invasion de ucrania

  • <p>Nada parec&iacute;a indicar que las protestas iniciadas en el centro de Kiev el 21 de noviembre del 2013 del movimiento que ser&iacute;a conocido como &laquo;Maid&aacute;n&raquo; llevar&iacute;an, seis meses m&aacute;s tarde, al estallido de un conflicto b&eacute;lico en suelo europeo y a un choque geopol&iacute;tico en las puertas de la misma UE. La presencia evidente de ultraderechistas entre los manifestantes ucranianos, as&iacute; como la ret&oacute;rica &laquo;antifascista&raquo; y neosovi&eacute;tica del r&eacute;gimen de Putin llevaron a parte de la izquierda radical occidental a ver err&oacute;neamente una reedici&oacute;n de la Guerra Civil espa&ntilde;ola.</p> <p>El presente libro es una recopilaci&oacute;n de textos que apuntan en otra direcci&oacute;n: la complejidad de un conflicto que trasciende el eje izquierda-derecha y la incapacidad por parte de la izquierda postsovi&eacute;tica de articular un discurso propio que contrarreste la ret&oacute;rica chovinista de un lado y de otro.</p>
  • <p>Un a&ntilde;o despu&eacute;s de su inicio, la compresi&oacute;n y percepci&oacute;n de la guerra ha cambiado. El conflicto ofrece datos a tiempo real sobre la correlaci&oacute;n de fuerzas global. En la tragedia de Ucrania se miden las grandes potencias nucleares del mundo. Rusia se transforma. China muestra su peso. El Sur global camina hacia su recesi&oacute;n. El cierre de filas del Occidente ampliado incluye riesgos de crisis interna del hegemonismo, capaces de acelerar su declive y degenerar por ello en una guerra mayor.</p> <p>Lo que est&aacute; en juego es mucho m&aacute;s que el destino de Ucrania. La guerra es un desastre sin paliativos del Norte global en su conjunto. Una criminal p&eacute;rdida de tiempo para la humanidad en el periodo del antropoceno. Esa &ldquo;izquierda de derechas&rdquo;, partidaria de alimentarla con el env&iacute;o de armas, har&iacute;a bien en corregir el tiro e inspirarse en la c&eacute;lebre canci&oacute;n &ldquo;El desertor&rdquo; de Boris Vian: &ldquo;si hay que dar la sangre por la patria, d&eacute; usted la suya, se&ntilde;or Presidente!&rdquo;.</p>
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