izquierda

  • <p>Para avanzar, necesitamos practicar un doble ejercicio. Por un lado, tantear el terreno, reconocer la realidad por desagradable que sea, sin concesiones pero incluyendo tambi&eacute;n nuestros errores e insuficiencias. La otra tarea consiste en potenciar lo que ya somos, los espacios y potencialidades de los mundos otros, no capitalistas ni patriarcales ni coloniales. En suma, resistir y crear, resistir creando, porque necesitamos espacios propios (de los pueblos, de las mujeres, de las m&aacute;s diversas opresiones) para fortalecer las resistencias.</p> <p>Ra&uacute;l Zibechi vuelve a situarnos en la realidad actual de Am&eacute;rica Latina, haciendo un recorrido por la reinvenci&oacute;n de las nuevas derechas, desde la pentecostal, el narco y lo paramilitar, que les ha permitido penetrar en territorios anteriormente controlados por el movimiento antisist&eacute;mico. A la vez que muestra las formas de resistencias nacidas del movimiento ind&iacute;gena, negro, campesino y feminista para buscar salidas y nuevos caminos ante el neoliberalismo. Un an&aacute;lisis indispensable para entender, no s&oacute;lo lo que acontece en aquellos territorios, sino las nuevas maneras de incursi&oacute;n de la derecha en sus diferentes formas, tambi&eacute;n en estos que habitamos de la &quot;Europa del Capital&quot;. As&iacute; como los caminos para combatirlos desde la construcci&oacute;n de nuestras propias realidades.</p>
  • <p>De la c&eacute;lebre divisa revolucionaria &ndash;libert&eacute;, &eacute;galit&eacute;, fraternit&eacute;&ndash; la fraternidad, que entra&ntilde;aba la incorporaci&oacute;n plena de quienes viven por sus manos a una sociedad civil republicana de seres libres e iguales, es el gran valor olvidado. &iquest;C&oacute;mo y por qu&eacute; &eacute;sta, tras el punto culminante que supusieron las revoluciones de 1848 y sus aspiraciones a regular el derecho de propiedad, se fue desliendo paulatinamente hasta casi desaparecer?</p> <p>A recorrer las vicisitudes y peripecias del que fuera a la postre el programa del ala democr&aacute;tico-plebeya de la Ilustraci&oacute;n europea consagr&oacute; Antoni Dom&egrave;nech una obra sin par. Fruct&iacute;fera combinaci&oacute;n de narraci&oacute;n hist&oacute;rica y discusi&oacute;n conceptual y normativa, <em>El eclipse de la fraternidad</em> reconstruye magistralmente las luchas protagonizadas por la izquierda social y pol&iacute;tica, y muestra c&oacute;mo el viejo ideal de fraternidad republicana sigue siendo un astro poderoso que, aun eclipsado, determina el campo de gravedad de la pol&iacute;tica democr&aacute;tica contempor&aacute;nea.</p>
  • <p><em>&iexcl;El socialismo ha muerto! &iexcl;Viva el socialismo! </em>plantea que las organizaciones tradicionales de la izquierda han asumido definitivamente el neoliberalismo y las consecuencias de la globalizaci&oacute;n. Seg&uacute;n el autor, tras unos t&iacute;midos intentos de modificaci&oacute;n &ndash;que no fueron m&aacute;s all&aacute; de la expresi&oacute;n verbal&ndash;, el capitalismo est&aacute; m&aacute;s robusto que nunca, con las &eacute;lites enriqueci&eacute;ndose a&uacute;n m&aacute;s mientras sigue aumentando la desigualdad.</p> <p>Para frenar esa tendencia Formenti propone soluciones dr&aacute;sticas como el regreso al Estado-naci&oacute;n, el abandono de la Uni&oacute;n Europea o la recuperaci&oacute;n de una moneda propia, y para ello propugna el protagonismo pol&iacute;tico de un populismo de izquierdas. Posiciones discutibles para el poder pol&iacute;tico establecido, pero que conviene tener en cuenta, ya que hay s&iacute;ntomas evidentes de que, tanto por la derecha (Trump, Boris Johnson) como por la izquierda (Bernie Sanders) el populismo gana adeptos.</p> <p>Para Manolo Monereo, prologuista del libro, el libro de Formenti &laquo;expresa muy bien esta idea de indagaci&oacute;n, de investigaci&oacute;n&raquo;. Y a&ntilde;ade: &laquo;En &eacute;l hay lecturas, intervenciones, tesis pol&iacute;ticas que construyen un mapa de problemas y que sugieren salidas que, una y otra vez, aparecen en un texto problem&aacute;tico y problematizador. Hay tambi&eacute;n ajustes de cuentas en el mejor sentido, es decir, autocr&iacute;tica de la tradici&oacute;n de la que se viene y, sobre todo, ideas-fuerza para la construcci&oacute;n de un proyecto alternativo.&raquo;</p>
  • <div>Los aficionados al cine saben qu&eacute; es un McGuffin: un pretexto insignificante que, sin embargo, se convierte en el motor de una trama narrativa. Una tonter&iacute;a, irrelevante por s&iacute; misma, pero que lleva a las gentes de aqu&iacute; para all&aacute;, les complica la vida y calienta la cabeza. Hitchcock se lo explicaba a otro director, Fran&ccedil;ois Truffaut, con un ejemplo, en este caso el de un paquete en el que puede haber cualquier cosa imaginable pero que nadie sabe lo que lleva dentro. Porque lo importante del McGuffin es no abrir el paquete. Cuando se abre el paquete, se acaba el suspense y el cuento se viene abajo.</div> <div>&nbsp;</div> <p>El nacionalismo es el McGuffin de nuestra izquierda. La tiene entretenida y con el entendimiento sorbido, aunque, como cualquier McGuffin de ley, no vale nada. Algo que incluso los que trafican con esa mercanc&iacute;a empiezan a sospechar. Las p&aacute;ginas de este libro quisieran abrir el paquete y tasar la mercanc&iacute;a. No es una tarea agradecida. Hay pocos asuntos m&aacute;s fatigosos en los que se atienda menos a datos y razones que los que tienen que ver con el nacionalismo. Insensibles a cualquier argumento que no coincida con sus planteamientos, nuestros nacionalistas contraponen su idea de naci&oacute;n a la naci&oacute;n de ciudadanos. La izquierda, heredera m&aacute;s natural y consecuente del ideal de ciudadan&iacute;a, del republicanismo pol&iacute;tico, ha comenzado un camino de vuelta que la ha llevado a recuperar, con otro celof&aacute;n, la peor idea de naci&oacute;n, la reaccionaria, la que nace en contra de las revoluciones democr&aacute;ticas.</p>
  • <p>Despu&eacute;s de a&ntilde;os de bonanza econ&oacute;mica, con la irrupci&oacute;n de la crisis la cooperaci&oacute;n internacional en Catalu&ntilde;a y el Estado sufri&oacute; los peores recortes entre todas las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas. En la &uacute;ltima d&eacute;cada, el internacionalismo ha experimentado una reformulaci&oacute;n para poder conectar con la situaci&oacute;n de nuestro pa&iacute;s y seguir ejerciendo de puente entre las luchas y aspiraciones de la sociedad a un lado y el otro del mar. Una transformaci&oacute;n orientada a exigir m&aacute;s coherencia en las pol&iacute;ticas p&uacute;blicas y no solo m&aacute;s presupuestos; a hacerse m&aacute;s feminista y plantearse profundizar en los cuidados; o incorporar las nuevas urgencias que la sociedad plantea, como actuar contra la emergencia clim&aacute;tica o la crisis de personas refugiadas.</p> <p>Todo ello en medio de un cambio de &eacute;poca, en lo pol&iacute;tico y social, que ha tensionado en consecuencia nuestra sociedad y nuestras organizaciones y administraciones. Hubo un d&iacute;a en el que fue preciso volver a pisar las calles para seguir teniendo un sentido y una raz&oacute;n para existir.</p>
  • <p>El presente libro Socialismo, historia y utop&iacute;a busca hacer un balance filos&oacute;fico e hist&oacute;rico de la tradici&oacute;n socialista para entender su legado, en busca de ideas que tengan relevancia y potencial para los retos de la sociedad presente. Haci&eacute;ndose eco de la actitud de Hegel ante la Revoluci&oacute;n Francesa, el libro propone que los fracasos y tragedias del socialismo durante el siglo XX fueron tal vez inevitables dadas las condiciones del momento pero, precisamente por esa misma especificidad hist&oacute;rica, en la sociedad actual las ideas socialistas pueden ser una gu&iacute;a valiosa para la acci&oacute;n en un mundo cada vez m&aacute;s complejo sin que por ello se vaya a repetir el pasado. Antes bien, las transformaciones del capitalismo moderno, especialmente en una era de globalizaci&oacute;n y de crisis ambiental de car&aacute;cter planetario, hacen que sea cada vez m&aacute;s plausible y m&aacute;s viable retomar la agenda de solidaridad y responsabilidad compartida que forma parte de la tradici&oacute;n socialista desde sus or&iacute;genes hace ya m&aacute;s de dos siglos.</p>
  • <p>La izquierda, como opci&oacute;n pol&iacute;tica y moral organizada, es hoy en d&iacute;a inexistente. Han desaparecido las organizaciones capaces de ser un instrumento para la organizaci&oacute;n de las clases subalternas como sujeto activo y para la participaci&oacute;n de las mismas en la pol&iacute;tica. Quedan en su lugar agencias electorales, que compiten entre s&iacute; en el mercado del voto.</p> <p>Esto no s&oacute;lo impide la lucha real por la liberaci&oacute;n del ser humano y el socialismo, sino que pone en franco retroceso, e incluso en peligro de desaparici&oacute;n, a la propia democracia, que es un r&eacute;gimen pol&iacute;tico que no puede existir sin la participaci&oacute;n permanente y masiva del &ldquo;demos&rdquo;, del pueblo.</p> <p>El presente libro pretende participar en la reflexi&oacute;n, necesariamente colectiva y p&uacute;blica, que permita refundar la izquierda como opci&oacute;n pol&iacute;tica de masas. Para ello trata de recuperar el acervo intelectual con el que se recoge la experiencia de la humanidad en su lucha a lo largo de los siglos contra la explotaci&oacute;n, la desigualdad y la opresi&oacute;n, y a favor de la igualdad y de la libertad.</p>
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