<p>Un ni&ntilde;o aparece muerto, colgado de una viga, en una obra abandonada de un barrio de la periferia de Madrid. Tom&aacute;s, un chaval de doce a&ntilde;os, decide escribir, sin saber muy bien porqu&eacute;, todo lo que sucedi&oacute; aquel asfixiante s&aacute;bado de agosto en que muri&oacute; Lucas, su compa&ntilde;ero de juegos. Con esos mimbres Isabel Alba ha construido un relato intensamente literario, utilizando un lenguaje l&iacute;mpido y geom&eacute;trico, en el que la dureza de lo narrado contrasta con la belleza del estilo con la que est&aacute; expresado. Un relato de intriga cuyo final nos sorprende no s&oacute;lo por su imprevisibilidad, sino tambi&eacute;n por la ambig&uuml;edad moral que impregna el horizonte social y psicol&oacute;gico de los personajes, seres cuya humanidad est&aacute; acosada, como sucede en la vida real, por los avatares que la vida y <font size="1">el destino les han deparado</font></p> <p>&nbsp;</p>