suicidio

  • Héroes

    19,00
    <p>&iquest;Qu&eacute; relaci&oacute;n hay entre el capitalismo y la salud mental? En este volumen, su libro m&aacute;s inquietante hasta la fecha, Franco &quot;Bifo&quot; Berardi se embarca en un estimulante viaje a trav&eacute;s de la filosof&iacute;a, el psicoan&aacute;lisis y recientes acontecimientos en busca de las ra&iacute;ces sociales de la enfermedad mental de nuestra &eacute;poca.</p> <p>Mediante el relato de una serie de horrores -el asesino, Joker, de Aurora; Anders Breivik; las masacres de las escuelas americanas; la epidemia de suicidios en Corea y Jap&oacute;n; y la &uacute;ltima avalancha de los suicidios de &laquo;la austeridad&raquo;-, H&eacute;roes se adentra con bravura en las regiones m&aacute;s oscuras de la obsesi&oacute;n contempor&aacute;nea por competir y estar hiper-conectados. Este volumen corona cuatro d&eacute;cadas del trabajo intelectual radical de Berardi, que desarrolla percepciones psicoanal&iacute;ticas de su amigo F&eacute;lix Guattari y propone una iron&iacute;a dist&oacute;pica como estrategia para desembarazarnos del fat&iacute;dico abrazo del capitalismo absoluto.</p>
  • <p>El progreso, la ilusi&oacute;n b&aacute;sica de nuestra &eacute;poca, se agota. En general, los ni&ntilde;os ya no esperan que sus vidas sean mejores que las de sus padres. Los escenarios dist&oacute;picos est&aacute;n cada vez m&aacute;s presentes en la conciencia p&uacute;blica a medida que las piscifactor&iacute;as colapsan, los niveles de CO2 aumentan y nubes de vapor radiactivo surgen de las plantas nucleares &laquo;a prueba de fallos&raquo;. A pesar de las maravillas tecnol&oacute;gicas de nuestra &eacute;poca, o quiz&aacute; debido a ellas, vivimos d&iacute;as oscuros. Producimos m&aacute;s alimentos que nunca, pero el hambre y la desnutrici&oacute;n siguen presentes en la mayor parte del mundo. Las tasas de depresi&oacute;n cl&iacute;nica y suicidio contin&uacute;an su ascenso sombr&iacute;o en el mundo desarrollado. Un tercio de los ni&ntilde;os estadounidenses son obesos o tienen un grave sobrepeso, y la tasa de aumento de la depresi&oacute;n entre los ni&ntilde;os es superior al veinte por ciento. Con la fe en el futuro fundi&eacute;ndose como un glaciar sobrecalentado, incluso cuando la satisfacci&oacute;n con el presente se evapora, es hora de una reevaluaci&oacute;n sobria del pasado, de aportar una mirada multidisciplinaria y cient&iacute;ficamente informada de los efectos de esta fat&iacute;dica divergencia. En Civilizados hasta la muerte, Ryan afirma que deber&iacute;amos empezar a mirar hacia atr&aacute;s para encontrar el camino hacia un futuro mejor.</p>
  • <p>Una oleada de suicidios durante el a&ntilde;o 2010 en la ciudad-f&aacute;brica de Foxconn, en Shenzhen, sac&oacute; a la luz las condiciones infrahumanas en las que vive y trabaja su plantilla laboral, formada en su mayor&iacute;a por j&oacute;venes y migrantes, llegados de diferentes regiones rurales de China.</p> <p>Esta empresa es la mayor fabricante mundial de componentes electr&oacute;nicos y da servicio a compa&ntilde;&iacute;as como Apple, Amazon o Google. El c&aacute;ndido discurso de Silicon Valley &mdash;&laquo;el sentimiento de construir un mundo mejor gracias a la tecnolog&iacute;a&raquo;&mdash; contrasta con las condiciones neoesclavistas que padecen las y los trabajadores de Foxconn, basadas en un taylorismo extremo y en una disciplina y vigilancia militarizadas, dentro y fuera de la cadena de montaje.</p> <p>Este libro recoge los testimonios de Yang, un estudiante y obrero industrial; Tian Yu, trabajadora migrante que sobrevivi&oacute; a un intento de suicidio; y Xu Lizhi, que antes de poner fin a sus d&iacute;as dej&oacute; escritas descarnadas poes&iacute;as que nos adentran en las fauces del sistema de Foxconn. Estos poemas, como el resto de textos, cuestionan el beneficio tecnol&oacute;gico, desde ese &laquo;otro lado del mundo&raquo;, en relaci&oacute;n con el coste humano, ecol&oacute;gico y social que entra&ntilde;a.</p> <p><em>&laquo;Hemos perdido el valor que nos corresponde como seres humanos y nos hemos convertido en una extensi&oacute;n de las m&aacute;quinas, su ap&eacute;ndice, s&iacute;, su esclavo. Muchas veces pensaba que la m&aacute;quina era mi amo y se&ntilde;or, cuyo cabello ten&iacute;a que peinar como un esclavo.&raquo;</em></p>
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