<p>Peri&oacute;dicamente, a menudo coincidiendo con ciertos aniversarios cuya m&aacute;xima significaci&oacute;n suele ser su condici&oacute;n de m&uacute;ltiplo de diez (aunque si las ganas de celebrar aprietan tambi&eacute;n vale con que alcance a ser m&uacute;ltiplo de cinco), el tema de <i>La Rep&uacute;blica</i> &ndash;as&iacute; dicho, con esa individualizaci&oacute;n y determinaci&oacute;n que un art&iacute;culo como el &ldquo;la&rdquo; procura&ndash; salta a la palestra y durante unos d&iacute;as o semanas pasa a ocupar p&aacute;ginas en los medios escritos, minutos en los debates televisivos, espacio <i>exabruptal</i> (y perd&oacute;n por el palabro) en las tertulias radiof&oacute;nicas. En los momentos m&aacute;s se&ntilde;alados, ese despliegue viene acompa&ntilde;ado incluso de tomos o fasc&iacute;culos coleccionables embolsados junto con los correspondientes suplementos dominicales. Eso suele querer decir que durante esos d&iacute;as o semanas se abre la veda y se nos autoriza a hablar sobre el republicanismo y a imaginar incluso espacios pol&iacute;ticos potenciales que pudieran acogerse a dicha etiqueta.</p> <p>Nosotros, miembros de ASKE (<i>Alfonso Sastre Kultur Elkartea</i>), por definici&oacute;n y elecci&oacute;n rebeldes y en consecuencia reacios a los debates con <i>nihil obstat</i> y a fecha convenida, no necesitamos ni pretendemos acogernos a aniversario alguno, y menos a&uacute;n al de una determinada experiencia pol&iacute;tica como fue la Segunda Rep&uacute;blica espa&ntilde;ola en la que ni de lejos todo fueron luces, pues tambi&eacute;n exhibi&oacute; muchas y bastante oscuras zonas de sombra, para tratar de establecer un espacio de reflexi&oacute;n y debate que, de entrada, le retire a la mencionada experiencia vivida en la Pen&iacute;nsula en la d&eacute;cada de los 30 del pasado siglo el derecho a monopolizar el art&iacute;culo determinado. <br /> Pensar <i>en republicano</i>, aqu&iacute;, en Euskal Herria, y ahora, en el siglo XXI, no tiene porque ser sin&oacute;nimo de convertirse en reivindicador del mencionado per&iacute;odo de la Historia del Estado espa&ntilde;ol que sucumbi&oacute; definitivamente tras la victoria en el 39 de los militares que hab&iacute;an dado su golpe en el 36; tampoco obliga a convertirse en postulante de una hipot&eacute;tica Tercera Rep&uacute;blica de corte similar a la anterior. &iquest;Por qu&eacute; no pensar, alternativamente, en una Rep&uacute;blica vasca o imaginar c&oacute;mo podr&iacute;a y deber&iacute;a ser un potencial Estado Vasco Republicano?</p> <p>A lo que se ve, para hablar de <i>Rep&uacute;blica</i> en este contexto no nos basta con los sustantivos, sino que si queremos pensar con amplitud y rigor necesitamos recurrir tambi&eacute;n a los adjetivos para conseguir identificar de la manera m&aacute;s precisa posible la esencia de las cosas en las que pensamos y a las que nos referimos, la conformaci&oacute;n de los modelos pol&iacute;ticos que pretendemos y estamos dispuestos a defender.</p>