Escrito en 1974, La Convivencialidad se anticipó a muchos de los debates hoy ineludibles. Inmersos ya en un colapso de difícil salida, su propuesta plantea un horizonte de sociedad postindustrial que permita «a todos sus miembros la acción más autónoma y más creativa posible», a través de la producción de herramientas controladas y controlables desde las propias necesidades primarias y comunitarias.