resistencias

  • <p>Para avanzar, necesitamos practicar un doble ejercicio. Por un lado, tantear el terreno, reconocer la realidad por desagradable que sea, sin concesiones pero incluyendo tambi&eacute;n nuestros errores e insuficiencias. La otra tarea consiste en potenciar lo que ya somos, los espacios y potencialidades de los mundos otros, no capitalistas ni patriarcales ni coloniales. En suma, resistir y crear, resistir creando, porque necesitamos espacios propios (de los pueblos, de las mujeres, de las m&aacute;s diversas opresiones) para fortalecer las resistencias.</p> <p>Ra&uacute;l Zibechi vuelve a situarnos en la realidad actual de Am&eacute;rica Latina, haciendo un recorrido por la reinvenci&oacute;n de las nuevas derechas, desde la pentecostal, el narco y lo paramilitar, que les ha permitido penetrar en territorios anteriormente controlados por el movimiento antisist&eacute;mico. A la vez que muestra las formas de resistencias nacidas del movimiento ind&iacute;gena, negro, campesino y feminista para buscar salidas y nuevos caminos ante el neoliberalismo. Un an&aacute;lisis indispensable para entender, no s&oacute;lo lo que acontece en aquellos territorios, sino las nuevas maneras de incursi&oacute;n de la derecha en sus diferentes formas, tambi&eacute;n en estos que habitamos de la &quot;Europa del Capital&quot;. As&iacute; como los caminos para combatirlos desde la construcci&oacute;n de nuestras propias realidades.</p>
  • <p>Novela loca, on&iacute;rica, repleta de referencias cl&aacute;sicas con las que salpimentar un fresco de resistencias vitales al imperio del capital. Raptar a un perro puede parecer una buena idea cuando la sociedad te dice por activa y por pasiva que sobras. Y la idea gana en atractivo si el animal pertenece al richac&oacute;n de la isla. Con lo que no contaba V&iacute;ctor Fuertes es con la indiferencia mutua entre bicho y amo y con la picard&iacute;a de sus empleados. Ni con que su huida al viejo faro se convirtiera en una suerte de recorrido inici&aacute;tico guiado por unos viejos sabios y heterodoxos de la monta&ntilde;a. Antonio Orihuela, poeta y maestro de tanto, firma una novela loca, on&iacute;rica, repleta de referencias cl&aacute;sicas con las que salpimentar un fresco de resistencias vitales al imperio del capital.</p>
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