zizek

  • <p>2011 fue el a&ntilde;o en que so&ntilde;amos peligrosamente, el a&ntilde;o del resurgimiento de la pol&iacute;tica emancipatoria radical en todo el mundo. En la actualidad, cada nuevo d&iacute;a nos trae pruebas de cu&aacute;n fr&aacute;gil e inconsistente fue ese despertar, como atestiguan los nuevos s&iacute;ntomas de agotamiento: el entusiasmo de la primavera &aacute;rabe se encuentra bloqueado entre pactos inestables y fundamentalismo religioso; el movimiento Occupy Wall Street est&aacute; perdiendo impulso hasta tal punto que, en un buen ejemplo de &laquo;astucia de la raz&oacute;n&raquo;, las cargas policiales en el parque Zucotti y otros lugares de protesta parecen un mal menor, ocultando la inminente p&eacute;rdida de inercia del movimiento. La misma historia se repite en todo el mundo: los mao&iacute;stas en Nepal parecen superados por las fuerzas realistas reaccionarias; el experimento &laquo;bolivariano&raquo; de Venezuela vive su momento m&aacute;s cr&iacute;tico...&nbsp;</p> <p>&iquest;Qu&eacute; debemos hacer en momentos tan deprimentes, cuando los sue&ntilde;os parecen desvanecerse? &iquest;La &uacute;nica elecci&oacute;n que nos queda es aquella entre el recuerdo nost&aacute;lgico-narcisista de los momentos sublimes de entusiasmo y la explicaci&oacute;n c&iacute;nica-realista de por qu&eacute; esos intentos de cambiar la situaci&oacute;n estaban inevitablemente destinados al fracaso?</p>
  • <p>Si la disoluci&oacute;n de la Uni&oacute;n Sovi&eacute;tica signific&oacute; para muchos el acta de defunci&oacute;n del comunismo como alternativa global al capitalismo, la crisis del primer decenio del siglo XXI puede suponer su recuperaci&oacute;n. <br /> En efecto, bajo el disfraz de la mutaci&oacute;n neoliberal, el capitalismo manifiesta su incapacidad para mantener la tasa de ganancia sin recurrir a las formas m&aacute;s despiadadas de explotaci&oacute;n material y sumisi&oacute;n ideol&oacute;gica, disipando as&iacute; cualquier ilusi&oacute;n reformista desde dentro del sistema.</p> <p>La b&uacute;squeda del horizonte comunista que propone este libro se inscribe dentro de una actividad te&oacute;rica de reconstrucci&oacute;n de una herramienta ideol&oacute;gica que, desde distintas perspectivas, preside la reflexi&oacute;n de Žižek, Badiou, Negri, Bosteeels, Ranci&egrave;re y otros muchos, una reflexi&oacute;n cuyo sentido hab&iacute;an desvirtuado el formalismo, el burocratismo y la inexorable tentaci&oacute;n autoritaria. Enriqueciendo la tradici&oacute;n marxista y leninista a la luz de las aportaciones de la psicolog&iacute;a, del significado de las nuevas tecnolog&iacute;as de la comunicaci&oacute;n &ndash;que se han traducido en un verdadero oligopolio del capitalismo comunicacional&ndash; y de la nueva configuraci&oacute;n social de la lucha de clases, esta obra explora nuevas posibilidades y nuevos caminos. Los cuales aunque a&uacute;n balbuceantes y pendientes del refrendo de una praxis social que los d&eacute; su sentido real, representan sugerentes aportaciones en la lucha ideol&oacute;gica para la rehabilitaci&oacute;n de un concepto tan l&oacute;gicamente maltratado por el poder como denostado por una izquierda melanc&oacute;lica (en el sentido de Walter Benjamin) que ha perdido el sentido de lo colectivo.</p>
  • Mao

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    <p>&laquo;El comunismo no es amor. El comunismo es un martillo, que se usa para aplastar al enemigo.&raquo; Mao</p> <p>Los primeros escritos filos&oacute;ficos de Mao apuntalaron las revoluciones chinas y, con sus llamadas a la insurrecci&oacute;n, siguen constituyendo algunos de los textos m&aacute;s agitadores de todos los tiempos. El explosivo comentario que el inconformista fil&oacute;sofo Slavoj Žižek realiza sobre &eacute;stos alcanza conclusiones inquietantes sobre el lugar que el pensamiento de Mao ocupa en la doctrina revolucionaria.</p>
  • <p>En <em>El dolor de Dios. Inversiones del Apocalipsis,</em> el brillante te&oacute;rico marxista Slavoj Žižek y el te&oacute;logo radical Boris Gunjevi&#263; no nos ofrecen un texto religioso, sino una investigaci&oacute;n cr&iacute;tica, una obra de fe no en Dios, sino en la inteligencia humana. Con su fervor contagioso y su talento para las conexiones inusitadas, Žižek pone a prueba el supuesto ate&iacute;smo de Occidente y se plantea la desconcertante posibilidad de la existencia de un Dios todopoderoso que sufre y reza.&nbsp;</p> <p>Recogiendo el guante lanzado por Žižek, Gunjevi&#263; hace un llamamiento revolucionario a la creaci&oacute;n de una teolog&iacute;a capaz de acabar con la astuta &laquo;esclavizaci&oacute;n del deseo&raquo; impuesta por el capitalismo. Vali&eacute;ndose de ejemplos elocuentes y empleando una l&oacute;gica penetrante, Žižek y Gunjevi&#263; convocan a pensadores que van desde San Agust&iacute;n hasta Lacan, y abordan cuestiones que abarcan desde la &eacute;tica cristiana frente a la &eacute;tica &laquo;pagana&raquo; hasta la &laquo;lucha de clases&raquo; en el Cor&aacute;n y el papel de los sexos en el Islam. Examinan y diseccionan la fe hoy, y sacuden los cimientos de las tradiciones monote&iacute;stas.</p>
  • <p>Desde la segunda mitad de la d&eacute;cada de los noventa asistimos al retorno de la cr&iacute;tica social y pol&iacute;tica. De las manifestaciones altermundialistas a las campa&ntilde;as contra la Constituci&oacute;n europea, pasando por el avance electoral de la extrema izquierda y las movilizaciones contra el empleo precario, la izquierda de la izquierda ha salido de la &laquo;gran pesadilla&raquo; de los a&ntilde;os ochenta con renovados br&iacute;os. La cr&iacute;tica, sin embargo, no se halla s&oacute;lo en la calle, la batalla de las ideas es, si cabe, m&aacute;s fecunda y enriquecedora que la anterior. Desarrollado por autores como Toni Negri, Slavoj Žižek, Alain Badiou, Judith Butler, Giorgio Agamben, Fredric Jameson, Gayatri Spivak o Axel Honneth, el pensamiento radical ha retornado. &iquest;Cu&aacute;les son las teor&iacute;as que acompa&ntilde;an la aparici&oacute;n de las nuevas luchas sociales? &iquest;En qu&eacute; se diferencian de aquellas que caracterizaron tradicionalmente al movimiento obrero? Este libro pretende, desde una perspectiva internacional, cartografiar el nuevo panorama del pensamiento cr&iacute;tico y servir a la vez de br&uacute;jula para el lector que se introduce en el pensamiento de estos nuevos te&oacute;ricos de la izquierda. As&iacute;, el presente volumen se convierte en una gu&iacute;a esencial para analizar, comprender y profundizar en los trabajos y las teor&iacute;a de buena parte de los intelectuales m&aacute;s prestigiosos de las ultima dos d&eacute;cadas.</p>
  • <p>Despu&eacute;s de unos a&ntilde;os convulsos e impredecibles, &iquest;en qu&eacute; situaci&oacute;n se encuentra el mundo hoy? &iquest;Qu&eacute; hacer frente a los impulsos conservadores que frenan la utop&iacute;a? Slavoj Žižek, &laquo;el fil&oacute;sofo m&aacute;s peligroso de Occidente&raquo;, reflexiona sobre estas cuestiones en este libro &uacute;nico. A partir de una serie de entrevistas, el libro consigue capturar al mejor Žižek, el pensador genuino y torrencial, abordando temas tales como los levantamientos de la Primavera &Aacute;rabe, la crisis financiera mundial, el populismo latinoamericano, el auge de China e incluso el enigma norcoreano. Žižek deslumbra a los lectores con an&aacute;lisis de pel&iacute;culas de Hollywood, de informes policiales venezolanos, novela negra sueca y mucho m&aacute;s. En todos y cada uno de los vericuetos por los que transcurre la conversaci&oacute;n, su mente vigorosa arroja luz sobre nuevos e inesperados desaf&iacute;os.</p> <p>A la par que analiza los problemas actuales, Žižek explora tambi&eacute;n las posibilidades de transformaci&oacute;n. &iquest;Cu&aacute;l es el tipo de sociedad por el que merece la pena luchar? &iquest;Por qu&eacute; resulta tan dif&iacute;cil imaginar escenarios sociales y pol&iacute;ticos alternativos? &iquest;Cu&aacute;les son las bases para la esperanza?</p> <p>Estas conversaciones, apremiantes y originales, ofrecen una introducci&oacute;n accesible y muy sugestiva a uno de los pensadores clave de nuestro tiempo.</p> <p>&laquo;Žižek es el representante m&aacute;s absolutamente genial del psicoan&aacute;lisis, por no decir de toda la teor&iacute;a cultural en general, que ha surgido en Europa en las &uacute;ltimas d&eacute;cadas.&raquo; Terry Eagleton</p> <p>&laquo;Žižek es hoy lo que fue Jacques Derrida en la d&eacute;cada de 1980: el pensador de cabecera de la joven vanguardia intelectual europea.&raquo; The Observer</p>
  • <p>&iquest;Es la emancipaci&oacute;n global una causa perdida? &iquest;Son los valores universales antiguos vestigios de una &eacute;poca pret&eacute;rita? &iquest;Debemos someternos a una miserable tercera v&iacute;a, de liberalismo econ&oacute;mico y de gobierno m&iacute;nimo, por miedo a los horrores totalitarios?</p> <p>En esta obra magna, el pol&eacute;mico fil&oacute;sofo Slavoj Zizek se enfrenta a la ideolog&iacute;a predominante a prop&oacute;sito del deber de reapropiaci&oacute;n de varias &laquo;causas perdidas&raquo; y busca la semilla de verdad en la pol&iacute;tica &laquo;totalitaria&raquo; del pasado. No es de extra&ntilde;ar, por consiguiente, que para los partidarios de la doxa &laquo;posmoderna&raquo; liberal la lista de causas perdidas que en ella se defienden sea un t&uacute;nel del terror protagonizado por sus peores pesadillas, un almac&eacute;n de los fantasmas del pasado que han tratado de exorcizar con todas sus fuerzas.</p> <p>Zizek argumenta que, si bien el terror revolucionario se sald&oacute; con el fracaso y con atrocidades de todo tipo, no es &eacute;sta toda la verdad; hay, de hecho, un momento de redenci&oacute;n que cae en el olvido con el categ&oacute;rico rechazo liberal democr&aacute;tico del autoritarismo revolucionario y con la valorizaci&oacute;n de una pol&iacute;tica blanda, consensuada y descentralizada. Reivindica, igualmente, el deber de reinventar el terror revolucionario y la dictadura del proletariado en la lucha en pro de la emancipaci&oacute;n universal. Necesitamos aceptar con coraje el retorno de esta causa, exponi&eacute;ndonos incluso al desastre m&aacute;s catastr&oacute;fico. En palabras de Samuel Beckett: &laquo;Int&eacute;ntalo de nuevo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor&raquo;.</p> <p>&nbsp;</p> <p>&laquo;Adictivamente ecl&eacute;ctica... Zizek se las ingenia para dejar al lector, como de costumbre, tan entusiasmado como desorientado, abandonado en medio de un p&aacute;ramo sembrado de los escombros de los &iacute;dolos ca&iacute;dos.&raquo;</p> <p>Steven Poole, The Guardian</p> <p>&nbsp;</p> <p>&laquo;Un tesoro de perspicacia pol&iacute;tica y filos&oacute;fica [...] Atroz, provocadora y muy divertida.&raquo;</p> <p>Terry Eagleton</p> <p>&nbsp;</p>
  • <p>Tras el fallido <em>Fin de la Historia</em> declarado por Fukuyama, numerosos acad&eacute;micos han advertido del profundo declive de la l&oacute;gica posmoderna. Ante ello, han proliferado los discursos posposmodernistas tratando de categorizar las formas culturales emergentes. Este libro toma como principio estructurador los argumentos de Fredric Jameson sobre la decadencia de la historicidad de las sociedades del capitalismo tard&iacute;o. Al reevaluar y reconfigurar estas nociones en relaci&oacute;n con la estructura de sentimiento vigente, resulta inevitable percibir las constantes oscilaciones culturales entre el modernismo y el posmodernismo que han dado lugar a la meta-modernidad.</p> <p><em>Metamodernismo: Historicidad, afecto y profundidad despu&eacute;s del posmodernismo</em> se erige como el ensayo can&oacute;nico en el estudio del metamodernismo. En &eacute;l intervienen las voces m&aacute;s influyentes en el debate acad&eacute;mico y cr&iacute;tico sobre el posposmodernismo, el arte, la est&eacute;tica y la cultura del siglo XXI. Mediante una minuciosa e in&eacute;dita cartograf&iacute;a del paisaje cultural contempor&aacute;neo, relaciona la teor&iacute;a metamoderna y su representaci&oacute;n en la literatura, las artes visuales, el cine y la televisi&oacute;n con las evoluciones sociales, tecnol&oacute;gicas y econ&oacute;micas m&aacute;s recientes.</p>
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