<p>&laquo;Cierto que el del movimiento guerrillero es un tema controvertido, en cuyo enjuiciamiento se manifiestan siempre dos posturas divergentes, que no dejaron de emerger en nuestro debate. Durante diez o m&aacute;s a&ntilde;os, unos cuantos miles de espa&ntilde;oles y espa&ntilde;olas empe&ntilde;aron su vida en una forma de oposici&oacute;n que no tenemos derecho a olvidar. Con posibilidad de victoria o sin ella, intentaron revivir, despu&eacute;s de una terrible derrota, ese esp&iacute;ritu de lucha y resistencia y atraer la atenci&oacute;n de la naciones aliadas en la hora de la victoria sobre Alemania hitleriana y la Italia fascista, puesto que la intervenci&oacute;n armada de &eacute;stas hab&iacute;a sido causa de la derrota de la Rep&uacute;blica en la guerra civil espa&ntilde;ola y era de justicia ayudarles a restablecer en Espa&ntilde;a el orden constitucional derrocado por la violencia&raquo;.</p>