<p>Beatriz Sevilla anota en vida en martes, su primer poemario, los tropiezos cotidianos, insignificantes solo en apariencia.</p>
<p>En esos fracasos microscópicos viven monstruos: la precariedad, la incertidumbre, el absurdo de un mundo cuyas reglas ni se comprenden ni se aceptan. El desacuerdo es aquí una experiencia solitaria, pero deja también espacio al humor y al asombro. Si estos poemas se revuelven ante la vida que se nos ofrece, siempre en martes, es porque saben que hay otra.</p>
<p><em>El poemario</em></p>
<p>Vida en martes se divide en siete capítulos, que se corresponden con cada uno de los días de la semana. Este dispositivo casi narrativo le sirve a la autora para desplegar una negociación, una negociación con el sistema: con la precariedad laboral, con el desengaño político, con la incertidumbre vital, con la ansiedad. Beatriz Sevilla mira hacia la cotidianidad con extrañeza: ¿es esto lo que se supone que tenemos que hacer?, ¿es esto aquello para lo que nos han educado?, ¿es esto lo que queremos?, ¿es esto la vida?</p>
<p>La duda acecha en cualquier parte: en una lavadora que espera a ser tendida, en la casa sin barrer, en el pan enmohecido. La respuesta, siquiera parcial, está también a la vuelta de la esquina. No es una capitulación, sino un descubrimiento: ahí está el misterio de la existencia, ajeno a las facturas sin pagar y a los platos sin fregar. Incluso en domingo. Incluso en lunes. </p>