria capacidad de modelaci&oacute;n social que las formas de producci&oacute;n capitalistas conservan hasta el presente.</p>
  • <p>Si este libro lleva el t&iacute;tulo de <em>Historia queer del flamenco</em> es, al menos, por dos razones. En primer lugar, porque una de mis motivaciones fundamentales como investigador y artista ha sido buscar, analizar y reivindicar figuras y espacios &laquo;marginales&raquo; del flamenco que no aparec&iacute;an en los manuales habituales sobre este arte y cuya ausencia daba, a mi entender, una imagen distorsionada sobre qui&eacute;nes, d&oacute;nde y c&oacute;mo han hecho &laquo;flamenco&raquo; &mdash;y por qu&eacute;&mdash; a lo largo de su reciente historia. Este grupo de gente &laquo;rara&raquo; incluye a feministas, travestis, machorras y afeminados, pero tambi&eacute;n a gitanos, personas con diversidad funcional e intelectual, guiris y artistas &laquo;incomprensibles&raquo; empe&ntilde;ados en hacer las cosas &laquo;de otra manera&raquo; sin renunciar por ello a la categor&iacute;a de flamenco.&nbsp;</p> <p>En segundo lugar, lo queer de esta Historia es mi mirada, que intento desviar para hablar del cuerpo y desde el cuerpo, abandonando debates bizantinos sobre purezas e impurezas, an&eacute;cdotas sobre la vida de los artistas que se hallan completamente desligadas de los procesos de creaci&oacute;n; mitolog&iacute;as sobre &laquo;genios&raquo; que parecen m&aacute;s profetas que artistas y que parecen hacer arte en solitario y completamente desligados de sus colaboradores y del momento hist&oacute;rico, social, econ&oacute;mico y art&iacute;stico en el que vivieron.</p>
  • <p>Hablar de Lola Flores es hablar de una de las artistas m&aacute;s importantes de la historia de nuestro pa&iacute;s. Con su talento natural consigui&oacute; te&ntilde;ir de color una Espa&ntilde;a en blanco y negro que agonizaba bajo el yugo de la dictadura franquista y, una vez terminada, supo reconvertirse y desarrollar una fruct&iacute;fera carrera en la m&uacute;sica, el cine y la televisi&oacute;n hasta el mism&iacute;simo d&iacute;a de su muerte.</p> <p>Entre sus haza&ntilde;as como personaje p&uacute;blico, se cuentan la de haber vivido una vida absolutamente libre, llegando a mantener una relaci&oacute;n con un hombre casado veinte a&ntilde;os mayor que ella o haber abortado de forma clandestina en varias ocasiones. Y no solo busc&oacute; su libertad, sino tambi&eacute;n la de los dem&aacute;s: fue una gran defensora del colectivo LGTBIQ+ en un momento en el que no era nada f&aacute;cil serlo y se convirti&oacute; en una abandera (in)voluntaria del feminismo cuando este movimiento era tan solo el germen de lo que ahora es.</p> <p>Por eso, en el centenario de su nacimiento, esta obra se dispone a hacer una relectura de su figura desde una perspectiva disidente. Gracias a textos de autoras como Lidia Garc&iacute;a, conductora del p&oacute;dcast <em>&iexcl;Ay, campaneras!</em>; Nerea P&eacute;rez de las Heras, responsable del exitoso mon&oacute;logo teatral <em>Feminismo para torpes</em>; la periodista Pepa Blanes o el bailar&iacute;n de flamenco e investigador Fernando L&oacute;pez, entre otras, intentaremos desentra&ntilde;ar uno de los mayores misterios que ha dado la cultura popular de este pa&iacute;s: el de aquella jovencita de Jerez que lleg&oacute; a Madrid decidida a comerse el mundo y que, aunque ni cantaba ni bailaba, consigui&oacute; dejar su nombre grabado a fuego en el imaginario colectivo de un pueblo que, por mucho que pase el tiempo, se niega a olvidarla.</p> <p>Con art&iacute;culos de Carlos Barea, Lidia Garc&iacute;a, Noelia Cort&eacute;s, Nerea P&eacute;rez de las Heras, Daniel Mar&iacute;a, Carlos Carvento, Fernando L&oacute;pez, Pepa Blanes y &Aacute;lex &Aacute;nder.</p>
  • <p>Transitar de la cosmovisi&oacute;n, que no re-conoce m&aacute;s que lo que ve o encaja en su mirar, a la cosmosonoridad, que (nos) re-presenta lo ajeno que a&uacute;n no conocemos. Superar, en tanto que ir m&aacute;s all&aacute;, lo limitado del m&eacute;todo y sus categor&iacute;as, de la ciencia y sus criterios, de la epistemolog&iacute;a del Norte global, para llegar a la voz y su sonido, al di&aacute;logo y su comuni&oacute;n, para unirnos con las otras y los otros. Dejar de lado la objetivaci&oacute;n del contar para adentrarnos en el sentir del cantar.</p> <p><em>Cosmosonoridades</em>, que hay que leer como una conversaci&oacute;n, persigue ampliar las experiencias plurales disponibles del mundo y de sus mundos. Junto a otras realidades hist&oacute;ricas y contempor&aacute;neas auto-representadas en conciencia plena, esta obra localiza las emergencias cosmosonoras del cante-gitano y de la canci&oacute;n-gyu. De los contactos y encuentros producidos entre ambas culturas brota la siguiente consideraci&oacute;n y esperanza: sus sonoridades vern&aacute;culas son m&aacute;s que m&uacute;sica, son epistemolog&iacute;as del sentir.</p> <p>En este debate-conversaci&oacute;n, Iv&aacute;n Peri&aacute;&ntilde;ez nos invita a re-pensar estas m&uacute;sicas del Sur global como saberes, pr&aacute;cticas y vivencias, reivindicando que corresponden a patrimonios legados y situados que suponen alternativas disponibles y posibles frente a la universalidad eurocentrada y sus colonialismos. Con la escucha-aprendizaje de estos saberes, que son desconocidos, folclorizados u omitidos por el Norte global, podemos constituir desde nuestros cuerpos una genuina justicia, podemos bailar hacia la emancipaci&oacute;n.</p>
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