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<p>¿Se puede crear una entidad contradictoria, cuyo sentido político es un contrasentido? Por supuesto que sí. La política no se rige por las normas que evoca, sino que apela a reglas y a lógicas que luego ignora. Este volumen trata sobre uno de esos arquetípicos contrasentidos. A lo largo del siglo XX, concretamente entre la dos guerras mundiales (1912-1939), han sido varios los intentos de crear grandes coaliciones europeas o globales de nacionalismos, tanto movimientos nacionalistas subestatales o anticoloniales como irredentismos y reivindicaciones de minorías nacionales. En definitiva, «internacionales de patriotas» o «alianzas transnacionalistas» que llevaran a la colaboración de realidades más o menos próximas geográficamente o con un mismo enemigo. Desde el espacio común de las ansias de liberación nacional en los extremos del Imperio británico o del ruso-soviético a los planteamientos del nacionalismo italiano irredento, pasando por la mirada y colaboraciones en la escena internacional del catalanismo o las intervenciones de la política exterior francesa y alemana en diversos nacionalismos subestatales antes y durante la Gran Guerra.</p> <p>Con frecuencia, se ha ridiculizado el planteamiento, tenido por una irresoluble paradoja, un disparate absurdo, una evidente incompatibilidad o una antítesis en pie, entre otras lindezas. Pero las paradojas en política no son extrañas, aunque, sin duda, difíciles de llevar a buen término.</p>