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<p>En la localidad mexicana de Pahuatlán ha caído una sequía como si fuera una maldición. Algunos de sus habitantes la abandonan, otros se quedan esperando el retorno de la lluvia. <em>Anoche me soñé muerta</em> es la constelación de sus voces, donde tradición, memoria, premoniciones, lo fantástico y lo humano se amalgaman en las raíces de un relato que mira al pasado y a la urgencia del presente.</p> <p>Edson Lechuga regresa a su Pahuatlán de Valle natal para rescatarla mística de la narración oral, las historias de sus antepasados y los seres fabulosos que las pueblan. Como escribe Mardonio Carballo en el prólogo: «Nada es más universal que aquello que tiene en su forma, fondo. Y hablar de fondo en un país como el nuestro es hablar de algo serio. Nos bastó voltear al mundo para querer serlo. Y nada grave hay en eso salvo el olvido de lo propio y sus consecuencias. La novela de Edson Lechuga es un recordatorio de ello. Látigo y memoria».</p>
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<p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;"><em>Cocodrilario</em> transcurre en un México fantástico poblado de bestias, criaturas mitológicas y mujeres que vagan sin rumbo entre espacios liminales embrujados por la memoria. Los nueve relatos que componen el libro exploran lugares de metamorfosis y trazan la órbita de un mundo nuevo, atosigado por la llegada de un misterioso cometa. Aquí habitan conjuros del desangrado, lechuzas, quetzales, yaguarundíes, gestaciones monstruosas, nudos de pelo, familiares de brujas, superstición, líos supernaturales y también maritales, sonambulismo, somniloquía, cráteres, promesas fulgurantes, la marcha de una marabunta monolítica que busca un nuevo lugar para reinventar la humanidad, y, por supuesto, docenas de cocodrilos.</p> <p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;">«A la voz de Alicia Mares obedecen hordas de animales. Lechuzas, hormigas, cocodrilos…, seres medio vivos, medio muertos, de formas caprichosas, que se levantan desde las ciénagas de su imaginación para ejecutar lo que ella les pide: atravesar las paredes liminales entre la realidad y los sueños y hacernos una visita nocturna. Como no hay mejor mezcla para degustar que la narración sazonada de poesía, esta autora teje y desteje a voluntad un discurso de araña que nos va abrazando hasta tenernos justo donde nos desea: temblando, a punto de ser devorados. Alicia es una narradora de cuidado que sabe el nombre verdadero del mundo. Dice “cuento” con una voz infantil y perversa. Entonces el cuento se manifiesta.» —Solange Rodríguez Pappe, autora de <em>La primera vez que vi un fantasma</em> y <em>De un mundo raro</em></p> <p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;">«Los cuentos de Alicia Mares irrumpen en el panorama actual con una voz potente y oscura, escudriñan la tiniebla para presentar ante nuestros ojos criaturas excepcionales y su vínculo acendrado con lo humano. Estas historias actúan como asombrosos sortilegios renovados, maravillas electrizantes que nos exponen al abismo.» —Lola Ancira, autora de <em>Tristes sombras</em></p> <p style="box-sizing: border-box; margin: 0px 0px 1em; padding: 0px;">«A diferencia de zoológicos y terrarios, en Cocodrilario los monstruos —esos que nos advierten, que nos reflejan— se desplazan con libertad por todos los recovecos de una mente ansiosa de horror y de magia.» —Miguel Lupián, escritor y director de la revista <em>Penumbria</em></p>
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<p>Unos meses antes del nacimiento de Claire de Luz Marina, mientras nadaba en el mar durante una pesca nocturna, su madre mira hacia el cerro Anthère. Ve las luces de sus mansiones brillar, formando racimos a la distancia. En lo alto, un poco más abajo de la loma embrujada Mòn Initil, parpadea el antiguo faro. Avanza entre los peces, partiendo en dos la superficie iluminada del mar, y a su paso las algas centellantes se desvanecen como en un espejismo. Las numerosas chozas de madera frente a la playa, con sus techos de paja y hojalata, completan la vista hacia el pueblo Ville Rose, en el sur de Haití.</p> <p>Siete años después, en el aniversario de su muerte, una ola gigante hunde un bote con su único pescador a bordo. Es también el séptimo cumpleaños de Claire, que esa noche desaparece. En «Claire de Luz Marina», una plaga de ranas muertas, inundaciones de verano y tormentas de granizo atraviesan las historias de Ville Rose, el pasado y presente de sus personajes magistralmente cruzados. Las estructuras abigarradas de sus paisajes cotidianos y viviendas, las pandillas, la radio del pueblo, Puerto Príncipe y Miami, las vidas tensionadas por el deseo y la sobrevivencia.</p> <p>Con la cadencia única del creol y el francés haitiano, Edwidge Danticat muestra ser una de las voces más punzantes del Caribe contemporáneo. Una novela que convierte el horror en belleza.</p>
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<p>Un supositorio que deviene en un ingenioso sistema para controlar a los poderosos, una psicodélica despedida de soltero en Texas, una conspiración para llevar la subversión erótica a un colegio religioso, un político atrincherado en un videojuego o unas monjas apostando en un casino de Las Vegas son algunas de las ideas fuerza que componen El destino es un conejo que te da órdenes, la primera colección de cuentos del escritor mexicano Eduardo Rabasa.</p> <p>Narrados en primera persona, al leer estos relatos uno tiene la sensación de que todos sus protagonistas han mirado fijamente al abismo y están a un solo paso de la locura o de convertirse en Dios. Como en sus anteriores libros —las novelas La suma de los ceros y Cinta negra, también publicadas en Pepitas—, clásicos de la literatura como Carroll, Orwell o Swift suenan de fondo, y son retorcidos sin miedo ni pudor en aras de la mejor literatura.</p>