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<p>Al norte está el pueblo. Solía ser una ciudad. En las noches claras, que son las menos, se distingue a lo lejos lo que queda de las ruinas de la vieja catedral. Al sur, al este, al oeste, se extienden los páramos, kilómetros de lodo y brezo carcomido por la lluvia. La tierra se traga gente, animales, vehículos abandonados, y luego el barro los regurgita, como regalos no deseados. Raíces retorcidas, viejos electrodomésticos; cadáveres antiguos y modernos se alzan del fango, barcos hundidos en el fondo del mar. </p> <p>María Bonete (una de las autoras de la antología de ficción climática Estío, publicada por Episkaia) realiza en No hay tierra donde enterrarme, con la escritura de las hermanas Bronte como brújula, una actualización de la novela gótica en un futuro de desastre ambiental, en lo que probablemente constituya la primera obra del gótico climático. En este paisaje recóndito en algún lugar del Reino Unido, la niebla oculta y destruye, poco a poco, la relación de las protagonistas con el mundo conocido. Quizá haya esperanza más allá del controlado confort de la cotidianidad, transformada también en un espacio de vigilancia y control, pero la única forma de adentrarse en la bruma y volver es hacerlo juntas.</p>
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<p>El huracán se acerca. Los diques de los Archivadores, ya por debajo del nivel del mar, no aguantarán mucho más. Hajira tiene 17 años, un pasado enturbiado, como el de tantos otros, por la Inundación, y una pistola. El huracán se acerca y ella, como todos sus vecinos, va a tener que elegir.</p> <p>El universo dibujado por Francisco Serrano en esta novela corta de ficción climática parece lejos del confortable presente occidental, pero algunos destellos (Benidorm bajo el mar, barcos de refugiados hundidos) nos recuerdan que el futuro está cerca. Hajira es un aviso a navegantes, pero también una invitación a la resistencia.</p>
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<p>Jugando en la oscuridad radiografía con precisión la huella afroamericana en la cultura de un país que sería irreconocible sin ella.</p> <p>Las tres conferencias que componen este breve libro las impartió Toni Morrison en la Universidad de Harvard un año antes de recibir el Premio Nobel de Literatura. Constituyen una profunda reflexión sobre la constante y, sin embargo, velada presencia negra en la literatura clásica norteamericana (Poe, Beecher Stowe, Melville, Twain, Cather, Faulkner, Hemingway…) y la forma en que esa presencia es utilizada con la finalidad de establecer la identidad blanca.</p> <p>Obra de una autora no menos intrépida en su crítica literaria que en sus novelas, Jugando en la oscuridad fue desde su aparición en 1992 un libro clave para los estudios sobre la negritud y la blanquitud. Sus páginas no solo exploran la mente, imaginación y conducta de los esclavizados, sino el impacto que la ideología racial causa en la mente, imaginación y conducta de los blancos. El tema de Morrison es la presencia, en el corazón mismo de las letras estadounidenses, de una población, la afroamericana, «que siempre ha mantenido una existencia íntima con la población dominante y, al mismo tiempo, desquiciadamente separada de ella». Su conclusión es taxativa: «Nada puso tan de relieve el concepto de libertad, si es que no lo creó, como la esclavitud».</p>
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<p>Salió a los campos y se acercó a la orilla del río. Todo le resultó extrañamente silencioso. Se engañaba. En el álamo blanco, centenario, que tan bien conocía, se habían refugiado multitud de pájaros que a aquella hora de la tarde entremezclaban sus cantos creando una desigual sinfonía. Pero él no podía percatarse, empezaba a oscurecer. Se había encerrado en su conciencia. Viajaba solo en ese tren hacia la noche que se echaba sobre los campos. Era el comienzo del verano de 1936. Así comienza poco más o menos esta novela que habla de un tiempo de guerra y de revolución en la España de 1936. A medio camino entre la ficción histórica y el relato de aventuras, y frente a la ya muy abundante literatura escrita sobre la cuestión, Primera y última tierra intenta recorrer caminos poco explorados.</p>
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<p>Quan a la mare de la Kid li ofereixen estrenar una obra de teatre alternatiu a Nova York, tota la família es muda sis mesos a un bloc de pisos de Manhattan. Els rumors diuen que en aquell edifici hi viu una cabra al terrat. Com és possible? Aviat descobrirà que aquell misteri no és la cosa més curiosa de l’edifici, sinó els personatges extraordinaris que l’habiten. Com el veí de l’àtic, el Joff, un famós skater cec que també és escriptor d’històries fantàstiques; o els de la novena planta, la Doris i el Jonathan, que tracten d’adaptar-se a un ictus; o el Kenneth, el veí de la desena planta amant de l’òpera que sempre està parlant amb els dos hàmsters que té. Quan la Kid coneix el Will mentre explora els secrets egipcis del Museu Metropolità d’Art, troba l’aliat perfecte per a tractar de resoldre el misteri de la cabra. Però aquesta aventura els portarà a enfrontar-se a les seves pròpies pors.</p> <p><strong>La cabra</strong> és una novel·la deliciosa d’Anne Fleming sobre uns personatges fascinants i entranyables que tracten d’omplir de sentit les seves vides. Una història entre el misteri i l’aventura, entre les persones i els animals, entre l’humor i la tendresa en què Manhattan és un protagonista més. Traduïda a un desena de llengües i seleccionada com un dels millors llibres de l’any pel prestigiós catàleg White Ravens, per la Biblioteca Pública de Nova York, pel jurat del premi Stregga Ragazze i Ragazzi i pel del premi Sheila A. Egoff de literatura d’infants i joves, La cabra ja ha robat el cor de milers de lectors de totes les edats d’arreu del món.</p>
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<p>Alas es la primera novela rusa que narra un amor romántico homosexual, y lo hace de una manera bellísima, con la delicadeza y la inteligencia que cabría esperar en un autor como Kuzmín, a través de una historia con ciertos tintes autobiográficos, en apariencia muy sencilla pero que, bajo una superficie tranquila, esconde el océano turbulento de cualquier ser humano en sociedad. El protagonista es Iván Smúrov, también llamado Vania, un joven huérfano que queda al cargo de su tío Kostia, con quien se traslada a vivir al populoso Petersburgo. Para el muchacho, este cambio supone algo más que abandonar la vida de provincias; será un viaje iniciático hacia el despertar del amor y los sentimientos en el que, por su inocencia e inexperiencia, se verá enfrentado a circunstancias que no concuerdan con el ideal comúnmente extendido del amor romántico. Pero Vania es lo suficiente inteligente como para escucharse a sí mismo y ser consecuente aunque se vea obligado a enfrentarse a algo desconocido.</p>
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<p>Novela loca, onírica, repleta de referencias clásicas con las que salpimentar un fresco de resistencias vitales al imperio del capital. Raptar a un perro puede parecer una buena idea cuando la sociedad te dice por activa y por pasiva que sobras. Y la idea gana en atractivo si el animal pertenece al richacón de la isla. Con lo que no contaba Víctor Fuertes es con la indiferencia mutua entre bicho y amo y con la picardía de sus empleados. Ni con que su huida al viejo faro se convirtiera en una suerte de recorrido iniciático guiado por unos viejos sabios y heterodoxos de la montaña. Antonio Orihuela, poeta y maestro de tanto, firma una novela loca, onírica, repleta de referencias clásicas con las que salpimentar un fresco de resistencias vitales al imperio del capital.</p>
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<p>Sobre las ruinas de un negocio de combustible unos europeos construyen un local al que llamaron Red Burdel y que altera la tranquilidad de un pequeño pueblo de la costa este de África. Los sucesivos conflictos de intereses y la expectación que genera el local permiten el desvelamiento de unas historias que conducen a un micromundo de mentiras y ocultamientos que sostenían unas vidas poéticamente apasionantes.</p> <p>¿Por qué escribo este libro? Yo respondería a la cuestión preguntando a mí vez por qué no escribirlo. Siendo escritor de Guinea Ecuatorial, lo más probable es que cualquier lector que me lea lo haga con la intención de encontrar respuestas a cuestiones planteadas desde la búsqueda de los elementos que definen la guineanidad. Pero es necesario recordar a los lectores que de vez en cuando me permito la licencia de eludir esta responsabilidad de cronista sobre lo guineano y doy satisfacción a las musas.</p>
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<p>"Hace tiempo escribí una novela sobre la muerte de madre. Y unos años después, otra en que contaba los silencios de padre, unos silencios que nunca rompió para contarnos lo que escondían dentro. La historia oficial de la derrota se la inventa la vic­toria. Ahora escribo esta historia en que somos tú y yo los personajes principales. Sin haberlo pretendido -o eso creo- es como si cerrara con este libro un tampoco sé si real o imaginado libro de familia".</p>