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<p>Los medios conservadores presentan a las feministas como mujeres antihombres, siempre enfadadas. Pero muy al contrario, el feminismo ha logrado mejorar la vida de todas las personas. Gracias al feminismo, todos vivimos de forma más igualitaria: en el trabajo y en casa, en nuestras relaciones sociales y sexuales. Gracias al feminismo, la violencia doméstica ya no es un secreto, se ha normalizado el uso de anticonceptivos y todos somos un poco más libres.<br /> <br /> No obstante, el feminismo quería mucho más que la igualdad entre hombres y mujeres. Cuando hablaba de hermandad entre mujeres, quería superar las fronteras de clase y raza, transformar el mundo de raíz. El feminismo es antirracista, anticlasista y antihomófobo o no merece ese nombre. Muchas mujeres blancas hacen uso del feminismo para defender sus intereses pero no mantienen este compromiso con las mujeres negras, precarias y lesbianas; eso no es feminismo.<br /> <br /> Tanto daño hace al movimiento una mujer que reproduce el sexismo como aporta un hombre feminista. El feminismo es para las mujeres y para los hombres. Necesitamos nuevos modelos de masculinidad feminista, de familia y de crianza feminista, de belleza y de sexualidad feminista. Necesitamos un feminismo renovado que explique con palabras sencillas que pretendemos superar el sexismo y colocar el apoyo mutuo en el centro. Eso es el feminismo. Y ese es el objetivo de este libro</p>
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<p><span style="font-weight: 400;">Después de haber buceado en nuestros miedos, teníamos ganas de un número más alegre y disfrutón. Decidimos entonces abordar las sexualidades –en plural, porque, como nosotras, son diversas– intentando dejar a un lado sus sombras y centrándonos más en el placer, el goce, el erotismo; reivindicando unas relaciones basadas en el consentimiento, el diálogo y el respeto. Pero, las sombras se han negado a irse y, una vez que nos ponemos a darle vueltas a la sexualidad, aparecen, una y otra vez. Hay ganas de hablar, aunque también asusta. A quién no le cuesta desnudarse si no hay intimidad, confianza, seguridad… Hablar de sexualidades es abrir una caja de pandora, que nos trae placeres y dolores, y nos enseña que también en esto tenemos que acompañarnos, con cuidado, para aprender juntxs.</span></p>
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<p>«Hay quien piensa que hablar de sexo con peques es peligroso o controvertido. Pero también hay quien se da cuenta de que no nos han enseñado a hacerlo y que necesitamos ayuda para ir más allá de nuestras propias experiencias, limitarnos a describir las partes del cuerpo o hablar de enfermedades. Sexo es una palabra divertida facilita tener conversaciones con criaturas entre 7 y 10 años sobre los cuerpos, el género y la sexualidad, pero también sobre los límites, la seguridad y el placer. Estas conversaciones mejoran nuestras relaciones y harán que desarrollemos habilidades para toda la vida.» —R. Lucas Platero, investigador y educador social<br /> <br /> «Es diferente a lo que esperas de un libro sobre sexo dirigido a la infancia. Es divertido e interactivo, estimula a que les niñes puedan encontrar sus propias respuestas. Habla en su lenguaje pero sin perder claridad, exhaustividad y veracidad. Tiene una mirada integradora e interseccional sobre la diversidad, las diferentes prácticas, actos sexuales y emociones que el sexo implica. Hace hincapié en el placer sin olvidar los miedos, y cómo puede ser utilizado para agredir o dominar.» —Cristina Garaizábal, psicóloga y activista feminista<br /> <br /> «Un error frecuente es no hablar de sexualidad o hacerlo demasiado tarde. Un segundo error es hablar poco y de manera estereotipada. Este cuento ayuda a evitar ambos errores. Es una invitación clara por el diálogo y contra el silencio, promueve la curiosidad. Sin eludir ningún tema, y sin tener que esperar a las preguntas. Aborda la sexualidad completa y siempre desde la diversidad. Algo que no debería ser opcional. O es diversa, o no es Educación Sexual. Es un recurso útil para aprender a hablar sin perder la sonrisa.» —Carlos de la Cruz, sexólogo<br /> <br /> «Cuando tuve Sexo es una palabra divertida en mis manos me di cuenta inmediatamente de que era una herramienta increíble, tanto para el cole como para leerlo en familia. Pude compartirlo con la asociación de familias de nuestro cole, y estuvimos de acuerdo en que era brutal. Habla de sexo como ningún otro libro y las familias lo han recibido con el mismo entusiasmo.» —Paloma Calle, artista y educadora</p>
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<p>Pierre, joven agraciado por la fortuna y el talento, descubre un día que la imagen de su difunto padre no es tan venerable como le habían inculcado. A partir de ese momento su vida se convierte en una peregrinación hacia la derrota en la que el amor y la familia son actores principales y causa de sus males.</p> <p>Pierre, que mantenía una relación ambigua con su hermosa madre, antes de casarse con su novia llega a la conclusión de que tiene una hermana bastarda, lo que le plantea un dilema: proseguir el rumbo que su madre había trazado para él, o romper con su amable mundo arrostrando las consecuencias. Elige esto último, creando deliberadamente graves malentendidos que empujan a Pierre por el sendero de la desesperación. La sombra –también ambigua– del incesto se cierne sobre la obra, que a su vez ofrece una reflexión sobre el drama interno de todo escritor, no siempre capaz de verter sobre el papel las emociones y los sentimientos que le embargan.</p>
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<p><em>Fanny Hill</em> (1748-1749) es considerada uno de los clásicos de la literatura erótica universal. A los pocos meses de su publicación esta novela fue prohibida por inmoral, su autor, John Cleland, y su editor condenados, siendo protagonista del primer juicio de un libro por obscenidad en Massachusetts, Estados Unidos, en 1821, en el que, entre otros epítetos, la pobre Fanny fue descrita como «poseída por el diablo porque incitaba a los ciudadanos a tener pensamientos lujuriosos».</p> <p>En 1960, los grupos de acción moral quemaron ejemplares en Inglaterra y Japón. En España, <em>Fanny Hill</em> no vio la luz hasta 1977. La novela cuenta la historia de una inocente chica de pueblo, Fanny, que apenas llega a Londres se ve abocada a trabajar en un burdel. Se enamora de Charles, un apuesto y bien dotado galán, con el que vivirá gozosamente varias semanas antes de que este desaparezca misteriosamente. A partir de entonces, Fanny asumirá su carrera de prostituta con todas las consecuencias, sin mostrar arrepentimiento o pena alguna, antes bien destacando las ventajas de la profesión que la acaban llevando de amante en amante hasta una envidiable y saneada posición; al final, Charles reaparecerá y se casarán.</p> <p>Con esta historia, Cleland contravino numerosas normas, entre otras, las de las novelas de la época, que condenaban a las prostitutas a la miseria. Frente a la sórdida realidad de la prostitución londinense de aquella época, dejó a un lado todo detalle de mal gusto y se rio de las costumbres cristianas, pues la novela es la «confesión» de una mujer que jamás renegó de su vida anterior.</p>
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<p>Alas es la primera novela rusa que narra un amor romántico homosexual, y lo hace de una manera bellísima, con la delicadeza y la inteligencia que cabría esperar en un autor como Kuzmín, a través de una historia con ciertos tintes autobiográficos, en apariencia muy sencilla pero que, bajo una superficie tranquila, esconde el océano turbulento de cualquier ser humano en sociedad. El protagonista es Iván Smúrov, también llamado Vania, un joven huérfano que queda al cargo de su tío Kostia, con quien se traslada a vivir al populoso Petersburgo. Para el muchacho, este cambio supone algo más que abandonar la vida de provincias; será un viaje iniciático hacia el despertar del amor y los sentimientos en el que, por su inocencia e inexperiencia, se verá enfrentado a circunstancias que no concuerdan con el ideal comúnmente extendido del amor romántico. Pero Vania es lo suficiente inteligente como para escucharse a sí mismo y ser consecuente aunque se vea obligado a enfrentarse a algo desconocido.</p>
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<p>«Imagina que pudieras escuchar una conversación entre bell hooks y Stuart Hall sobre feminismo, raza, sexualidad y amor. Con este libro no tenemos que recurrir a nuestra imaginación. Esta conversación entre hooks y Hall trata sobre la vida, y está llena de ingenio, cordialidad y sabiduría. El libro nos da la oportunidad de aprender de dos de los más importantes pensadores críticos negros de nuestro tiempo.»</p> <p>Sara Ahmed, autora de <em>Fenomenología queer</em> y <em>Vivir una vida feminista</em></p> <p>En un encuentro asombroso entre pensadores, los teóricos culturales bell hooks y Stuart Hall se reúnen para entablar una serie de conversaciones sobre temas muy variados que Hall resume en «vida, amor, muerte y sexo». Yendo desde lo trivial hasta lo profundo, atravesando las fronteras de la edad, las sexualidades y los géneros, hooks y Hall analizan diversos temas que siguen siendo relevantes hoy en día, como el feminismo, el hogar, el regreso a casa, la clase social, la masculinidad negra, la familia, la política, las relaciones y la enseñanza. En un diálogo fluido y sincero, ambos se provocan mutuamente, y también provocan a lectores y lectoras; el resultado es un libro que habla del poder de la conversación como un espacio de pedagogía crítica.</p>
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<p>Esto no es un libro. Es un interruptor. Un dispositivo que corta la corriente. Y que a la vez permite que algo se ponga en marcha, que algo se encienda. Me gustaría que la lectura de este libro supusiera un «clic», un chispazo que interrumpiera una cadencia de mierda, una bajada de tensión en el movimiento LGTBQ que debe terminar cuanto antes. Y que se encendiera otra forma de hacer las cosas y de comportarnos como maricas, lesbianas y trans frente a la sociedad y las propias tendencias involucionistas que anidan entre nosotros. Si esto no pasa, este libro no habrá funcionado.</p>