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<p>«No hay terror rojo ni terror blanco. Hay solo una clase de terror y es siempre pálido. Es la fuente y el producto a un mismo tiempo de la peor de las angustias. Escobal lo sabe y nos lo dice con una economía admirable de palabras. Su libro escrito sin tanta pasión como se podía esperar es por eso mismo más eficaz en cuanto a la emoción y a la fijación de las imágenes en nuestra memoria. Igual que el autor, muchos españoles de un lado o del otro hemos perdonado. Perdonar depende de nosotros. En cuanto a olvidar, es otra cosa». —Ramón J. Sender, <em>El atleta superviviente</em></p> <p><em>Las sacas</em> es un libro imprescindible. Imprescindible para conocer el papel de las cárceles como punto central del sistema represivo de los sublevados en julio de 1936. Imprescindible para conocer a las personas que llenaron esas cárceles en 1936 y 1937. Seres humanos, con sus opiniones, sentimientos, miedos y esperanzas. Imprescindible para conocer la personalidad del autor. Su capacidad de sufrir primero y de escribir después. Su memoria. Su honestidad y su generosidad.</p> <p><em>Las sacas</em> es un libro imprescindible para saber más del ser humano en general y de nosotros mismos en particular a poco que seamos capaces de situarnos y revivir aquellas circunstancias. Imprescindible, finalmente, para que las generaciones futuras puedan conocer, de primera mano, lo que ocurrió.</p>
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<p>«Era necesaria una organización dirigida por mujeres y para las mujeres, una organización consagrada a superar la subordinación de las mujeres en todas sus facetas, en el hogar, el centro de trabajo o en el movimiento anarcosindicalista mismo».</p> <p>Mujeres Libres nació en 1936 con la urgencia de crear una organización dirigida por y para las mujeres que, en aquellos días de fervor revolucionario, ansiaban una transformación social, profunda y efectiva en todos los ámbitos.</p> <p>Con un impecable rigor histórico y apoyándose en multitud de testimonios, Martha A. Ackelsberg reconstruye la historia de una organización a la que, en apenas tres años, se adhirieron más de veinte mil mujeres dispuestas a ocupar su lugar en la revolución y en la nueva sociedad. En este estudio, se analizan las razones y necesidades de coordinación de quienes, haciendo de la capacitación y la sororidad sus pilares elementales, tuvieron que enfrentarse a la mayor parte de sus compañeros y a las propias estructuras orgánicas del movimiento libertario, ancladas en lógicas que garantizaban los privilegios masculinos. Los debates de entonces sirven ahora para contextualizar las desigualdades propias de una época que hoy, lejos de estar superadas, siguen siendo desafíos de primer orden. O estas cuestiones son integradas como fundamentos esenciales de la lucha por la liberación o cualquier sociedad futura arrastrará consigo los<br /> lastres de la dominación patriarcal.</p> <p>La obra de Mujeres Libres nos interpela y pone de manifiesto, ochenta años después, la actualidad de esos desencuentros y la inaplazable necesidad de abordarlos y superarlos.</p>
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<p>Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el concepto deber de memoria ha operado como modelo canónico para la inspiración de vindicaciones y actuaciones memoriales relativas a los traumas políticos de las sociedades contemporáneas, generando un paradigma imperativo con graves consecuencias al favorecer bien a las ideologías que imponen el olvido como a las conmemoraciones que imponen recuerdo ritual, lo que ha producido dilemas yermos, pero obsesivos, entre olvido y recuerdo.</p> <p>El libro examina en qué forma ese discurso imperativo se sostiene en una teodicea de la memoria que establece las ideas de sufrimiento y compasión en el epicentro de su programa, y analiza las consecuencias del deber de memoria en políticas públicas o propuestas éticas que atribuyen al recuerdo cualidades de prevención que supuestamente impiden atrocidades, pero que convierten a la víctima en un sujeto ahistórico y encerrado para siempre en su espacio doloroso y manipulable. </p>
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<p>La historia escrita por los vencedores nos dijo siempre que la violencia de los «días rojos» había sido equiparable a la franquista. Macabra contabilidad de muertos que ni en Moguer ni casi ningún otro sitio se mantiene. Al centenar y medio de asesinatos franquistas sólo precedió una muerte a manos de los «rojos»...</p> <p>Así, al justificar la violencia a partir de relatos falsos, el franquismo aunó la destrucción física del movimiento obrero y sindical de los años treinta con la supresión premeditada y sistemática de su memoria. Se inauguraba lo que Orihuela llama un franquismo sociológico que arrastra su espesa afonía hasta nuestros días.</p> <p>La investigación que anima este libro se desarrolla en el pueblo de Moguer. Un pueblo que, durante los años de la República, se sacude lentamente el sistema caciquil y que vive con entusiasmo e ilusión la victoria del Frente Popular. Un pueblo que vivirá la sublevación franquista desde primera línea. Que oirá a sus generales clamar «tenemos que matar, matar y matar»... Y que, impotente, intentará salvar la legalidad de un sueño por el que terminaron muriendo centenar y medio de personas.</p>
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<p>El golpe de Estado de julio de 1936 partió España en dos, configurando un tablero de terror, miseria y muerte que daría fin a la República y sustento a la dictadura. En el territorio sublevado, los soldados de Franco a menudo no eran adeptos convencidos, sino meros peones obligados a luchar por el devenir de una España en la que el único elemento de cohesión iba a ser el miedo. Francisco J. Leira desvela cómo el Ejército sublevado se formó mediante levas forzosas y desmitifica la historia, una y otra vez repetida, de que media España se alzó contra la República por cuestiones ideológicas o políticas. Soldados de Franco es el relato de cómo el dictador situó al país ante un terrible dilema: convertirse en verdugos o morir.</p>
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<p>«Reunidos los elementos del Sindicato Libre, hemos acordado asesinarte a ti y a Pestaña, entre otros. Esta vez no escaparéis ninguno, aunque tu serás el primero..»</p> <p>Amb aquest anònim es dirigien a Salvador Seguí els seus assassins pocs dies abans de l’atemptat. No és gens estrany, doncs, que el Noi del Sucre es convertís en un dels principals objectius del braç armat d’una patronal que s’escarrassava per liquidar escapçar les figures més insignes del moviment obrer.<br /> <br /> Una habilitat estratègica brillant, així com una poderosa retòrica, feien de Seguí la simbiosi perfecta entre un home d’acció i un dels pensadors més influents d’aquell sindicalisme revolucionari cada cop més vigorós. Sempre capaç de fer equilibris entre les diferents tendències de l’anarquisme, Seguí va aconseguir compactar els nombrosos grups revolucionaris en una col·lectivitat ferma i organitzada, el sindicat, amb capacitat de plantar cara als seus opressors de classe. <br /> <br /> Des del rigor històric, Xavier Diez ens convida a endinsar-nos en la vida i el pensament polític d’un dels personatges més populars —per bé que desconegut— de l’anarquisme ibèric. L’autor pretén donar resposta a problemàtiques, tan diverses com necessàries, que encara són vigents en el nostre temps, com ara l’ús de la violència, la qüestió nacional i l’afinitat de classes, entre d’altres. Probablement som davant la temptativa contemporània més acurada i sòlida de biografia del sindicalista més rellevant del primer terç del segle XX, centrada en aquest cas en el seu pensament i les seves idees.</p>
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<p>La experiencia concentracionaria, una de las más terribles expresiones de violencia y barbarie del siglo XX, se conecta con un tipo concreto de escritura desarrollada fundamentalmente a partir de la década de 1930 y caracterizada por transmitir el testimonio de los supervivientes de los centros de internamiento. Es ésta una literatura que nace de una experiencia concreta, pero que se vincula con un marco intercultural determinado por la universalidad del fenómeno de los campos de concentración y que, más allá de mostrar y denunciar la inhumanidad y el horror, intenta convertirse en memoria activa y ejemplar. No todos los campos de concentración son iguales, y, de hecho, resulta difícil asimilar el infierno de los centros nazis de exterminio con otras realidades concentracionarias sin caer en la banalización o la simplificación, pero sí se pueden detectar en los testimonios de quienes los sufrieron análogos temas y recursos expresivos. Analizando de forma comparatista la obra de diversos supervivientes –Primo Levi, Jorge Semprún, Robert Antelme, Alexandr Solzhenitsyn, Max Aub, Imre Kertész, Margarete Buber-Neumann, etc.–, como si de una estructura de “vidas cruzadas” se tratase, Escribir el horror. Literatura y campos de concentración intenta analizar las principales características de este tipo de escritura.<br /> </p>
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<p>«A duras penas, en la confusión, pudimos acercarnos a La Junquera. La gente, asustada, gritaba: “¡Llegan los fascistas!”.»</p> <p>Para Enric Mèlich, el exilio y la frontera significan vivencias políticas y lucha. Tras cruzar a Francia con catorce años por el paso de Le Perthus, cuando las tropas franquistas ya tomaban Cataluña, Mèlich vivió un exilio intenso, atravesado por la lucha contra el fascismo y por el deseo de ayudar a derrotar el franquismo.</p> <p>Miembro de la resistencia francesa contra los nazis, Mèlich participó de una red de evasión que trasladaba a resistentes, judíos y otros perseguidos a Andorra; y, posteriormente, ingresó en la compañía Jean Robert del maquis francés. Mientras todavía se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, en octubre de 1944, tomó parte en la catastrófica invasión de la Vall d’Aran, organizada por la UNE, liderada por el PCE, que acabó con la muerte de 129 guerrilleros y otros cientos de heridos, detenidos y condenados a muerte. Mèlich salvó el pellejo, volvió a las filas de la resistencia y, finalizada la guerra, rechazó entrar en el Ejército francés.</p> <p>A partir de entonces, Mèlich centraría su actividad en la lucha clandestina contra el franquismo, pasando a personas y publicaciones a través de la frontera; militando en las Juventudes Libertarias y participando en las actividades de Defensa Interior (DI), la organización del movimiento libertario para la lucha armada contra el franquismo.</p> <p>Distribuidor de la mítica editorial Ruedo Ibérico y librero, la vida de Enric Mèlich, que a la fecha de publicación de este libro seguía manteniendo una inquietud y una actividad intelectual incesantes, es el testimonio de una parte del exilio que no se resignó ni se instaló en la nostalgia.</p>