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<p>El narrador, en un intento por animar a un gusano de aspecto triste, acaba por empeorar las cosas y provoca que se ponga a llorar. Para conseguir que se sienta mejor, comienza a pensar en todas las cosas útiles que se pueden hacer con las lágrimas como, por ejemplo, hervir en ellas la pasta, lavarse los dientes o apagar un fuego. Lo cierto es que todo el mundo llora: los oficiales de policía, las jugadoras de fútbol, los superhéroes, los perros… ¡Y también las rocas! Si no llorasen, las ranas explotarían, los ríos se secarían, las nubes se harían más y más grandes y los granjeros estarían de muy mal humor.</p> <p>Un álbum muy peculiar y sorprendentemente divertido sobre los muchos usos prácticos de las lágrimas.</p>