<p>&laquo;La Revoluci&oacute;n Cultural, que de revolucionario s&oacute;lo tuvo el nombre, y de cultural el pretexto t&aacute;ctico inicial, fue una lucha por el poder que se entabl&oacute; en la c&uacute;spide entre un pu&ntilde;ado de individuos [...] Para el pueblo, el mao&iacute;mo puro siggnifica la sustituci&oacute;n de las leg&iacute;timas exigencias materiales, intelectuales y sensibles de la naturaleza humana por una m&iacute;stica pol&iacute;tica austera y fan&aacute;tica, la imposici&oacute;n de un estado peermanente de movilizaci&oacute;n casi militar, la destrucci&oacute;n implacable de todos los valores tradicionales, una desoladora existencia mon&oacute;tona, el establecimiento de un desierto cultural, una universal beater&iacute;a, y una aridez y un aburrimiento interrumpidos solamente por explosiones peri&oacute;dicas de violencia y de activismo hist&eacute;rico&raquo;.</p> <p>Publicado en Francia en 1971, El traje nuevo del presidente Mao contiene una cr&oacute;nica de los primeros a&ntilde;os de la &laquo;Revoluci&oacute;n Cultural&raquo; mao&iacute;sta, que desde 1966 sumi&oacute; a China en un estado de guerra civil y de frenes&iacute; criminal. Pierre Ryckmans, sin&oacute;logo y estudioso de la literatura y del arte cl&aacute;sico chinos, adopt&oacute; el nombre de pluma de Simon Leys para garantizar su seguridad en China y protegerse de los ataques de la intelligentsia francesa que, plegada a los delirios ideol&oacute;gicos del mao&iacute;smo, tach&oacute; a Leys de reaccionario a sueldo de la CIA por el crimen de mostrar que el Gran Timonel estaba efect&iacute;vamente desnudo. </p>