revolucion de octubre

  • GIJÓN 1936

    22,00
    <p>En el momento en que los militares rebeldes se adue&ntilde;aron de la capital de Asturias se produjo el descabezamiento de todos los &oacute;rganos administrativos; el Gobierno Civil, las consejer&iacute;as y el resto de los estamentos encargados de regir la vida de los asturianos, simplemente dejaron de existir. En las horas siguientes asumi&oacute; la legalidad el Comit&eacute; Regional de Sama de Langreo, en el que estaban representados los partidos del Frente Popular, nombrando presidente al socialista Belarmino Tom&aacute;s.</p> <p>Paralelamente desde el d&iacute;a 19 de julio, v&iacute;spera del alzamiento en la villa, ya ven&iacute;a funcionando el Comit&eacute; de Defensa de Gij&oacute;n presidido por el anarquista Segundo Blanco, en el que adem&aacute;s de CNT, mayoritaria en el concejo, estaban representadas las organizaciones UGT, PCE e IR. Gracias a la contundente reacci&oacute;n de sus miembros y al coraje de los milicianos apoyados por un pu&ntilde;ado de militares leales, fue posible posponer el alzamiento en los cuarteles.</p> <p>Durante aquellos d&iacute;as no circul&oacute; el dinero. El reci&eacute;n creado Comit&eacute; Central de Abastos se hizo cargo de la intendencia de milicianos, hospitales, barcos y tambi&eacute;n de las cocinas colectivas, ordenando la constituci&oacute;n de los respectivos comit&eacute;s de barriada, que ser&iacute;an los encargados de repartir v&iacute;veres y otros productos de primera necesidad entre la poblaci&oacute;n civil. Tras la ca&iacute;da del cuartel de Simancas en mano de los republicanos, los medios franquistas propagaron un bulo, encaminado a convertir en gesta lo que hab&iacute;a sido el sonoro fracaso de los militares rebeldes de Gij&oacute;n.</p> <p>Con este trabajo, el autor intenta, entre otras cosas, desmontar la historia &ldquo;oficial&rdquo; escrita por los historiadores franquistas, si es que alguna vez tuvo la suficiente credibilidad para alguien, y contar una nueva versi&oacute;n sobre los verdaderos h&eacute;roes del Simancas, arrojando luz sobre unos hechos ocultados durante demasiados a&ntilde;os.</p>
  • <p>John Reed, destacado periodista y cronista, dio un insuperable testimonio sobre uno de los acontecimientos hist&oacute;ricos que inauguraron el siglo , la Revoluci&oacute;n de Octubre. En este reportaje period&iacute;stico, testimonio apasionado del proceso revolucionario, Reed nos ofrece un impresionante relato de primera mano rebosante de urgencia e inmediatez.</p> <p>La presente obra maestra de Reed reconstruye el ambiente de 1917 y nos sit&uacute;a hombro con hombro con las milicias populares, los comit&eacute;s de f&aacute;brica, los propagandistas y las multitudes que llenaron las plazas de San Petersburgo para protestar, celebrar y hacer huelga. Cien a&ntilde;os despu&eacute;s de su publicaci&oacute;n inicial, <em>Diez d&iacute;as que estremecieron el mundo</em> sigue siendo un relato sin igual de uno de los puntos de inflexi&oacute;n de la historia de contempor&aacute;nea.</p> <p>La presente edici&oacute;n cuenta con un pr&oacute;logo de Edgar Straehle en el que el historiador reflexiona sobre c&oacute;mo, y a pesar de haber transcurrido m&aacute;s de un siglo desde su publicaci&oacute;n, la obra no solo forma parte de la propia Revoluci&oacute;n rusa y de la historia del siglo XX, sino que en ella late la clave para conocer tanto una como la otra.</p>
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