Nos ha dejado Pere López, geógrafo de la memoria social, hortelano y agitador de las ruralidades
El pasado 5 de abril supimos que nos había dejado Pere López Sánchez. Desde Virus queremos transmitir a toda su familia y su gente, a todas las personas con la que hizo camino y peleó contra este mundo de destrucción y en destrucción, todo nuestro apoyo, cariño, amor y solidaridad frente a su pérdida. En diferentes momentos Virus compartió ese camino con él, y esa tristeza también es nuestra.
Inmerso en la conflictividad social de la década de 1970 y parte de las primeras experiencias de investigación militante en Barcelona, Pere también fue testigo de los procesos de desarticulación de las luchas obreras y la cooptación institucional de las luchas vecinales. Frente a eso y a contracorriente de su tiempo, eligió un camino personal, militante e intelectual antagónico al de las hegemonías tanto vitales como políticas y académicas de aquel momento. Neus y él hicieron la apuesta vital de irse a vivir a la montaña y Pere inició una tarea de investigación crítica imprescindible.
Desde entonces, su trabajo ha sido el de un compromiso inquebrantable por construir un pensamiento autónomo estrechamente ligado a las prácticas y la memoria de las clases subalternas. Con una mirada propia y genuina sobre las luchas en la ciudad y por la ciudad, le dio el lugar que le corresponde a las prácticas y la inteligencia colectiva de las clases populares. Desde Un verano con mil julios y otras estaciones (Siglo XXI, 1993; Virus 2025) hasta Rastros de rostros en un prado rojo y negro (Virus, 2013), supo tejer como pocos una relación entre pasado y presente en la memoria social urbana, que hoy sigue siendo un punto de referencia tan ineludible como insuficientemente valorado.
Definido por Manuel Vázquez Montalbán como un «urbanista riguroso que concebía la ciudad como el resultado histórico de la dialéctica entre relaciones de propiedad, poder y supervivencia», Pere vio en El centro histórico. Un lugar para el conflicto (1986) los mecanismos de poder de clase de las políticas urbanísticas, los episodios de lucha de clases que son las remodelaciones urbanas, y anticipó en toda su complejidad lo que hoy comúnmente conocemos como gentrificación (un concepto que nunca le gustó, poco amigo como era de los anglicismos). Más adelante, ampliando el foco a la metrópoli capitalista, jugó un papel fundamental en obras como Barcelona marca registrada. Un model per desarmar (Virus, 2004) y más recientemente Barcelona metròpoli-empresa. Crítiques pràctiques per desarmar la marca (Virus, 2023).
En los últimos años estaba en el centro de sus preocupaciones la relación entre la cuestión rural, el territorio y la metrópoli. Tanto en la apuesta vital que hicieron en la década de los 1980 como en sus preocupaciones teóricas y políticas estaba presente una lucha por la conquista de territorios de autonomía central en las luchas contemporáneas. No en vano, una de las últimas obras que coordinó, Ensayos de agitación rural. Rehabitar el campo vaciado (El Salmón, 2022), era parte de una lógica que ha atravesado su vida, que une de forma inseparable práctica y pensamiento.
Pere, nos has dejado un legado inmenso y sobre todo muy vivo de pensamiento útil para las luchas que tenemos entre manos y que nos esperan. Muchas gracias por todo lo que nos has dado, y esperamos poder recogerlo dándole la dignidad de la memoria que tú le has dado a toda las gentes anónimas e invisibles, todas las y los nadie que pueblan tu trabajo.
Que la tierra te sea leve, compañero.