mayo 68

  • <p><em>El hombre unidimensional</em> (1964) de Herbert Marcuse, es una obra seminal que desaf&iacute;a el conformismo y la alienaci&oacute;n en la sociedad contempor&aacute;nea. En esta obra provocadora, Marcuse explora c&oacute;mo la cultura de masas y la tecnolog&iacute;a han llevado a una uniformidad de pensamiento y acci&oacute;n que aliena a los individuos y socava la verdadera libertad. Para Marcuse, la sociedad de consumo est&aacute; esclavizada por el poder que posee la t&eacute;cnica cuando se utiliza &uacute;nicamente como instrumento de lucro y de masificaci&oacute;n del esp&iacute;ritu humano; tal empleo ha suplantado y eliminado su poder liberador. Propone, pues, la ruptura del sistema tecnol&oacute;gico represivo y la utilizaci&oacute;n de la raz&oacute;n para hacer de la t&eacute;cnica un instrumento liberador de las necesidades humanas y de las relaciones sociales de los individuos dentro de la sociedad. </p> <p>A trav&eacute;s de un an&aacute;lisis cr&iacute;tico y perspicaz, se plantean preguntas profundas sobre la b&uacute;squeda de la autenticidad y la resistencia al sistema opresivo de la sociedad industrial avanzada. <em>El Hombre Unidimensional</em> es un llamamiento a la reflexi&oacute;n, a la resistencia y a la b&uacute;squeda de una vida m&aacute;s aut&eacute;ntica en un mundo que a menudo nos empuja hacia la conformidad. Una lectura que desafiar&aacute; las arraigadas convicciones de la vida cotidiana y que supone una inspiraci&oacute;n para explorar las dimensiones ocultas de la propia existencia en busca de la liberaci&oacute;n. </p> <p>En esta edici&oacute;n, que cuenta con la introducci&oacute;n que hizo Douglas Kellner para la edici&oacute;n de 1991 y un ep&iacute;logo sobre la teor&iacute;a cr&iacute;tica aplicada a nuestros d&iacute;as, invitamos al lector/a a sumergirse en las palabras de Marcuse y a cuestionar las estructuras sociales y culturales que moldean nuestras vidas.</p>
  • GUY DEBORD

    22,90
    <p>Pasan los a&ntilde;os y, lejos de diluirse entre la ch&aacute;chara del tiempo, el pensamiento de Guy Debord (1931-1994) &mdash;su aportaci&oacute;n te&oacute;rica y pr&aacute;ctica&mdash; se percibe con mayor nitidez. Muy a pesar de las m&uacute;ltiples operaciones pol&iacute;ticas, medi&aacute;ticas o policiacas que han tratado de desactivarlo, sus contribuciones siguen siendo extremadamente valiosas. Su an&aacute;lisis riguroso y novedoso del mundo en el que vivimos &mdash;y su intento de combatirlo&mdash;, su clarificaci&oacute;n sobre las fuerzas que lo dirigen, lo condicionan y nos gobiernan, ha llegado mucho m&aacute;s lejos que el de ning&uacute;n otro pensador contempor&aacute;neo.</p> <p>En 1993 Anselm Jappe public&oacute; en italiano esta monograf&iacute;a pionera sobre Guy Debord que ahora tienes en tus manos. En sus p&aacute;ginas, Jappe analiza la contribuci&oacute;n te&oacute;rica de Debord en diferentes etapas &mdash;desde los comienzos de la Internacional Letrista hasta sus &uacute;ltimos y certeros dardos sobre la sociedad del espect&aacute;culo, pasando por la tan larga como fecunda &eacute;poca de la Internacional Situacionista&mdash; e indaga en sus referentes y en las discusiones y debates en los que particip&oacute;, as&iacute; como en la evoluci&oacute;n de sus ideas.</p> <p>Sin duda, este libro sigue siendo el m&aacute;s completo an&aacute;lisis cr&iacute;tico de la obra de Guy Debord, una de las m&aacute;s destacadas, atractivas e influyentes de todo el siglo xx.</p> <p>&laquo;El espect&aacute;culo no es, por tanto, un mero a&ntilde;adido del mundo, como podr&iacute;a serlo una propaganda difundida por los medios de comunicaci&oacute;n. El espect&aacute;culo se apodera, para sus propios fines, de la entera actividad social. Desde el urbanismo hasta los partidos pol&iacute;ticos de todas las tendencias, desde el arte hasta las ciencias, desde la vida cotidiana hasta las pasiones y los deseos humanos, por doquier se encuentra la sustituci&oacute;n de la realidad por su imagen. Y en este proceso la imagen acaba haci&eacute;ndose real, siendo causa de un comportamiento real, y la realidad acaba por convertirse en imagen&raquo;.</p> <p>&laquo;El principal enemigo del espect&aacute;culo es ahora el espect&aacute;culo mismo: sus fracciones rivales ponen en circulaci&oacute;n una masa de informaciones falsas o inverificables que dificultan los c&aacute;lculos incluso a los administradores supremos de la sociedad. Su problema principal es que el abandono de toda l&oacute;gica, de todo sentido hist&oacute;rico, de toda relaci&oacute;n con la realidad hace finalmente imposible toda gesti&oacute;n racional de la sociedad, incluso desde el punto de vista del espect&aacute;culo mismo&raquo;.</p>
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