Silvia Federici

  • <p>Los ensayos que conforman este volumen se ofrecen como un puente entre las concepciones y luchas del movimiento obrero ?pasado? (de los siglos XIX y XX) y los nuevos movimientos que irrumpieron con la ?revoluci&oacute;n inconclusa? de la d&eacute;cada del ?60. Caffentzis se propone dotar de base te&oacute;rica a las luchas en un contexto en el que las mutaciones del capital obligan ?seg&uacute;n una imagen tomada de Frantz Fanon? a ?estirar? los conceptos cl&aacute;sicos para hacerlos iluminar las formas actuales que adopta la explotaci&oacute;n y el rechazo del trabajo. La categor&iacute;a de trabajo se extiende, as&iacute;, hasta alcanzar una multiplicidad de terminales donde la explotaci&oacute;n queda velada. O hasta volverse el par trabajo/energ&iacute;a, clave para comprender la crisis energ&eacute;tica y financiera. El concepto de acumulaci&oacute;n originaria tambi&eacute;n se estira y se vuelve proceso en curso: las sucesivas crisis del capitalismo demandan nuevos cercamientos, con sus cuotas de violencia y despojo, sobre la tierra y sobre todas las formas de vida social. Una manera renovada de asumir la lucha de clases que pone en el centro el problema de los comunes como un modo de enfrentar al capitalismo en su fase totalitaria. Una lucha que involucra la producci&oacute;n y reproducci&oacute;n de la vida; la solidaridad entre trabajadores, mundo animal y naturaleza.</p>
  • <p>Com&uacute;n, procom&uacute;n, comunes, comunales... las denominaciones var&iacute;an, pero todas ellas apuntan a formas de propiedad, uso y aprovechamiento de los recursos, la vida y el planeta que no pasan ni por la mercanc&iacute;a ni por el Estado. En este libro, Silvia Federici explora la noci&oacute;n de lo com&uacute;n. Nos dirige la mirada hacia la gran expropiaci&oacute;n, todav&iacute;a en curso, que supone la inacabable imposici&oacute;n del capitalismo. Los comunes, las formas de organizaci&oacute;n comunitaria de los ecosistemas humanos, existen desde que se formaran las primeras sociedades. Y los comunes han sido el objeto prioritario de sucesivas rondas de rapi&ntilde;a y cercamiento capitalista, que todav&iacute;a hoy persisten sobre la tierra, el cuerpo, la vida y el conocimiento, especialmente cuando estas materias se dicen en femenino.</p> <p>Federici apunta, de este modo, a un futuro posible de emancipaci&oacute;n, de organizaci&oacute;n no patriarcal y no capitalista de la reproducci&oacute;n social, que pasa necesariamente por una ampliaci&oacute;n y reinvenci&oacute;n de lo com&uacute;n. Como ella misma dice: &laquo;El horizonte que nos propone el actual discurso y pol&iacute;tica de los comunes no consiste en la promesa de un retorno imposible al pasado, sino en la posibilidad de recuperar el poder de decidir colectivamente nuestro destino en esta tierra&raquo;. Esto es lo que ella llama reencantar el mundo.</p>
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