<p>&quot;Tecno-l&oacute;gica &amp; Tecnolog&iacute;a&quot;, en dos palabras todo est&aacute; dicho. Dos palabras que, sin embargo, conviene esclarecer a partir del mismo material al que se aplican aqu&iacute;, y que, a su vez, constituyen su fundamento epistemol&oacute;gico, a saber: las industrias l&iacute;ticas.</p> <p>Si la forma fue el primer signo exterior que permiti&oacute; distinguir el objeto natural del elaborado por la mano del hombre, los l&iacute;mites de la clasificaci&oacute;n tipol&oacute;gica que resultaron de ello, condujeron a un cuestionamiento t&eacute;cnico y a una pr&aacute;ctica experimental que dieron lugar al nacimiento de la tecnolog&iacute;a, a mediados del siglo XX. La reflexi&oacute;n propuesta en la presenta obra prolonga, a la vez que se separa de ella, esta historia del pensamiento t&eacute;cnico aplicado a las m&aacute;s antiguas industrias humanas conocidas. Al no tratarse &uacute;nicamente de tecnolog&iacute;a, el pensamiento presentado es el propio de una tecno-l&oacute;gica, es decir una tentativa de abordaje de la l&oacute;gica interna a la producci&oacute;n de &uacute;tiles, que el estudio de las industrias l&iacute;ticas de la prehistoria permite determinar. Su fuerza, adem&aacute;s de constituir un nuevo instrumento para la concepci&oacute;n de las industrias de la prehistoria, radica en fundar la validez cient&iacute;fica del estudio tecno-l&oacute;gico.</p> <p>La presentaci&oacute;n de un pensamiento nuevo siempre tiene sorpresas. La novedad del aqu&iacute; expuesto reside en que coloca en perspectiva a la t&eacute;cnica, como un componente inherente al ser humano, apostando as&iacute; por una historia &uacute;nica de las t&eacute;cnicas, &iexcl;con m&aacute;s de tres millones de a&ntilde;os de antig&uuml;edad!</p> <p>&nbsp;</p>