<p>Este libro bordea casi un nuevo malditismo contempor&aacute;neo, desobediente y audaz, asentado en un hondo conocimiento de las diversas tradiciones filos&oacute;ficas, culturales y literarias, pero rabiosamente sincero y pol&iacute;ticamente incorrecto. Partiendo del extra&ntilde;amiento contempor&aacute;neo del hombre por el hombre, el poeta conecta esta desaz&oacute;n existencial con las teor&iacute;as presocr&aacute;ticas y prel&oacute;gicas del Caos, esa divinidad aterradora y oscura de la que nacieron todas las divinidades y lo vivo, pero quiz&aacute; tambi&eacute;n, esa dolorosa angustia que palpita en el g&eacute;nero humano por la destrucci&oacute;n, el mal y el acabamiento. El libro es tambi&eacute;n una reflexi&oacute;n po&eacute;tica que articula unos nuevos mandamientos para desenmascarar los m&uacute;ltiples disfraces de la hipocres&iacute;a, incluso las bendecidas con el bienpensante diezmo de los establecidos por el poder, en cualquier orden.</p>