-
<p>La periodista y psicóloga Darcy Lockman ofrece una lúcida mirada al problema más pernicioso al que se enfrentan las madres y padres modernos: las relaciones progresistas se convierten en tradicionales cuando se introducen los niños en el hogar. En una época de activismo feminista, concienciación y cambio aparentemente sin precedentes, los datos muestran que persiste obstinadamente un área de desigualdad de género: la desproporcionada cantidad de trabajo parental que recae en las mujeres, independientemente de su origen, clase o estatus profesional.</p> <p>Lockman investiga la causa de esta omnipresente desigualdad para responder por qué, en los hogares en los que ambos progenitores trabajan a jornada completa y están de acuerdo en que las tareas deben repartirse a partes iguales, las contribuciones de las madres a la gestión del hogar, la carga mental y el cuidado de los hijos siguen superando a las de los padres. ¿Dónde está nuestra revolución, nuestra insurgencia, nuestra agitación civil?</p> <p>Lockman expone cómo la promesa feminista de una verdadera pareja de hecho casi nunca se cumple, e identifica tres principios que han sostenido la división cultural del trabajo en función del género, desgranando las formas en que tanto hombres como mujeres perpetúan involuntariamente las viejas normas.</p>
-
En Urbanismo feminista se concretan y detallan diferentes aspectos relativos a esa ciudad que pone la vida en el centro, desde la clara conciencia de que solamente los procesos impulsados desde abajo, y a partir de la complejidad comunitaria, edificarán una realidad urbana radicalmente distinta a la que conocemos.
-
<p>Qué papel juega el «cuerpo» hoy en día en tanto categoría de acción política? ¿Cuáles son los procesos por los cuales se constituye? ¿Cómo desmantelamos los dispositivos de «cercamiento» de nuestros cuerpos y reclamamos colectivamente nuestra autonomía?</p> <p>Quizás más que nunca, «el cuerpo» ocupa hoy el centro de la política, tanto radical como institucional. De un lado, los movimientos feministas, antirracistas, trans, ecologistas, etc., toman el cuerpo como un terreno de confrontación, así como un vehículo para prácticas sociales transformadoras. De otro, el cuerpo se ha convertido en un significante de la crisis de la reproducción empujada por el giro neoliberal del desarrollo capitalista, así como por el resurgimiento de la represión y la violencia.</p> <p>En <em>Ir más allá de la piel</em>, la activista y teórica Silvia Federici examina estos procesos complejos, en el contexto histórico de la transformación capitalista del cuerpo en una máquina de trabajo, ampliando así uno de los temas principales de su primer libro, <em>Calibán y la bruja</em>. En una doble dirección, examina los nuevos paradigmas que hoy rigen la concepción del cuerpo en la imaginación colectiva radical, pero también en los nuevos regímenes disciplinarios que el Estado y el capital están implementando en respuesta a la creciente revuelta contra los ataques diarios a nuestra reproducción cotidiana. El resultado es un libro iluminador y extremadamente contemporáneo.</p>
-
<p>La perversa idea de la supuesta inferioridad, tanto moral como intelectual y biológica, de la mitad de la humanidad, las mujeres, representa el fundamento del sistema patriarcal. El amplio argumentario sobre estos supuestos se ha ido construyendo de la mano de grandes pensadores de todos los tiempos. El acuerdo común, salvo honrosas excepciones, situaba a las mujeres, por naturaleza, en el ámbito de lo privado. Todas estas creencias y prejuicios han condenado, y lo siguen haciendo, a millones de mujeres a grandes sufrimientos y violencias, y además han frustrado sus legítimas aspiraciones y deseos. Pero también han privado a la humanidad de la mitad de las inteligencias. Conocer el pasado nos puede servir para impedir el avance de la misoginia que, desgraciadamente, no es cosa del pasado.</p>
-
<p>El presente es el único texto crítico existente a fecha de hoy sobre la situación de la mujer en las Fuerzas Armadas. El único trabajo que ha juntado las piezas del puzle para facilitar una visión de conjunto que permita a la ciudadanía tomar conciencia de la magnitud de un problema tan grave como es la impunidad de la violencia sobre la mujer en el seno del Ejército, y que ello suponga un punto de encuentro y reflexión desde el que impulsar un imprescindible cambio.</p> <p>Dividido en dos partes, en la primera, se presentan denuncias de acoso en cuatro periodos de tiempo, y, en la segunda, se analizan con la intención de extraer conclusiones en forma de patrones y estadísticas. Y los datos resultan muy reveladores: un número de denuncias y de condenas muy bajo, una clara tendencia a proteger a los denunciados y expulsar a las denunciantes, una ausencia de control político y una falta de interés mediático.</p> <p>El objetivo de este libro es claro: que cuando acontezca un delito de esta naturaleza, las víctimas encuentren un respaldo institucional que las proteja y una estructura legal que les ofrezca todas las garantías de independencia e imparcialidad exigibles. Todo lo cual se resume en una premisa que convendría que el lector recordase cada vez que visualice un abuso, un acoso o una agresión, y le parezca incomprensible la resolución que se da al mismo: desaparición o restricción de la Justicia militar a tiempos de guerra, conflictos militares y delitos de naturaleza exclusivamente militar.</p>
-
<p>El Prado es todavía, doscientos años después, una institución en la que se silencia y se excluye a la mujer. A las artistas y a las visitantes: todas invisibles y todos ciegos ante la ausencia de la voz y la experiencia femeninas. ¿Por qué el Museo Nacional del Prado ignora a las mujeres? En las salas del referente español y en las del resto de instituciones internacionales, el relato que se alaba en el siglo XXI es el mismo con el que el siglo XIX contó el mundo y construyó sus intereses. Cuadro a cuadro, este libro revisa el legado patriarcal que ha llegado hasta nuestros días, aunque hoy lo señalemos como injustificable y rechacemos cualquier práctica que amplíe la brecha entre hombres y mujeres.</p> <p>Esta no es una historia del arte tradicional: es una guía contra las ausencias, las vejaciones, los eufemismos, los silencios y tergiversaciones que han hecho desaparecer a la mitad de la población, con una violencia soterrada y a la vista. Y esta es también una historia contra la ceguera, una narración sobre las condiciones políticas y sociales que determinan la creación artística y privilegian a ellos sobre ellas. Es el momento, ante el auge de los fascismos, de que los museos asuman sus responsabilidades y pasen a ejercer una práctica de pensamiento crítico, y se nieguen a dar por sentado el marco del menosprecio y la desigualdad.</p>
-
<p>«Mi caso no es único: tengo miedo de morir y me desgarra estar en el mundo. No he trabajado, no he estudiado. He llorado, he gritado. Las lágrimas y los lamentos me han llevado mucho tiempo. La tortura del tiempo perdido en cuanto reflexiono en ello. No puedo pensar mucho tiempo, pero puedo complacerme ante una hoja de lechuga marchita ante la cual no tengo más que penas para rumiar. El pasado no alimenta. Me iré como he llegado: intacta y cargada con los defectos que me han torturado. Hubiera querido nacer estatua, y soy una babosa en mi propio estercolero. Las virtudes, las cualidades, el valor, la meditación, la cultura. De brazos cruzados, me he destrozado ante esas palabras». Un autorretrato obsesivo y revelador de una mujer notable humillada por las circunstancias de su nacimiento y por su apariencia física. La bastarda relata la larga búsqueda de Violette Leduc de su propia identidad a través de una serie de agonizantes y apasionados amores con hombres y mujeres. Cuando se publicó por primera vez, La bastarda logró que se comparara a Leduc con Jean Genet por la descripción franca de sus escapadas sexuales y su comportamiento inmoral. Una obra confesional que contiene retratos de varios autores y autoras franceses famosos, que hacen de este libro mucho más que una memoria centelleante. El brillante estilo de Leduc y su delicada atención al lenguaje transforman esta autobiografía en una verdadera obra de arte. La calidad de sus escritos fue reivindicada por otras destacadas figuras como Simone de Beauvoir, Albert Camus o Jean-Paul Sartre.</p>
-
<p>Este libro recoge el diálogo mantenido entre Donna Haraway y Marta Segarra con el que se clausuró el ciclo de debates de pensamiento del CCCB del 2018, «Después del fin del mundo». El diálogo busca profundizar algunas de las ideas expuestas por Haraway en su libro Seguir con el problema. Generar parentesco en el Chthuluceno, entre ellas: cómo los feminismos han contribuido a pensar de forma diferente, no solo sobre las mujeres y el género, sino también sobre el planeta, y qué papel tienen las mujeres a la hora de hacer el planeta más habitable; la necesidad de velar por un mundo más integral y menos binario; y de aprender tanto a habitar el mundo, como a configurar mundos. Asimismo, invita a ampliar las estructuras de parentesco a «parentescos raros», velando por relaciones de solidaridad y lazos que contemplan la respons-habilidad de los unos con los otros, y negándose a pensar que esto es algo exclusivamente humano.</p>
-
<p>El sexismo es el origen de la violencia de género, porque asocia, potencia, enseña y transmite los valores masculinos como sinónimo de éxito, de fuerza, de inteligencia, de poder. En contraposición a lo femenino, que es invisible, supeditado siempre a lo masculino. En el ejercicio de este poder se sustenta el sexismo y a su vez, el sexismo se sustenta en el poder. Sexismo, por tanto, solo conoce un género: el masculino. Este libro no es un libro solo para mujeres, no, también lo es para los hombres, porque el combate contra el sexismo nos interpela a todos. A los hombres, porque lo practican por herencia histórica. A las mujeres, porque lo padecen. Y porque, sin saberlo, a veces lo transmite a sus hijos e hijas cuando los educan desde una perspectiva sexista.</p> <p>El sexismo es el punto de partida de la desigualdad, y de la violencia machista. Una violencia que adquiere múltiples formas. Tantas que en la portada del libro hablamos de «la violencia de las mil caras». Los crímenes son su expresión más cruel, más inhumana. Pero la violencia contra las mujeres está en las palabras, en los gestos, en las actitudes, en la desigualdad cotidiana, en las casas, en el trabajo, en la calle. Está en las mentes.</p> <p><em>Sexismo, la violencia de las mil caras</em>, de Julia Sousa, con prólogo de Marina Subirats, es el tercer libro editado por la Fundación Periodismo Plural, en su colección Periodismo y Derechos Humano. Pretendemos que sea un libro útil, que aporte datos y reflexiones para conocer mejor el problema en toda su complejidad. Información imprescindible para, entre todas y todos, combatir los crímenes insoportables. Para transformar las mentes.</p>
-
<p>Este libro, procedente de una de las voces más destacadas y reconocidas del activismo trans y del feminismo estadounidense, Julia Serano, contribuye a paliar la ausencia y la desatención de las mujeres trans en el movimiento feminista. Desde una perspectiva transfemenina, la autora analiza cuestiones como el sexo, el género y la identidad, el sexismo, el travestismo o el “privilegio masculino“, así como la transfobia y la transmisoginia, entre otros tantas otras. Ofrece una descripción comprensiva e imprescindible sobre lo que significa ser una mujer trans dentro de una sociedad patriarcal, y sobre qué es una vida trans como tal. Whipping Girl es un texto necesario, una referencia ineludible que nace en el activismo trans estadounidense y que atraviesa todo el pensamiento feminista. Este libro muestra que sin el reconocimiento de la comunidad trans, a veces olvidado en el movimiento feminista y siempre en el sistema cisheteronormativo y patriarcal, no habrá justicia.</p>
-
<p>“Abrir este libro es iniciar un vuelo hacia la luz, procurar que las vidas de un centenar de mujeres andaluzas anónimas, arrumbadas en los márgenes de la historia, se iluminen. Son testimonios que, en tus manos, lector, en tus ojos, lectora, encontrarán su razón de ser: el rescate del olvido.</p> <p>Imaginar todo eso es un acto de humanidad frente a la barbarie de las fosas, y de las fosas comunes de mujeres, una triste singularidad de Andalucía, a fin de castigar de manera ejemplar, cruel y bárbara a quienes habían osado desafiar el modelo de mujer patriarcal y tradicional, rescatado e impuesto por los vencedores, con la colaboración aquiescente de la Iglesia católica y sus ministros”.</p> <p>(Pura Sánchez, historiadora, en el prólogo del libro).</p>
-
<p>«Ser feminista es la única opción decente en nuestro mundo. En un contexto en el que el género determina una desigualdad estructural, la neutralidad no es una opción realista: o se está contra el patriarcado o se contribuye más o menos activamente a perpetuarlo. Y aunque hay muchas formas de interpretar esta afirmación, cualquiera que se defina como feminista estará de acuerdo en algo: en un mundo feminista tus genitales no determinarían tu destino.»</p> <p>La presente obra es el resultado de la colaboración de mujeres que han volcado su vida y su dedicación profesional al estudio, la comprensión y la divulgación del feminismo. Es un grano de arena más que se suma al esfuerzo de millones de mujeres, sobre todo, y de hombres por visibilizar uno de los mayores problemas y retos con los que se ha enfrentado la sociedad desde los orígenes hasta nuestros días: la desigualdad por razón de género.</p>
-
<p>Este volumen recoge el material (documentos, panfletos, octavillas, crónicas) elaborado por el Comité de Salario para el Trabajo Doméstico de Nueva York, una organización feminista autónoma que, entre 1973 y 1977, se movilizó para exigir que el Estado pagase el trabajo doméstico. Nunca llegó a reunir más de 15 ó 20 mujeres pero formaba parte de una gran campaña internacional y tenía el apoyo de un círculo más amplio de simpatizantes. Con los escasos recursos que tenía al alcance para perseguir sus objetivos, el Comité de Nueva York tuvo un importante papel en la política feminista de Estados Unidos.</p> <p>Contribuyó a desarrollar la conciencia de la importancia del trabajo doméstico en la sociedad capitalista; colaboró en la formación de grupos de Salario para el Trabajo Doméstico en otras zonas del país, sobre todo en el noreste. Dio visibilidad a la campaña Salario para el Trabajo Doméstico en los medios de comunicación y en las calles y cuando, a finales de los años setenta, el gobierno y los medios de comunicación empezaron a atacar a las mujeres receptoras de subsidios sociales, el Comité se levantó para defenderlas, organizó una conferencia en 1976 y una manifestación contra los recortes sociales. De manera retrospectiva, podemos decir que al igual que la campaña de la que formaba parte el Comité de Nueva York constituyó una alternativa al feminismo establecido, y sirvió para introducir la «cuestión doméstica» en la agenda política, algo que ningún colectivo había hecho anteriormente. Esta es una de las razones por las que decidí publicar los materiales creados por el colectivo, que aún persisten, junto con las piezas informativas que en su día publicaron los medios para cubrir nuestra actividad. Otra de las razones es que en Europa y en Estados Unidos hay un claro interés renovado por Salario para el Trabajo Doméstico, obviamente estimulado por la precarización o incluso la desaparición de diversas formas de trabajo asalariado y por la creciente crisis reproductiva, que nos está obligando a reconsiderar el hogar y el barrio como campos de batalla y de recomposición política.</p> <p>Desafortunadamente, el material que se incluye en este libro solo representa una parte de lo que hicimos. Parte de mi colección personal se ha perdido y no he podido localizar a todas las mujeres que participaron en el colectivo. Por eso este libro no ha podido ser un trabajo colectivo y la historia que en él se cuenta refleja ante todo mi concepción de lo que significó el Comité y lo que consiguió. Aún así, espero que la descripción de nuestra historia y actividades no discrepe demasiado de lo que habrían escrito otras compañeras y que, a pesar de sus limitaciones, este libro sea de utilidad para la nueva generación de feministas que sigue enfrentándose a muchos de los problemas que inspiraron la campaña original de Salario para el Trabajo Doméstico. Este libro se lo dedico a ellas.</p>
-
<p>Filósofas, rebeldes, activistas: este libro gráfico cuenta la historia del feminismo en el contexto euro-norteamericano desde la Antigüedad hasta nuestros días. En sus páginas no sólo se abordan sus principales figuras, sino también importantes debates feministas,como, por ejemplo, la igualdad de derechos, el trabajo doméstico, el amor libre, la identidad y la diferencia, o las principales corrientes en lo relativo al género, cada uno en su respectivo contexto histórico.</p> <p>De este modo, el lector tendrá claro que el feminismo no tiene un contenido concreto, establecido, sino que es la contribución activa de las mujeres a los debates sociales de su tiempo, y que sus temas e inquietudes van cambiando conforme a cómo lo hace el propio movimiento femenino. Ya se trate de místicas medievales, filósofas de la Edad Moderna, juristas contemporáneas o activistas radicales, todas ellas tienen en común su amor por la libertad femenina. Su ejemplo pone de manifiesto que el feminismo no es algo que se pueda «aprender», sino el reto de tener una opinión propia y de asumir su responsabilidad. Pero para ello es importante conocer la historia y buscar inspiración en los debates del pasado.</p>
-
<p>En "Vivir una vida feminista" Sara Ahmed muestra cómo la teoría feminista se genera a partir de la vida cotidiana y las experiencias ordinarias de ser feminista. En este texto, Ahmed busca hacer una intervención sobre el feminismo académico, al tiempo que tiene un pie fuera de la academia tras su dimisión de Goldsmith College en 2016. Siguiendo el legado feminista negro, ofrece una reflexión poética y personal crítica con el distanciamiento del mundo que se critica, nos llama a nombrar y fijarnos en los problemas, como por ejemplo el acoso sexual, y dar un chasquido feminista que nos guíe en la transformación de este mundo. Tras hacer una fenomenología queer, cuestionar las miradas reduccionistas del “hogar”, cuestionar y derribar “lo postrracial”, y renegar de la “felicidad” como forma de monitorizar y controlar el sexo y el género, Ahmed incorpora toda esta experiencia en un libro que señala y reivindica el papel de la feminista aguafiestas. Nos llama a inventar soluciones creativas, como crear sistemas de apoyo que nos ayuden a sobrevivir a las experiencias devastadoras del racismo y sexismo. Incluye un kit de supervivencia aguafiestas y un manifiesto aguafiestas, que cierran su propuesta y que nos ofrecen herramientas prácticas para vivir una vida feminista, fortaleciendo los lazos entre la teoría feminista y vivir una vida feminista.</p>
-
<p>Marx entendió el capitalismo como una etapa necesaria para llegar a una sociedad sin clases en un mundo sin escasez. Fascinado por la potencia productiva del capitalismo industrial que tan ferozmente combatía, dejó de lado la explotación del trabajo no asalariado, el trabajo no pagado de las mujeres dedicado a la reproducción de la mano de obra; un trabajo que consideraba natural y arcaico. Estas dos limitaciones del trabajo teórico de Marx marcaron en enorme medida el desarrollo de las teorías y luchas marxistas, centradas desde entonces en la fábrica y casi siempre magnetizadas por el fetichismo tecnológico.<br /> <br /> Silvia Federici y otras feministas de los años setenta, tomando a Marx pero siempre más allá de Marx, partieron de su idea de que "el capitalismo debe producir el más valioso medio de producción, el trabajador mismo". A fin de explotar esta producción se estableció el patriarcado del salario. La exclusión de las mujeres del salario otorga un inmenso poder de control y disciplina a los varones a la vez que esvaloriza e invisibiliza su trabajo. Esta invisibilización no solo es útil para explotar el gigantesco ámbito de la reproducción de la fuerza de trabajo. Al mismo tiempo, y al igual que la desvalorización de otras muchas figuras (esclavos, colonizados, migrantes), sirve al capitalismo en su principal objetivo: construir un entramado de desigualdades en el cuerpo del proletariado mundial que le permita reproducirse.</p>
-
<p>Los medios conservadores presentan a las feministas como mujeres antihombres, siempre enfadadas. Pero muy al contrario, el feminismo ha logrado mejorar la vida de todas las personas. Gracias al feminismo, todos vivimos de forma más igualitaria: en el trabajo y en casa, en nuestras relaciones sociales y sexuales. Gracias al feminismo, la violencia doméstica ya no es un secreto, se ha normalizado el uso de anticonceptivos y todos somos un poco más libres.<br /> <br /> No obstante, el feminismo quería mucho más que la igualdad entre hombres y mujeres. Cuando hablaba de hermandad entre mujeres, quería superar las fronteras de clase y raza, transformar el mundo de raíz. El feminismo es antirracista, anticlasista y antihomófobo o no merece ese nombre. Muchas mujeres blancas hacen uso del feminismo para defender sus intereses pero no mantienen este compromiso con las mujeres negras, precarias y lesbianas; eso no es feminismo.<br /> <br /> Tanto daño hace al movimiento una mujer que reproduce el sexismo como aporta un hombre feminista. El feminismo es para las mujeres y para los hombres. Necesitamos nuevos modelos de masculinidad feminista, de familia y de crianza feminista, de belleza y de sexualidad feminista. Necesitamos un feminismo renovado que explique con palabras sencillas que pretendemos superar el sexismo y colocar el apoyo mutuo en el centro. Eso es el feminismo. Y ese es el objetivo de este libro</p>
-
<p>Las últimas décadas, periodo de neoliberalismo y de giro autoritario de las formas de gobierno, han venido igualmente marcadas por una creciente violencia contra las mujeres. Los asesinatos sistemáticos de Ciudad Juárez se han convertido en un ensayo a escala planetaria, desbordándose allí donde el Estado se ha descompuesto en sus tradicionales funciones soberanas. El capitalismo exacerbado, producto de una modernidad-colonialidad nunca superada, se descarga ahora en las nuevas guerras contra las mujeres, destruyendo la sociedad al tiempo que sus cuerpos.</p> <p>Comprender este nuevo giro violento del patriarcado, que Segato considera acertadamente la primera estructura de dominación en la historia de la humanidad, implica desplazarlo «del borde al centro».</p> <p>De acuerdo con la autora, sólo a partir de una revitalización de la comunidad y de una repolitización de lo doméstico será posible detener el femigenocidio hoy en marcha. Se juega en ello nada menos que el futuro de la humanidad.</p>
-
<p>De la emancipación de la servidumbre a las herejías subversivas, un hilo rojo recorre la historia de la transición del feudalismo al capitalismo. Todavía hoy expurgado de la gran mayoría de los manuales de historia, la imposición de los poderes del Estado y el nacimiento de esa formación social que acabará por tomar el nombre de capitalismo no se produjeron sin el recurso a una extrema violencia. La acumulación originaria exigió la derrota de los movimientos campesinos y urbanos, que normalmente bajo la forma de la herejía religiosa reivindicaron y pusieron en práctica diversos experimentos de vida comunal y reparto de la riqueza. Su aniquilación abrió el camino a la formación del Estado moderno, la expropiación y cercado de las tierras comunes, la conquista y expolio de América, la apertura del comercio de esclavos a gran escala y una guerra contra las formas de vida y las culturas populares que tomó a las mujeres como su principal objetivo.</p> <p>Al analizar la quema de brujas, Federici no sólo desentraña uno de los episodios más inefables de la historia moderna, sino el corazón de una poderosa dinámica de expropiación social dirigida sobre el cuerpo y la reproducción femenina. Ésta constituye a un tiempo el acta de nacimiento de nuestra época como el registro de unas voces imprevistas (las de los subalternos: Calibán y la bruja) que todavia hoy resuenan con fuerza en las luchas que resisten a la continua actualización de la violencia originaria.</p>