naciones

  • <p>&laquo;La obra de Rocker es extraordinariamente instructiva y testimonia una rara originalidad de esp&iacute;ritu. Incontables hechos y relaciones se han expuesto en ella de una manera completamente nueva y persuasiva&raquo;.&mdash;Albert Einstein.</p> <p>&laquo;La obra de Rocker supone una contribuci&oacute;n fundamental a la filosof&iacute;a pol&iacute;tica, tanto por su an&aacute;lisis profundo y amplio de muchos autores famosos como por su brillante cr&iacute;tica a la idolatr&iacute;a del Estado, la superstici&oacute;n m&aacute;s difundida y funesta de nuestro tiempo&raquo;.&mdash;Bertrand Russell.</p> <p>Escritas casi a la par que su obra m&aacute;s importante, Nacionalismo y cultura &mdash;y complementarias a esta&mdash;, las gemas que componen este libro, publicadas en la prensa anarquista de principios del siglo xx a ambos lados del Atl&aacute;ntico, son &mdash;todav&iacute;a hoy&mdash; de una clarividencia asombrosa para diseccionar el nacionalismo, el fascismo y el culto a la religi&oacute;n del Estado.</p>
  • <p>&laquo;&iquest;Cu&aacute;l es la magnitud cr&iacute;tica que conduce al abuso? La respuesta no es muy dif&iacute;cil. Es todo aquel volumen de poder que confiere inmunidad frente a la represalia. [...] lo que podr&iacute;amos llamar la &ldquo;teor&iacute;a del poder de la miseria social&rdquo;.&raquo;</p> <p>El colapso de las naciones es un ensayo en forma de s&aacute;tira que reivindica para nuestros d&iacute;as la &laquo;idea de la proporci&oacute;n&raquo;: una propuesta humilde. Su incorrecci&oacute;n pol&iacute;tica denuncia el culto al tama&ntilde;o como la patolog&iacute;a esencial del siglo XX. Y lo hace con un estilo c&aacute;ustico que, por momentos, nos recuerda a la iron&iacute;a de Swift o la l&iacute;rica de Safo.</p> <p>Hoy &mdash;m&aacute;s de medio siglo despu&eacute;s de su primera publicaci&oacute;n en 1957&mdash;, revisitamos los escenarios nacionales para confirmar que los abusos que Leopold Kohr describi&oacute; contin&uacute;an impunes. El autor plantea que para revertir esta din&aacute;mica es necesario el desmembramiento de los vastos complejos nacionales y que los Estados naci&oacute;n renuncien a su hegemon&iacute;a. Aunque la propuesta parezca ingenua, en el mundo contempor&aacute;neo solo las grandes potencias poseen la dimensi&oacute;n que permite extender la miseria social que intentamos prevenir.</p> <p>Su cr&iacute;tica anticip&oacute; los l&iacute;mites de la l&oacute;gica de bloques tanto dentro como fuera de la eurozona, y reinterpret&oacute; el colapso global como una crisis indefectible de la magnitud cr&iacute;tica. En pleno siglo XXI, con el mantra de la unificaci&oacute;n salvapatrias de regreso, su vigencia es innegable. Como dijo Gulliver durante uno de sus viajes: &laquo;La raz&oacute;n no aumenta con el tama&ntilde;o del cuerpo&raquo;.</p>
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