misoginia

  • <p>Imagina un mundo en el que una vasta red de incels y otros mis&oacute;ginos son capaces de operar pr&aacute;cticamente sin ser detectados. Estos extremistas cometen actos terroristas deliberados contra las mujeres. Los adolescentes vulnerables son preparados y radicalizados. No tienes que imaginar ese mundo. Ya vives en &eacute;l. Quiz&aacute; no lo sepas porque no nos gusta hablar de ello. Pero ya es hora de que empecemos.</p> <p>En este libro urgente e innovador, Laura Bates, autora de bestsellers y fundadora del Proyecto Sexismo Cotidiano, se adentra en la clandestinidad para sacar a la luz vastas redes y comunidades mis&oacute;ginas. Es una inmersi&oacute;n profunda en el extremismo mundial. Las entrevistas con antiguos miembros de estos grupos y con las personas que luchan contra ellos ofrecen una visi&oacute;n &uacute;nica del funcionamiento de este movimiento. Las ideas se difunden desde los rincones m&aacute;s oscuros de Internet &mdash;a trav&eacute;s de trolls, medios de comunicaci&oacute;n y celebridades&mdash; hasta las escuelas, los lugares de trabajo y los pasillos del poder, pasando a formar parte de nuestra conciencia colectiva.</p> <p>Sin censura, y a veces tanto chocante como aterradora, esta es la inc&oacute;moda verdad sobre el mundo en que vivimos. Y lo que debemos hacer para cambiarlo.</p>
  • <p>Algunos grupos antifeministas se crearon en los a&ntilde;os noventa del siglo XX, pero no ha sido hasta las primeras d&eacute;cadas del siglo XXI cuando, gracias al anonimato que proporcionan las redes, se han organizado, interconectado, y han construido espacios propios. Este movimiento tiene distintas caras: los &iacute;nceles o c&eacute;libes involutarios, los artistas del ligue, alt-right o fundamentalistas&hellip; Todos ellos tienen en com&uacute;n el odio a las mujeres y la reacci&oacute;n ante una emergencia feminista que hace tambalearse los pilares patriarcales de la sociedad.</p> <p>Aunque la misoginia no es algo nuevo, definirse defendi&eacute;ndola expl&iacute;citamente s&iacute; que lo es. Por eso resulta imprescindible entender que no estamos ante una reacci&oacute;n aislada y centrada en los valores de los autoritarios de g&eacute;nero. Se trata m&aacute;s bien, tal y como explica Susanne Kaiser, de una puesta al d&iacute;a de los valores de la extrema derecha, y de la puerta de entrada a la misma. Todos estos nuevos actores comparten el deseo de volver a la sociedad en la que imperaba la supremac&iacute;a masculina, pero tambi&eacute;n la blanca, la autoritaria y la cristiana.</p>
  • <p>La perversa idea de la supuesta inferioridad, tanto moral como intelectual y biol&oacute;gica, de la mitad de la humanidad, las mujeres, representa el fundamento del sistema patriarcal. El amplio argumentario sobre estos supuestos se ha ido construyendo de la mano de grandes pensadores de todos los tiempos. El acuerdo com&uacute;n, salvo honrosas excepciones, situaba a las mujeres, por naturaleza, en el &aacute;mbito de lo privado. Todas estas creencias y prejuicios han condenado, y lo siguen haciendo, a millones de mujeres a grandes sufrimientos y violencias, y adem&aacute;s han frustrado sus leg&iacute;timas aspiraciones y deseos. Pero tambi&eacute;n han privado a la humanidad de la mitad de las inteligencias. Conocer el pasado nos puede servir para impedir el avance de la misoginia que, desgraciadamente, no es cosa del pasado.</p>
  • La bastarda

    23,00
    <p>&laquo;Mi caso no es &uacute;nico: tengo miedo de morir y me desgarra estar en el mundo. No he trabajado, no he estudiado. He llorado, he gritado. Las l&aacute;grimas y los lamentos me han llevado mucho tiempo. La tortura del tiempo perdido en cuanto reflexiono en ello. No puedo pensar mucho tiempo, pero puedo complacerme ante una hoja de lechuga marchita ante la cual no tengo m&aacute;s que penas para rumiar. El pasado no alimenta. Me ir&eacute; como he llegado: intacta y cargada con los defectos que me han torturado. Hubiera querido nacer estatua, y soy una babosa en mi propio estercolero. Las virtudes, las cualidades, el valor, la meditaci&oacute;n, la cultura. De brazos cruzados, me he destrozado ante esas palabras&raquo;. Un autorretrato obsesivo y revelador de una mujer notable humillada por las circunstancias de su nacimiento y por su apariencia f&iacute;sica. La bastarda relata la larga b&uacute;squeda de Violette Leduc de su propia identidad a trav&eacute;s de una serie de agonizantes y apasionados amores con hombres y mujeres. Cuando se public&oacute; por primera vez, La bastarda logr&oacute; que se comparara a Leduc con Jean Genet por la descripci&oacute;n franca de sus escapadas sexuales y su comportamiento inmoral. Una obra confesional que contiene retratos de varios autores y autoras franceses famosos, que hacen de este libro mucho m&aacute;s que una memoria centelleante. El brillante estilo de Leduc y su delicada atenci&oacute;n al lenguaje transforman esta autobiograf&iacute;a en una verdadera obra de arte. La calidad de sus escritos fue reivindicada por otras destacadas figuras como Simone de Beauvoir, Albert Camus o Jean-Paul Sartre.</p>
  • Sexismo

    16,80
    <p>El sexismo es el origen de la violencia de g&eacute;nero, porque asocia, potencia, ense&ntilde;a y transmite los valores masculinos como sin&oacute;nimo de &eacute;xito, de fuerza, de inteligencia, de poder. En contraposici&oacute;n a lo femenino, que es invisible, supeditado siempre a lo masculino. En el ejercicio de este poder se sustenta el sexismo y a su vez, el sexismo se sustenta en el poder. Sexismo, por tanto, solo conoce un g&eacute;nero: el masculino. Este libro no es un libro solo para mujeres, no, tambi&eacute;n lo es para los hombres, porque el combate contra el sexismo nos interpela a todos. A los hombres, porque lo practican por herencia hist&oacute;rica. A las mujeres, porque lo padecen. Y porque, sin saberlo, a veces lo transmite a sus hijos e hijas cuando los educan desde una perspectiva sexista.</p> <p>El sexismo es el punto de partida de la desigualdad, y de la violencia machista. Una violencia que adquiere m&uacute;ltiples formas. Tantas que en la portada del libro hablamos de &laquo;la violencia de las mil caras&raquo;. Los cr&iacute;menes son su expresi&oacute;n m&aacute;s cruel, m&aacute;s inhumana. Pero la violencia contra las mujeres est&aacute; en las palabras, en los gestos, en las actitudes, en la desigualdad cotidiana, en las casas, en el trabajo, en la calle. Est&aacute; en las mentes.</p> <p><em>Sexismo, la violencia de las mil caras</em>, de Julia Sousa, con pr&oacute;logo de Marina Subirats, es el tercer libro editado por la Fundaci&oacute;n Periodismo Plural, en su colecci&oacute;n Periodismo y Derechos Humano. Pretendemos que sea un libro &uacute;til, que aporte datos y reflexiones para conocer mejor el problema en toda su complejidad. Informaci&oacute;n imprescindible para, entre todas y todos, combatir los cr&iacute;menes insoportables. Para transformar las mentes.</p>
  • <p>Con esta nueva aparici&oacute;n, seguimos la colecci&oacute;n de relatos, episodios y narraciones hist&oacute;ricas que han tenido como escenario el barrio del Raval.</p> <p>La presentaci&oacute;n de este nuevo t&iacute;tulo supone una excepci&oacute;n respecto al n&uacute;mero de p&aacute;ginas que ha mantenido hasta ahora la colecci&oacute;n. La justificaci&oacute;n de esta excepcionalidad viene dada por la importancia de este libro que rompe por fin un silencio bibliogr&aacute;fico vergonzoso y nos desvela y da a conocer la s&oacute;rdida historia que durante un siglo se desarroll&oacute; en aquella c&aacute;rcel de nuestro barrio.</p> <p>&ldquo;El lector que tenga esta obra en sus manos est&aacute; ante un libro que va m&aacute;s all&aacute; de los muros que delimitaban los patios de la c&aacute;rcel. No es exagerado afirmar que Elsa Plaza ha escrito una historia de Barcelona a trav&eacute;s de la c&aacute;rcel de Amalia. O, dicho de otro modo, una historia de los mecanismos de intervenci&oacute;n dispuestos por el poder (pol&iacute;tico, econ&oacute;mico, eclesi&aacute;stico&hellip;) para controlar, encauzar y reprimir a los y las disidentes y los excluidos y las excluidas en el proceso de implantaci&oacute;n y consolidaci&oacute;n del capitalismo industrial en la ciudad condal.(&hellip;) un colosal trabajo historiogr&aacute;fico que representa, adem&aacute;s, un acto de justicia para con los miles de hombres, mujeres y ni&ntilde;os y ni&ntilde;as que malvivieron y penaron a la sombra de los muros del antiguo convento de los pa&uacute;les. Que ahora vea la luz como un n&uacute;mero extraordinario de la colecci&oacute;n Hist&ograve;ries del Raval es, por a&ntilde;adidura, una constataci&oacute;n de que se pueden llevar a cabo grandes proyectos de historia y memoria desde la base del tejido social de los barrios con pocas herramientas y presupuestos muy limitados. Los vecinos y vecinas del Distrito V que convivieron durante un siglo con la c&aacute;rcel estar&iacute;an orgullosos de esta publicaci&oacute;n.&rdquo;</p>
  • <p>La presente obra analiza el mercado de trabajo del servicio dom&eacute;stico durante la dictadura franquista. Partiendo de un an&aacute;lisis de lo local -la Vitoria del desarrollismo-, aborda una realidad m&aacute;s compleja y amplia que engloba el resto de la geograf&iacute;a espa&ntilde;ola. De este modo, se examina la evoluci&oacute;n y la transformaci&oacute;n que experiment&oacute; el servicio dom&eacute;stico desde un prisma cuantitativo y cualitativo, contextualiz&aacute;ndolo y resignific&aacute;ndolo a trav&eacute;s de las vivencias de sus protagonistas. Para ello esta investigaci&oacute;n se centra en aspectos tan importantes como: la consideraci&oacute;n social del servicio dom&eacute;stico, sus condiciones laborales, el mundo asociativo de las trabajadoras, las estrategias desplegadas por la oferta y la demanda de la mano de obra, las pol&iacute;ticas de instituciones como el Estado y la Iglesia y otros temas relacionados con el devenir de esta actividad durante el franquismo. Todo ello deja entrever la importancia y el valor del servicio dom&eacute;stico y de la econom&iacute;a de los cuidados, que contribuyeron a equilibrar los presupuestos familiares de las clases obreras y a proveer de atenciones a las clases medias y burguesas en una &eacute;poca en la que el Estado de bienestar estaba a&uacute;n en ciernes.</p>
  • <p>&ldquo;Abrir este libro es iniciar un vuelo hacia la luz, procurar que las vidas de un centenar de mujeres andaluzas an&oacute;nimas, arrumbadas en los m&aacute;rgenes de la historia, se iluminen. Son testimonios que, en tus manos, lector, en tus ojos, lectora, encontrar&aacute;n su raz&oacute;n de ser: el rescate del olvido.</p> <p>Imaginar todo eso es un acto de humanidad frente a la barbarie de las fosas, y de las fosas comunes de mujeres, una triste singularidad de Andaluc&iacute;a, a fin de castigar de manera ejemplar, cruel y b&aacute;rbara a quienes hab&iacute;an osado desafiar el modelo de mujer patriarcal y tradicional, rescatado e impuesto por los vencedores, con la colaboraci&oacute;n aquiescente de la Iglesia cat&oacute;lica y sus ministros&rdquo;.</p> <p>(Pura S&aacute;nchez, historiadora, en el pr&oacute;logo del libro).</p>
  • <p>Las &uacute;ltimas d&eacute;cadas, periodo de neoliberalismo y de giro autoritario de las formas de gobierno, han venido igualmente marcadas por una creciente violencia contra las mujeres. Los asesinatos sistem&aacute;ticos de Ciudad Ju&aacute;rez se han convertido en un ensayo a escala planetaria, desbord&aacute;ndose all&iacute; donde el Estado se ha descompuesto en sus tradicionales funciones soberanas. El capitalismo exacerbado, producto de una modernidad-colonialidad nunca superada, se descarga ahora en las nuevas guerras contra las mujeres, destruyendo la sociedad al tiempo que sus cuerpos.</p> <p>Comprender este nuevo giro violento del patriarcado, que Segato considera acertadamente la primera estructura de dominaci&oacute;n en la historia de la humanidad, implica desplazarlo &laquo;del borde al centro&raquo;.</p> <p>De acuerdo con la autora, s&oacute;lo a partir de una revitalizaci&oacute;n de la comunidad y de una repolitizaci&oacute;n de lo dom&eacute;stico ser&aacute; posible detener el femigenocidio hoy en marcha. Se juega en ello nada menos que el futuro de la humanidad.</p>
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