<p>La cuesti&oacute;n de la legitimidad es sin duda una cuesti&oacute;n extra&ntilde;a. No es f&aacute;cil saber qu&eacute; aporta al funcionamiento de unas instituciones que, en principio, cuentan con todos los resortes materiales necesarios para funcionar y son capaces de obtener obediencia por procedimientos &laquo;mec&aacute;nicos&raquo; como la polic&iacute;a, los tribunales o el sistema penitenciario. Sin embargo, nunca deja de ponerse encima de la mesa. En los debates de los medios o incluso en nuestras conversaciones cotidianas es frecuente escuchar afirmaciones como &laquo;puede que sea legal, pero no es leg&iacute;timo&raquo; o &laquo;que lo decida una mayor&iacute;a no significa autom&aacute;ticamente que sea leg&iacute;timo&raquo;. &iquest;Qu&eacute; queremos decir exactamente cuando sostenemos estas cosas? Este libro trata de responder a esta peliaguda cuesti&oacute;n partiendo, como no pod&iacute;a ser de otra manera, de la indagaci&oacute;n filos&oacute;fica. En ella, los autores muestran el camino por el que han ido estableci&eacute;ndose los principios de legitimidad que, de manera irrenunciable, han de guiar el proyecto de un orden civil republicano. Este recorrido nos conduce hasta las exigencias planteadas por la teor&iacute;a feminista, que desde sus or&iacute;genes ha impugnado la legitimidad del poder patriarcal y ha reivindicado que la universalidad de los principios que identificamos con el progreso de la humanidad lo sea de verdad.</p>