<p>Nuestra cultura est&aacute; atravesada, desde la Edad Media hasta nuestros d&iacute;as, por un fil&oacute;n de oro, por un verdadero tesoro. Son los textos de la m&iacute;stica femenina o, como la autora prefiere decir, de la teolog&iacute;a en lengua materna, porque &laquo;m&iacute;stica&raquo; y &laquo;m&iacute;stico&raquo; se han convertido en etiquetas que corren el riesgo de aislar entre especialistas palabras y experiencias que pueden estar en nuestra mente como el pan en la mesa: preciosas y corrientes.</p> <p>Este libro est&aacute; dedicado al Dios del que hablan estos textos y esas mujeres, tomados por la autora como los textos de una aut&eacute;ntica y propia revelaci&oacute;n femenina, desafiando abiertamente la cultura tradicional que dice &laquo;el Dios que existe (o no existe) para m&iacute; hombre, debe existir (o no existir) para m&iacute; mujer&raquo;. Pero no es as&iacute; porque, como se pregunta la autora: &laquo;el Dios que fue objeto del discurso de los curas, de los te&oacute;logos, de los fil&oacute;sofos, &iquest;ha sido alguna vez el Dios de las mujeres?&raquo;</p>