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<p>En los países occidentales, desde comienzos de los ochenta, el capitalismo global financiarizado presentó un período expansivo no exento de fuertes crisis puntuales. Después de la gran crisis financiera de finales de la primera década del siglo XXI pasó por un período de estancamiento y, cuando apenas remontaba, aconteció la pandemia de la Covid-19 que ha ocasionado un fuerte repunte de la crisis económica.</p> <p>A lo largo de este tiempo ha crecido ininterrumpidamente la desigualdad económica y social, la precarización de cada vez más amplios sectores de asalariados y la incertidumbre económica, política, cultural y climática provocada por las dinámicas económicas y por las tensiones y los conflictos que genera su continuidad, en un mundo inmerso en la revolución informacional con notables innovaciones cuyas patentes apropiadas por las grandes corporaciones generan rentas extraordinarias.</p> <p>En el curso de estos procesos la hegemonía de los imaginarios sociales y las ideologías neoliberal y neoconservadora lograda por el gran capital, las plutocracias y categorías sociales afines del período expansivo, dadas sus sólidas posiciones de poder y su renovada gran ofensiva cultural y política en la sociedad, en un período de crisis orgánica, han resignificado sus imagos y sus ideologemas y rearticulado su hegemonía, en cuyo contexto, la desdemocratización de la política y el malestar social y cultural facilita el avance de los discursos de la derecha extrema y la extrema derecha.</p> <p>La reflexión realizada en estos escritos pretende esbozar y seguir los citados plexos y dinámicas y realizar una valoración crítico-práctica de los conceptos puestos en juego para analizarlos.</p>
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<p>¿Por qué el discurso de los valores de la familia fue fundamental para la revolución conservadora y de libre mercado de la década de 1980 y por qué ha seguido ejerciendo una influencia tan profunda en la vida política estadounidense y de otros países occidentales? ¿Por qué los neoliberales del libre mercado a menudo han hecho causa común con los conservadores sociales sobre la cuestión de la familia, a pesar de sus diferencias en todo lo demás?</p> <p>En este libro, Melinda Cooper desafía la idea de que el neoliberalismo privilegia el individualismo atomizante sobre las solidaridades familiares, así como la libertad contractual sobre el estatus heredado. En la tradición de las leyes de pobres de los países anglosajones, muestra cómo el espíritu liberal de la responsabilidad personal siempre ha estado respaldado por un imperativo más amplio de responsabilidad familiar y cómo esta inversión en las obligaciones de parentesco ha facilitado recurrentemente la alianza entre los liberales del libre mercado y los conservadores sociales.</p> <p>El neoliberalismo, argumenta, debe entenderse como un esfuerzo por revivir y traducir la tradición de las leyes de pobres a la lengua contemporánea de la deuda familiar. A medida que los políticos neoliberales impusieron recortes en los presupuestos de salud, educación y bienestar, identificaron a la familia como una alternativa total al Estado de bienestar. Y a medida que la responsabilidad del gasto deficitario pasó del Estado al hogar, las obligaciones de deuda privada de la familia se definieron como fundamentales para el orden socioeconómico.</p> <p>A pesar de sus diferencias, los neoliberales y los conservadores sociales han estado básicamente de acuerdo en que los lazos familiares deben ser fomentados y, más aún, hacerse cumplir, como contraparte necesaria de la libertad de mercado. Solo al restaurar la familia a su posición central en el proyecto neoliberal podemos entender la alianza política que define nuestro tiempo entre la economía de libre mercado y el conservadurismo social.</p>