transformación social

  • <p>&iquest;Qu&eacute; futuros dibujan las memorias del trabajo industrial? Los estudios reunidos aqu&iacute; ofrecen diferentes respuestas para aproximarnos al conocimiento del patrimonio industrial, la memoria colectiva y las se&ntilde;as culturales de unos recintos que hoy constituyen restos arqueol&oacute;gicos. Son laboratorios para una determinada mirada hist&oacute;rica sobre la industria.</p> <p>Estos espacios se suelen percibir como escenarios vac&iacute;os, &ldquo;f&aacute;bricas de la nada&rdquo; desarmadas y a la deriva, en las que el rumor de las m&aacute;quinas y el trabajo de otro tiempo se habr&iacute;an apagado. Sin embargo, con este estudio vemos que en realidad conforman mapas sobre las geograf&iacute;as comunitarias, espacios de experiencias y proyectos actuales donde se combinan la imaginaci&oacute;n creativa, la autogesti&oacute;n y la transformaci&oacute;n social.</p>
  • La huerta

    15,00
    <p><em>La Huerta</em> es la historia de un colectivo que decide poner en pr&aacute;ctica las ideas de la agroecolog&iacute;a y la autogesti&oacute;n. El autor trabaj&oacute; como agricultor en un colectivo similar durante a&ntilde;os; bas&aacute;ndose en sus propias vivencias y en numerosas charlas y entrevistas con otros agricultores y consumidores, nos recrea acciones, debates, sucesos y atm&oacute;sferas que caracterizan a este movimiento, con profundidad, amor y humor. Tambi&eacute;n es la historia de la intensa lucha de los vecinos de un pueblo, donde el colectivo tiene su huerta, por evitar que la especulaci&oacute;n inmobiliaria destruya su dehesa.</p> <p>La huerta adem&aacute;s nos habla sobre el origen de las cosas: la agricultura, la identidad individual, las sociedades dominadoras, el estado, el patriarcado y la guerra.</p>
  • <p>&iquest;Es la emancipaci&oacute;n global una causa perdida? &iquest;Son los valores universales antiguos vestigios de una &eacute;poca pret&eacute;rita? &iquest;Debemos someternos a una miserable tercera v&iacute;a, de liberalismo econ&oacute;mico y de gobierno m&iacute;nimo, por miedo a los horrores totalitarios?</p> <p>En esta obra magna, el pol&eacute;mico fil&oacute;sofo Slavoj Zizek se enfrenta a la ideolog&iacute;a predominante a prop&oacute;sito del deber de reapropiaci&oacute;n de varias &laquo;causas perdidas&raquo; y busca la semilla de verdad en la pol&iacute;tica &laquo;totalitaria&raquo; del pasado. No es de extra&ntilde;ar, por consiguiente, que para los partidarios de la doxa &laquo;posmoderna&raquo; liberal la lista de causas perdidas que en ella se defienden sea un t&uacute;nel del terror protagonizado por sus peores pesadillas, un almac&eacute;n de los fantasmas del pasado que han tratado de exorcizar con todas sus fuerzas.</p> <p>Zizek argumenta que, si bien el terror revolucionario se sald&oacute; con el fracaso y con atrocidades de todo tipo, no es &eacute;sta toda la verdad; hay, de hecho, un momento de redenci&oacute;n que cae en el olvido con el categ&oacute;rico rechazo liberal democr&aacute;tico del autoritarismo revolucionario y con la valorizaci&oacute;n de una pol&iacute;tica blanda, consensuada y descentralizada. Reivindica, igualmente, el deber de reinventar el terror revolucionario y la dictadura del proletariado en la lucha en pro de la emancipaci&oacute;n universal. Necesitamos aceptar con coraje el retorno de esta causa, exponi&eacute;ndonos incluso al desastre m&aacute;s catastr&oacute;fico. En palabras de Samuel Beckett: &laquo;Int&eacute;ntalo de nuevo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor&raquo;.</p> <p>&nbsp;</p> <p>&laquo;Adictivamente ecl&eacute;ctica... Zizek se las ingenia para dejar al lector, como de costumbre, tan entusiasmado como desorientado, abandonado en medio de un p&aacute;ramo sembrado de los escombros de los &iacute;dolos ca&iacute;dos.&raquo;</p> <p>Steven Poole, The Guardian</p> <p>&nbsp;</p> <p>&laquo;Un tesoro de perspicacia pol&iacute;tica y filos&oacute;fica [...] Atroz, provocadora y muy divertida.&raquo;</p> <p>Terry Eagleton</p> <p>&nbsp;</p>
  • En Fragmentos de antropología anarquista David Graeber aborda la estrecha vinculación entre anarquismo y una antropología que estudia las sociedades sin Estado
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