Antropologia i Sociologia

  • <p>El autor estudia en la presente obra&nbsp;las cinco corrientes principales del movimiento naturista, analizando sus aportaciones te&oacute;ricas y pr&aacute;cticas, la trascendencia de sus propuestas, las revistas y publicaciones que sirvieron de soporte a la difusi&oacute;n de sus ideas as&iacute; como sus figuras m&aacute;s destacadas. Este exhaustivo trabajo se ve precedido por una breve introducci&oacute;n hist&oacute;rica y finaliza con una panor&aacute;mica general sobre el devenir del movimiento naturista en sus diferentes expresiones desde 1939 hasta la actualidad.</p>
  • <p>Las ideas del individualismo anarquista estar&aacute;n muy presentes en la prensa, la literatura, las discusiones y, finalmente, en las maneras de pensar y actuar de numerosos hombres y mujeres afines al movimiento libertario, y su influjo ir&aacute; mucho m&aacute;s all&aacute; del propio &aacute;mbito estrictamente pol&iacute;tico para llegar a influenciar el pensamiento colectivo de las sociedades occidentales de finales del siglo XIX y primer tercio del XX. En Espa&ntilde;a se dejar&aacute;n notar las ideas de sus principales te&oacute;ricos, como Stirner, Thoreau, Tucker, Armand o Ryner, a trav&eacute;s de la traducci&oacute;n de sus obras o de sus art&iacute;culos publicados en la numerosa prensa individualista. Los individualistas revolucionar&aacute;n el debate anarquista en torno a la moral, la sexualidad, la religi&oacute;n, el papel de la escuela, el naturismo, as&iacute; como el valor &uacute;nico del individuo frente al Estado y todo tipo de organizaci&oacute;n.</p>
  • <p><strong>Pedro Garc&iacute;a Olivo</strong> analiza c&oacute;mo la Escuela, ya desde la &eacute;poca de la Revoluci&oacute;n, se ha erigido en M&eacute;xico en una instancia may&uacute;scula de aniquilaci&oacute;n de la idiosincrasia ind&iacute;gena. El modelo de organizaci&oacute;n aut&oacute;noma ind&iacute;gena, all&iacute; donde no se vio sustancialmente alterado por la injerencia occidental, se caracteriza, y no s&oacute;lo en Chiapas, por unas estructuras y pr&aacute;cticas sociales altamente participativas, con rotaci&oacute;n de cargos y -en buena medida- de tareas, que reh&uacute;yen, por s&iacute; mismas, la especializaci&oacute;n, favorecen el apoyo mutuo en forma de intercambio de bienes o servicios, evitan la monetarizaci&oacute;n de las relaciones y dejan en manos de la comunidad la administraci&oacute;n de la justicia y la producci&oacute;n y difusi&oacute;n del saber.</p> <p>En detrimento de esta educaci&oacute;n tradicional, comunitaria, sin aulas ni profesores, la Escuela multicultural aspira a optimizar la colonizaci&oacute;n mental de los ind&iacute;genas y su conversi&oacute;n en mano de obra barata. La Escuela difunde h&aacute;bitos sociales, ideas y valores hostiles a la organizaci&oacute;n comunera; favorece el abandono de las pautas culturales aut&oacute;ctonas por parte de los m&aacute;s j&oacute;venes, a quienes se les inculca el deseo individualista de un &eacute;xito personal fuera de la comunidad y hasta en perjuicio de los intereses de la colectividad Sin embargo, cuando la resistencia ind&iacute;gena entorpece este proceso de aniquilaci&oacute;n cultural, y confluye adem&aacute;s un inter&eacute;s econ&oacute;mico que desata la avidez del capital nacional o multinacional, al lado de la escuela aparece la bala (el terror policial, militar y paramilitar), pudi&eacute;ndose hablar de un verdadero holocausto ind&iacute;gena, lento genocidio que los Gobiernos occidentales velan y alientan. El caso de los experimentos escolares zapatistas en Chiapas merece especial atenci&oacute;n para Garc&iacute;a Olivo.</p> <p>Consciente de las dificultades a las que se enfrenta la resistencia chiapaneca, el autor intenta analizar en qu&eacute; medida la inserci&oacute;n de la Escuela en el tejido comunitario puede ayudar a consolidar o convertirse en un peligro para los modelos de participaci&oacute;n y autogesti&oacute;n ind&iacute;genas, y para el proyecto mismo de autonom&iacute;a. Tras una profunda reflexi&oacute;n al respecto, aboga por una profundizaci&oacute;n en la &laquo;educaci&oacute;n comunitaria ind&iacute;gena&raquo;, en las pr&aacute;cticas informales de ense&ntilde;anza, en las instancias de transmisi&oacute;n cultural tradicionales; modalidades de socializaci&oacute;n del saber, de subjetivizaci&oacute;n y de moralizaci&oacute;n de los comportamientos mucho m&aacute;s coherentes con el esp&iacute;ritu de la democracia india -y con el igualitarismo social y econ&oacute;mico subyacente- que el engendro altericida de la Escuela occidental.</p> <p>&nbsp;</p>
  • La Convivencialidad se anticipó a muchos debates hoy ineludibles. Inmersos ya en un colapso de difícil salida, su propuesta plantea un horizonte de sociedad postindustrial que permita «a todos sus miembros la acción más autónoma y más creativa posible», a través de la producción de herramientas controladas y controlables desde las propias necesidades primarias y comunitarias.
  • <p>Anarquisme i Catalunya s&oacute;n dos conceptes que la hist&ograve;ria universal ha aplegat. Internacionalment Barcelona &eacute;s coneguda com la capital de la &laquo;divina acr&agrave;cia&raquo; o la Rosa de Foc. Tamb&eacute; va ser la capital on es constitu&iacute; el 1907 la Solidaritat Obrera, i tres anys m&eacute;s tard la Confederaci&oacute; Nacional del Treball, el sindicat de car&agrave;cter anarquista m&eacute;s important del m&oacute;n pel que fa a l&rsquo;afiliaci&oacute; i la transcend&egrave;ncia hist&ograve;rica.</p> <p>Malgrat aix&ograve;, estem avesats als t&ograve;pics contemporanis que presenten els habitants de Catalunya com a gent treballadora, ordenada i profundament assenyada, llocs comuns que redueixen la realitat a la m&iacute;nima expressi&oacute; i es presenten com una tergiversaci&oacute; interessada amb un p&ograve;sit de veracitat, un instrument de propaganda subtil al servei d&rsquo;un objectiu. Per a molts observadors dels segles XVII i XVIII, els catalans s&oacute;n violents perqu&egrave; no es volen sotmetre a una l&ograve;gica pol&iacute;tica imposada, perqu&egrave; no comparteixen els valors dominants de submissi&oacute; i desigualtat. En canvi, els c&agrave;nons anal&iacute;tics elaborats des de mitjans del XIX presenten els catalans com a amants del treball, de l&rsquo;ordre i el seny perqu&egrave; els grups dominants locals, que tamb&eacute; dominen els discursos intel&middot;lectuals, anhelen un pa&iacute;&shy;s modelat pels valors de l&rsquo;ordre i el progr&eacute;s propis de la burgesia.</p> <p>Encara que una minoria poderosa, aliada amb un estat ali&egrave;, i amb prou capacitat per bastir un imaginari col&middot;lectiu i una hegemonia cultural, hagi expulsat de la mem&ograve;ria hist&ograve;rica el m&oacute;n llibertari o l&rsquo;hagi redu&iuml;t a categories inferiors, el fet &eacute;s que aquest llegat hi &eacute;s. Hi &eacute;s i propici&agrave; una revoluci&oacute; que il&middot;lumin&agrave; (o aterr&iacute;) el m&oacute;n, viscuda (o patida) pels nostres avis. Malgrat aquest proc&eacute;s d&rsquo;invisibilitzaci&oacute;, el p&ograve;sit es pot percebre en bona part de les pr&agrave;ctiques, creences i actituds de la societat catalana.</p>
  • <p>En pocos decenios, el deporte se ha convertido en una potencia mundial ineludible, la nueva y verdadera religi&oacute;n del siglo XXI. Su liturgia singular moviliza al mismo tiempo y en todo el mundo a inmensas masas agolpadas en los estadios o congregadas ante las pantallas de todo tipo y tama&ntilde;o que los aficionados visualizan de manera compulsiva. Estas masas gregarias, obedientes, muchas veces violentas, movidas por pulsiones chovinistas, a veces xen&oacute;fobas o racistas, est&aacute;n sedientas de competiciones deportivas y reaccionan euf&oacute;ricas a las victorias o a los nuevos r&eacute;cords, mientras permanecen indiferentes a las luchas sociales y pol&iacute;ticas, sobre todo la gente joven.</p> <p>La propia organizaci&oacute;n de un deporte de alcance planetario, fundamentado en un orden piramidal opaco, se ha erigido y consolidado como un modo de producci&oacute;n y reproducci&oacute;n socioecon&oacute;mico que lo invade todo. El deporte, convertido ya en espect&aacute;culo total, se afirma como el medio de comunicaci&oacute;n exclusivo, capaz de estructurar en toda su profundidad el d&iacute;a a d&iacute;a de millones de personas, desde la fisonom&iacute;a de las ciudades, hasta los ritmos de trabajo y la estructuraci&oacute;n del tiempo libre.</p> <p>El nuevo r&eacute;cord, la mejora del rendimiento, el sometimiento del cuerpo por encima de los l&iacute;mites humanos, se convierte en la base del espect&aacute;culo, en su &uacute;nica motivaci&oacute;n, en el fin que lo justifica todo, por lo que el dopaje y las intervenciones-agresiones en el cuerpo del atleta se han convertido en la normalidad de un deporte que juega al escondite con los controles antidoping, mientras los deportistas se lanzan a una carrera alcocada contra su propia vida.</p> <p>Apisonadora aniquiladora de la Modernidad decadente, el deporte-espect&aacute;culo lamina todo a su paso y deviene el proyecto de una sociedad sin proyecto.</p> <p>&nbsp;</p>
  • La gran transformación es una lectura imprescindible para entender los endiablados mecanismos del absolutismo económico que caracterizan el tiempo y el sistema en que habitamos.
  • <p>Karl Polanyi muestra como las sociedades humanas han estado estructuradas por tres formas de relaci&oacute;n socioecon&oacute;mica, repetidas en sistemas distintos a lo largo de la historia de la humanidad: la redistribuci&oacute;n, el intercambio y la reciprocidad.</p> <p>No obstante, las llamadas &laquo;leyes de la ciencia econ&oacute;mica&raquo; han instaurado una manera de entender el mundoseg&uacute;n la cual la l&oacute;gica de la sociedad de mercado conformar&iacute;a un continuum, en el que los valores liberales del <em>homo economicus</em> ser&iacute;an una especie de esencia de las relaciones humanas. A su vez, la lectura marxista contribuy&oacute; a presentar la econom&iacute;a como un espacio aut&oacute;nomo y determinante de la sociedad.</p> <p>El autor austr&iacute;aco pone en cuesti&oacute;n ambas lecturas y, desde un profundo conocimiento antropol&oacute;gico, evidencia que el capitalismo y la sociedad de mercado son m&aacute;s bien una excepci&oacute;n dentro de los modos de organizaci&oacute;n de las sociedades humanas.</p>
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