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<div><em>Quimera </em>continúa su andadura un año más con el objetivo de acercar la literatura a sus lectores y suscriptores, con la intención de que sus piezas aúnen la variedad y la calidad. Y lo hace con la responsabilidad de estar a la altura de una trayectoria (casi una tradición) de cuarenta y dos años: un orgullo y un acicate para no bajar la guardia y seguir manteniendo la excelencia que nos han transmitido los equipos de redacción precedentes.</div> <div>Por eso comenzamos este nuevo año con un número, el 481, potente y variado, con ocho entrevistas entre las que destacan la que José Abad le hace al gigante de las letras Antonio Muñoz Molina y la que Oriol Alonso Cano le hace al cineasta (premio Especial del Jurado en Cannes) Albert Serra. La sección de creación cuenta con un relato (finalista del Premio Energheia 2023) de Sandrine Ortega, con microrrelatos de Raúl Aragoneses y con poemas de Ernesto Frattarola Alcaraz.</div> <div>La sección de ensayo incluye cuatro piezas, una de ellas dedicada a las series televisivas, fenómeno mediático que está cambiando el consumo audiovisual. También nos asomamos a la actualidad literaria con un buen puñado de reseñas y ocho recomendaciones. Por último, queremos agradecer a nuestro gran amigo Miquel Rof su colaboración por entregas «La letra suicida», cómic que contempla con humor e ironía la creación literaria.</div>
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<p>Tradicionalmente, la poesía se ha tenido como ejemplo del arte «puro», del arte «inútil» (en cuanto a que no tiene finalidad práctica) por antonomasia. Sin embargo, como reza el verso de Celaya: «La poesía es un arma cargada de futuro» y en la III edición del curso de verano: «La poesía y su poder de transformación», de la UCLM (Universidad de Castilla - La Mancha) y del festival de poesía Voix Vives, se ha reivindicado precisamente este carácter pragmático que tiene la actividad poética en su sentido más amplio.</p> <p>En <em>Quimera </em>hemos querido recoger las ponencias más destacadas de este curso en un dossier, coordinado por su codirectora Alicia Martínez Juan, que desvelan las claves de la capacidad transformadora de la poesía para «reformular aquello que dábamos por perdido en contextos de crisis», para recuperar un concepto de comunidad, de intervención y de transformación directamente aplicable a escenarios cotidianos, como la escuela o el mundo rural. Una poesía viva que huye de la Academia para integrarse en la vida corriente de las personas de a pie, ofreciéndonos formas diferentes de ver el mundo y haciéndose cuerpo para revestirse de una utilidad necesaria en los tiempos que corren.</p>