Filosofia

  • <p>&iquest;Qu&eacute; interesados manejos han conducido a presentar hoy a Maximilien Robespierre, emblema m&aacute;ximo del jacobinismo, como un defensor a ultranza del centralismo, un dictador sanguinario, un d&eacute;spota cuyos cr&iacute;menes son comparables a los de Stalin, como algunos historiadores franceses llegaron a afirmar con ocasi&oacute;n del tricentenario de la Revoluci&oacute;n? <br /> Quien haya cre&iacute;do esas monumentales falsedades hallar&aacute;, en este libro, a un Robespierre bien diferente: un decidido partidario de la participaci&oacute;n popular en todos los niveles y de acercar lo m&aacute;s posible la administraci&oacute;n (y su control y sus decisiones) a los ciudadanos. Hallar&aacute; a un enemigo de la pena de muerte y un impulsor ac&eacute;rrimo de los derechos de los ciudadanos. Y hallar&aacute;, sobre todo, a un inquebrantable defensor de la igualdad, un protector de los m&aacute;s pobres, un azote de los especuladores. Hallar&aacute; a un hombre del pueblo, radicalmente democr&aacute;tico, gobernando para el pueblo. Y lo hallar&aacute; en sus propias palabras, sin margen para la adulteraci&oacute;n o la mentira.</p>
  • <p>Adem&aacute;s de haber provocado una revoluci&oacute;n trascendental en la F&iacute;sica, tan o m&aacute;s importante que la que hab&iacute;a originado Newton un par de siglos antes, Einstein fue un cient&iacute;fico particularmente sensible ante los problemas socio-pol&iacute;ticos de su &eacute;poca, y un librepensador humanista. Banesh Hoffmann, que fue colaborador de Einstein en Princeton, resumi&oacute; su vida y su obra con dos palabras: creador y rebelde. Un curioso, fascinante y ambivalente rebelde del siglo XX que am&oacute; la raz&oacute;n y despreci&oacute; el poder, alab&oacute; la desobediencia civil y se code&oacute; con algunos de los poderosos del mundo, apoy&oacute; a los objetores e insumisos y acept&oacute; con cortes&iacute;a, iron&iacute;a y buen humor los m&aacute;s altos t&iacute;tulos honor&iacute;ficos de algunas de las m&aacute;s prestigiosas universidades del mundo.</p>
  • <p>La Historia de la locura en la &eacute;poca cl&aacute;sica efectuaba la arqueolog&iacute;a de la l&iacute;nea divisoria en virtud de la cual se separa en nuestras sociedades al loco del no-loco. El relato finaliza con la medicalizaci&oacute;n de la locura a principios del siglo XIX. El curso que Michel Foucault consagra a finales de 1973 y principios de 1974 al &laquo;poder psiqui&aacute;trico&raquo; prosigue esta historia dando, sin embargo, un giro al proyecto: acomete la genealog&iacute;a de la psiquiatr&iacute;a, de la forma propia de &laquo;poder-saber&raquo; que ella constituye. Para ello resulta imposible partir de un saber m&eacute;dico sobre la locura, pues &eacute;ste se demuestra inoperante en la pr&aacute;ctica. &Uacute;nicamente puede darse cuenta de la producci&oacute;n de verdad psiqui&aacute;trica sobre la locura a partir de los dispositivos y t&eacute;cnicas de poder que organizan el tratamiento de los locos en el periodo que va de Pinel a Charcot. La psiquiatr&iacute;a no nace como consecuencia de un nuevo progreso del conocimiento sobre la locura, sino de los dispositivos disciplinarios en los que se organiza entonces el r&eacute;gimen impuesto a la locura. Michel Foucault se ha interrogado frecuentemente sobre la vanidad del discurso de los psiquiatras, que se presenta en la pr&aacute;ctica contempor&aacute;nea de los peritajes judiciales. Desde ese punto de vista, El poder psiqui&aacute;trico prosigue el proyecto de una historia de las &laquo;ciencias&raquo; humanas. El curso concluye a finales del siglo XIX en el momento en el que se produce la doble &laquo;despsiquiatrizaci&oacute;n&raquo; de la locura, dispersa entre el neur&oacute;logo y el psicoanalista. De este modo, El Poder psiqui&aacute;trico propone una genealog&iacute;a de los movimientos antipsiqui&aacute;tricos que tanto han marcado la d&eacute;cada de 1960.</p>
  • <p>El presente libro recoge el contenido del curso impartido por Foucault en 1982 en el Coll&eacute;ge de France sobre la hermen&eacute;utica del sujeto. En &eacute;l, el autor presenta un estudio en torno al &laquo;cuidado de s&iacute;&raquo; como concepto organizador del quehacer filos&oacute;fico, tratando de mostrar seg&uacute;n qu&eacute; t&eacute;cnicas, procedimientos y finalidades hist&oacute;ricas un sujeto &eacute;tico se constituye en una determinada relaci&oacute;n hacia s&iacute;. Pero los estudios desbordan el marco estricto de la historia de la filosof&iacute;a. Al describir el modo de la subjetivaci&oacute;n antigua, Foucault pretende mostrar a las claras la precariedad del modo de subjetivaci&oacute;n moderno. Todo su trabajo consiste en hacernos m&aacute;s extra&ntilde;os a nosotros mismos, mostrando la historicidad de lo que podr&iacute;a parecer lo m&aacute;s ahist&oacute;rico: la manera en la que, en cuanto sujetos, nos relacionamos con nosotros mismos. Este pasaje a los antiguos permite, asimismo, una reformulaci&oacute;n del problema pol&iacute;tico: &iquest;y si hoy las luchas no s&oacute;lo fueran luchas contra el dominio pol&iacute;tico ni s&oacute;lo luchas contra la explotaci&oacute;n econ&oacute;mica, sino luchas contra las servidumbres identitarias? Releyendo a Plat&oacute;n y Marco Aurelio, a Epicuro y a S&eacute;neca, Foucault no busca en qu&eacute; superar, sino c&oacute;mo repensar la pol&iacute;tica.</p>
  • <p>Este libro es algo as&iacute; como una gran puerta que Peter Weiss, este gran autor del siglo pasado, abri&oacute; a parcelas desconocidas de su intimidad propia. Sus p&aacute;ginas surgieron a ra&iacute;z de una grave crisis de su salud, y en ellas, escribiendo un diario desde agosto de 1970 hasta enero de 1971, revel&oacute; entre otras muchas cosas momentos ignorados de su vida p&uacute;blica pero tambi&eacute;n escribi&oacute; muchas notas significativas sobre su vida personal, de manera que leyendo estas p&aacute;ginas nos enfrentamos con emoci&oacute;n tanto a las agon&iacute;as de su historia &ndash;a sus dudas e inquietudes a veces casi mortales&ndash; como a sus convicciones pol&iacute;ticas y a su gran aportaci&oacute;n intelectual a las luchas de los pueblos por su liberaci&oacute;n. &iexcl;Admirable Peter Weiss! Este Diario, en fin, nos cuenta mil cosas importantes sobre la historia de un per&iacute;odo, que incluye lo que se llam&oacute; la guerra fr&iacute;a, en el que hubo grandes esperanzas para la edificaci&oacute;n de otro mundo que fuera una r&eacute;plica a los grandes horrores del capitalismo; pero tambi&eacute;n grandes decepciones en cuanto al comportamiento de los partidos comunistas oficiales. Leyendo estas p&aacute;ginas nos adentramos, como si estuvi&eacute;ramos leyendo una gran novela rica en episodios, en una gran aventura humana, social y pol&iacute;tica.</p>
  • <p>El texto, construido conforme a los preceptos de la ret&oacute;rica del final de la Antig&uuml;edad, establece los diferentes grados de las virtudes como eje de aqu&eacute;l y fundamento de la felicidad alcanzada por Proclo. La obra ofrece en detalle el perfil biogr&aacute;fico del profesor de filosof&iacute;a, principalmente exegeta de la tradici&oacute;n plat&oacute;nica, poeta compositor de himnos hexam&eacute;tricos y te&uacute;rgo. Al igual que sucede con el valor introductorio de la Vita Plotini de Porfirio, as&iacute; tambi&eacute;n el discurso de Marino es una s&oacute;lida base para la comprensi&oacute;n de la teolog&iacute;a de Proclo.</p>
  • <p>Como es propio de todos los textos de la colecci&oacute;n &ldquo;contratiempos&rdquo;, el libro de Antonio Orihuela tiene la forma de un manifiesto o &ldquo;panfleto&rdquo; en el que se reivindica, en este caso, una decidida y comprometida apuesta de la poes&iacute;a (de la escritura en general, pero de la poes&iacute;a en particular) por la generaci&oacute;n de sentidos cr&iacute;ticos que contribuyan a cambiar el mundo. As&iacute;, el texto critica las pretensiones de algunas formas de escritura que parecen interesadas en mantenerse al margen de los conflictos o en presentarse desde una &ldquo;altura&rdquo; desde la que mirarlos como algo &ldquo;ajeno&rdquo;.</p> <p>El escritor, el poeta, es un trabajador de la palabra que, qui&eacute;ralo o no, produce efectos de reconocimiento, de sometimiento o de rebeld&iacute;a y, as&iacute;, el escritor &ldquo;comprometido&rdquo; debe ejercer su compromiso tambi&eacute;n en la escritura misma (en su forma y en su contenido). De esta manera, el libro viene a constituirse en una especie de &ldquo;po&eacute;tica&rdquo; cr&iacute;tica desde la que Antonio Orihuela da cuenta de su propia producci&oacute;n y lanza un reto a toda una generaci&oacute;n de auto-denominados &ldquo;poetas cr&iacute;ticos&rdquo;.</p>
  • <p>Las intervenciones tecnol&oacute;gicas en la esfera de la comunicaci&oacute;n tienen consecuencias para los individuos y para la sociedad. La actual reorganizaci&oacute;n de las comunicaciones, calificada incluso de &quot;revoluci&oacute;n comunicacional&quot; por algunos, presenta las tendencias siguientes:</p> <p>1) la sociedad dispone de m&aacute;s aparatos t&eacute;cnicos, de m&aacute;s comunicaci&oacute;n t&eacute;cnicamente difundida y canalizada</p> <p>2) de m&aacute;s informaci&oacute;n.</p> <p>Pero tambi&eacute;n se levantan cada vez m&aacute;s voces que, precisamente por eso o por el uso que se hace de esas tecnolog&iacute;as, afirman que</p> <p>3) cada vez hay menos contactos personales, menos comunicaci&oacute;n primaria, Se altera la relaci&oacute;n entre la funci&oacute;n informativa y la funci&oacute;n socializadora de la comunicaci&oacute;n.</p> <p>M&aacute;s aparatos tecnol&oacute;gicos y m&aacute;s informaciones suelen traducirse en simple lujo de las pocas sociedades avanzadas y ricas del Primer Mundo respecto de las muchas atrasadas y pobres del Tercero. En la comunicaci&oacute;n humana no s&oacute;lo interesan los aspectos cuantitativos, los valores de cambio, sino tambi&eacute;n los cualitativos, los valores de uso, los que, en &uacute;ltima instancia, afectan la calidad de vida. La ecolog&iacute;a de la comunicaci&oacute;n establece as&iacute; un puente entre teor&iacute;a de la comunicaci&oacute;n y ecolog&iacute;a humana. Este libro pretende establecer un paradigma ecol&oacute;gico de la comunicaci&oacute;n, esto es, analizar qu&eacute; condiciones espaciales, sociales y temporales se requieren para poder adquirir competencia comunicativa bajo las condiciones de sistemas tecnol&oacute;gicos avanzados.</p>
  • <div align="justify"><span class="llista_autor"> <p style="text-align: justify;">&laquo;Eleg&iacute; la geograf&iacute;a porque siempre me he preguntado, acaso hasta la obsesi&oacute;n, sobre el significado de la existencia: quiero saber qu&eacute; es lo que hacemos aqu&iacute;, qu&eacute; queremos de la vida.&raquo;</p> <p style="text-align: justify;">Yi-Fu Tuan es uno de los pensadores m&aacute;s influyentes en la actualidad y, sin embargo, pocas personas han o&iacute;do hablar de &eacute;l. Con una voz cr&iacute;tica pero sosegada, marcada por el desarraigo del exilio, ha renovado el campo de la geograf&iacute;a suscitando la reflexi&oacute;n sobre cuestiones como la funci&oacute;n de los paisajes simb&oacute;licos, la est&eacute;tica geogr&aacute;fica y la fantas&iacute;a cultural, y la tensi&oacute;n primaria entre el cosmos y el hogar.</p> <p style="text-align: justify;">Su trabajo rompe las barreras acad&eacute;micas tradicionales para hilar un pensamiento in&eacute;dito y extremadamente sutil, a partir de disciplinas tan diversas como la filosof&iacute;a, la psicolog&iacute;a, la planificaci&oacute;n urbana, el paisajismo y la antropolog&iacute;a. El autor ha dedicado toda su vida a indagar c&oacute;mo los seres humanos moldeamos las realidades personales y culturales y c&oacute;mo este proceso refleja, a su vez, nuestras ideas individuales y colectivas de lo que una buena vida debe ser. En este sentido, su autobiograf&iacute;a constituye una incisiva meditaci&oacute;n sobre las luces y las sombras de su propia trayectoria vital en b&uacute;squeda de esa buena vida. As&iacute; la narraci&oacute;n traza su dif&iacute;cil infancia en China durante los convulsos a&ntilde;os 30 y la huida por la infame carretera birmana ante la agresi&oacute;n japonesa, la relaci&oacute;n con su padre, dipl&oacute;matico de carrera, no exenta de equ&iacute;vocos y tensiones, su periplo por distintas universidades anglosajonas y la gestaci&oacute;n de una original&iacute;sima visi&oacute;n propia del mundo. Tambi&eacute;n aborda con lucidez su compleja inserci&oacute;n en la sociedad estadounidense actual en la que, tal y como afirma, a pesar de llevar cuarenta a&ntilde;os en el pa&iacute;s todav&iacute;a se siente como un invitado...</p> </span></div>
  • <p>Este libro es una toma de posici&oacute;n, expresada en varios momentos, sobre la implicaci&oacute;n de los intelectuales y los artistas en la vida social y pol&iacute;tica durante las &uacute;ltimas d&eacute;cadas; sobre sus giros, desplazamientos y vicisitudes, desde las &laquo;torres de marfil&raquo; a las ardientes militancias, desde las posiciones de extrema derecha a las de la izquierda subversiva y armada. As&iacute; se replantea, entre otras muchas, la cuesti&oacute;n que Cervantes puso en los labios de don Quijote durante su Discurso de las Armas y las Letras. Muy especialmente se recupera la cuesti&oacute;n de la Utop&iacute;a, concebida no como la reclamaci&oacute;n de lo imposible &ndash;noci&oacute;n &eacute;sta que se trata de dilucidar&ndash; sino como posibilitaci&oacute;n, por medio de la teor&iacute;a y la praxis revolucionarias, de lo interesadamente imposibilitado por los sistemas del Poder. Sector fuerte del libro es la cr&iacute;tica que contiene a los intelectuales &laquo;pol&iacute;ticamente correctos&raquo; y que ha sido acogida por varias revistas de Literatura desde que su autor la comunic&oacute; a modo de conferencia en la Semana de Filosof&iacute;a de Pontevedra (Aula Castelao), bajo el t&iacute;tulo <em>Los intelectuales y la pr&aacute;ctica</em></p>
  • <p>El libro parte de la relaci&oacute;n entre filosof&iacute;a y pol&iacute;tica en la obra de Heidegger, relaci&oacute;n que tiene su momento culminante en la adscripci&oacute;n del fil&oacute;sofo al nacionalsocialismo en 1933. En contra de algunas tesis com&uacute;nmente aceptadas, seg&uacute;n las cuales el pensar de Heidegger poco o nada tendr&iacute;a que ver con sus posiciones pol&iacute;ticas, la autora parte de un presupuesto contrario: si ya es dif&iacute;cil para cualquier pensador mantener una ruptura ente sus posiciones te&oacute;ricas y las pol&iacute;ticas, en un autor como Heidegger que hace del &laquo;existir f&aacute;ctico&raquo; el motivo de su pensar, eso es imposible. No se trata sin embargo de juzgarle, ni al hombre ni a la obra. Dado que el decenio de los 30 es uno de los m&aacute;s dif&iacute;ciles y a la vez de los m&aacute;s productivos, el libro trata de desbrozar un recorrido semi-oculto que nos lleva desde las posiciones cercanas a la dogm&aacute;tica cat&oacute;lica de los primeros a&ntilde;os, hasta el pensar de la poes&iacute;a como lenguaje pr&oacute;ximo al filosofar en los textos del final del decenio. El estudio abarca las obras escritas y las Lecciones pronunciadas durante los a&ntilde;os 30, desde finales de los 20 hasta principios de los 40; es testigo de los entusiasmos y las crisis y muestra c&oacute;mo los nuevos motivos se superponen a los antiguos de tal modo que, al igual que un inmenso collage, tachan, restauran y recubren las viejas posiciones. Curan las heridas y en suma, invitan al silencio y al olvido.</p>
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