Irán

  • <p>Susan Watkins: <em>La d&eacute;cada de la crisis brit&aacute;nica</em></p> <p>La victoria de Boris Johnson bajo el eslogan Get Brexit Done, enmarcada en el contexto de las m&uacute;ltiples crisis (econ&oacute;mica, social, regional, nacional, europea) que han enturbiado el Reino Unido desde que su burbuja financiera estallara en 2008, ante las cuales la nueva ascendencia tory se presenta como una soluci&oacute;n.</p> <p>&nbsp;</p> <p>R. Taggart Murphy: <em>Jap&oacute;n: preservar el privilegio</em></p> <p>Primera gran econom&iacute;a en pasar por la secuencia de implosi&oacute;n financiera y vuelco electoral, Jap&oacute;n tambi&eacute;n va por delante de Occidente a la hora de estabilizar su orden pol&iacute;tico. Pero, &iquest;la estasis de la elite se refleja en la sociedad sobre la que se asienta? Una deflaci&oacute;n renovada y la disminuci&oacute;n de los seishain constituyen el tel&oacute;n de fondo del tercer mandato de Abe.</p> <p>&nbsp;</p> <p>Franco Moretti: <em>&iquest;Alegorizar siempre?</em></p> <p>En opini&oacute;n de Fredric Jameson la alegor&iacute;a expone las contradicciones que la ideolog&iacute;a oculta: atrapa las multiplicidades de la modernidad y forja un mecanismo interpretativo para uso de la cr&iacute;tica cultural. Desde la transformaci&oacute;n del texto hasta la terraformaci&oacute;n del planeta, reflexiones sobre el m&eacute;todo de uno de los principales te&oacute;ricos marxistas a partir de momentos escogidos de su obra m&aacute;s reciente y m&aacute;s l&uacute;dica.</p> <p>&nbsp;</p> <p>Michael Burawoy: <em>Historia de dos marxismos</em></p> <p>La carrera pol&iacute;tica e intelectual del soci&oacute;logo Erik Olin Wright (1947-2019) relatada por su amigo y colaborador. En medio de la derrota del socialismo realmente existente, el paso del an&aacute;lisis de clase a la imaginaci&oacute;n ut&oacute;pica, de la ciencia a la cr&iacute;tica. &iquest;Podr&iacute;a Polanyi darnos pistas acerca de c&oacute;mo podr&iacute;an unirse estas dos corrientes?</p> <p>&nbsp;</p> <p>Dylan Riley: <em>&iquest;Utop&iacute;a real o empiricismo abstracto?</em></p> <p>&iquest;D&oacute;nde se localizar&iacute;an las utop&iacute;as reales, tal y como las conceptualizaba Wright, dentro del contexto hist&oacute;rico del desarrollo capitalista? Una r&eacute;plica a Burawoy que coloca la producci&oacute;n por encima de la mercantilizaci&oacute;n, a Marx por encima de Polanyi, y a los an&aacute;lisis del presente sobre las visiones del futuro, como claves para resolver este enigma te&oacute;rico.</p> <p>&nbsp;</p> <p>Zep Kalb y Masoumeh Hashemi: <em>Los Universal Studios de Teher&aacute;n</em></p> <p>Historia pol&iacute;tica del cine iran&iacute;, que rastrea los or&iacute;genes de su pluralidad de g&eacute;neros a trav&eacute;s del minimalismo de la Nueva Ola, los documentales b&eacute;licos y el montaje cosmopolita. En una sociedad que a menudo se caricaturiza como cerrada y atrasada, las presiones de la censura y del mercado han producido sin querer una cultura cinematogr&aacute;fica de primer orden, pero, &iquest;c&oacute;mo sobrevivir&aacute; esta bajo el r&eacute;gimen de sanciones de Estados Unidos?</p> <p>&nbsp;</p> <p>Rob Lucas rese&ntilde;a <em>The Age of Surveillance Capitalism</em>, de Shoshana Zuboff. Google y Facebook como pioneros de un desasosegante nuevo r&eacute;gimen de acumulaci&oacute;n capitalista.</p> <p>Emilie Bickerton rese&ntilde;a <em>When the Movies Mattered</em>, de Jonathan Kirshner y Jon Lewis (eds.). La fugaz eflorescencia de un cine radicalizado en Hollywood, impulsado por la ansiedad pol&iacute;tica de la d&eacute;cada de 1970.</p> <p>Jacob Collins rese&ntilde;a <em>Du Rhin &agrave; la Manche</em>, de Peter Sch&ouml;ttler. El tratamiento historiogr&aacute;fico del Rin como un reflejo de los imaginarios nacionalistas franco-alemanes.</p>
  • <p>Estambul es hermosa. Repleta de productos de lujo. Todos intentan vestirse seg&uacute;n las revistas de moda occidental, algo que llevo a&ntilde;os sin ver por las calles. Parecen los provincianos de Europa. Existe cierta simplicidad en sus rostros. Con eso y con todo, son amables. Una naci&oacute;n oriental, unida por el cord&oacute;n umbilical a Europa. Los peri&oacute;dicos y las carteleras de los cines est&aacute;n llenos de im&aacute;genes de mujeres desnudas. [...]<br /> <br /> Cruzo el mar en barco para llegar al aeropuerto. Quiero preguntar algunas cosas sobre el env&iacute;o de mis pertenencias a ee.uu. Como siempre, tiempo desapacible y fr&iacute;o.<br /> Este mar no me dice nada. No tiene un olor conocido. Como esta gente, como esta lengua, como estas miradas. Me hac&iacute;a ilusiones en vano consider&aacute;ndolos asi&aacute;ticos. Su Asia es menor. Me es ajena. Me resultan tan ajenos como aquellos siglos lejanos. Con sus enloquecidas invasiones a lo largo y ancho de la Tierra.<br /> Domingo. Cinco y media de la tarde.<br /> En un parque en Estambul. Mi hija juega con Renate, que est&aacute; pendiente de ella. Y yo las observo fascinada.<br /> Ojal&aacute; se pudiesen dibujar sus rostros felices sobre el reluciente balanc&iacute;n. Y ese enorme &aacute;rbol tras ellas, este aroma a tierra mojada y mar, &iexcl;qu&eacute; momento m&aacute;s extra&ntilde;o! Ya no hay rastro de lo desconocido. Es como si lo conociera todo. M&aacute;s all&aacute; de este instante no hay nada que me cause miedo. De sobra s&eacute; que todos somos ef&iacute;meros. [...]<br /> <br /> &iquest;Por qu&eacute; lo que acaece dentro de m&iacute; no se desborda con la misma facilidad que los colores de mis cuadros? Paso horas y horas, como sumergida en un agua profunda e inerte. El agua de un mar inalterable por el viento. Somos mis agitaciones y yo que nos sumergimos en el agua. [...]<br /> <br /> Pero, ahora, me he acostumbrado a este &aacute;rbol del polvoriento Fresno. Vengo aqu&iacute; y me siento seis largas horas a su sombra, sin perder de vista a mi hija, que bajo este tremendo calor se revuelca sobre la arena del recinto de juego de este parque yermo. Mientras juega, no le importan ni el calor ni estas plantas que en nada se parecen al lejano prado verde de la casa de Mashd Robabeh. Y yo sigo con mi sonrisa forzada en los labios. Por las noches, cuando se quiere dormir, con una voz que en la oscuridad representa la felicidad Made in America, le canto:<br /> <br /> Lleg&oacute; el chacal;<br /> <br /> Lleg&oacute; el chacal;<br /> <br /> llegaron tambi&eacute;n los padres del chacal;<br /> <br /> lleg&oacute; a la puerta el chacal;<br /> <br /> Con un pa&ntilde;uelo bordado, en la cabeza;<br /> <br /> El chacal dice: &quot;soy una ratoncita&quot;<br /> <br /> y no me comer&eacute; a vuestras pollitas.</p>
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