Filosofia

  • <p>Tras un velo de indiferencia, esmascarada por una apariencia de objetividad cient&iacute;fica, la econom&iacute;a ha ido construyendo una teor&iacute;a con la que es posible justificar, ocultar y permitir un sin fin de desigualdades sociales, explotaciones miserables y atentados a la vida de los seres humanos. Las cosas de las que se ocupa la econom&iacute;a acad&eacute;mica m&aacute;s rigurosa nacen muertas desde el mismo momento en que son creados los modelos que pretenden explicar su existencia. El trabajo deja de ser una actividad desagradable para convertirse en esfuerzo necesario; es transformado posteriormente en tiempo de ocupaci&oacute;n y reducido por &uacute;ltimo a mero coste empresarial. As&iacute; el trabajador, dependiente del deseo del capital y superfluo en el sistema de producci&oacute;n capitalista, padece la alienaci&oacute;n y la privaci&oacute;n de libertad en el &ndash;y durante el tiempo de&ndash; trabajo. La guerra, la muerte por inanici&oacute;n, las diferencias econ&oacute;micas Norte-Sur, la degradaci&oacute;n ambiental..., son explicados, al margen de su realidad social, por una econom&iacute;a que se asemeja cada vez m&aacute;s a una pura ideolog&iacute;a.</p>
  • <p>Desde las huelgas de diciembre de 1995 las intervenciones de Pierre Bourdieu han sido objeto de condenas a menudo virulentas, en especial por parte de los periodistas e intelectuales medi&aacute;ticos cuyo poder hab&iacute;a analizado Bourdieu. Fue entonces acusado de descubrir la acci&oacute;n pol&iacute;tica &quot;en el ocaso de la vida&quot;, de abusar de su notoriedad cient&iacute;fica o incluso de volver sobre caducas figuras intelectuales. Lo que parec&iacute;a chocar m&aacute;s que nada era que un sabio interviniera de esa manera, llevando el hierro de la cr&iacute;tica al dominio pol&iacute;tico.</p> <p>Sin embargo, las intervenciones del soci&oacute;logo en el espacio p&uacute;blico datan de su entrada en la vida intelectual, a principios de los a&ntilde;os sesenta a prop&oacute;sito de la guerra de Argelia. A partir de entonces, una constante reflexi&oacute;n sobre las &laquo;condiciones sociales de posibilidad&raquo; de su compromiso pol&iacute;tico le incita a desmarcarse tanto de un cientificismo dador de lecciones como de la espontaneidad entonces tan frecuente entre los &laquo;intelectuales libres&raquo;. Esta selecci&oacute;n de textos no s&oacute;lo tiene la finalidad de reagrupar los numerosos textos &laquo;pol&iacute;ticos&raquo; o &laquo;cr&iacute;ticos&raquo; a menudo poco accesibles o in&eacute;ditos. Ante todo pretende poner en situaci&oacute;n: invitaci&oacute;n a la lectura de una obra frecuentemente neutralizada por sus condiciones acad&eacute;micas de recepci&oacute;n.</p> <p>Se trata de mostrar a trav&eacute;s de las etapas del itinerario del soci&oacute;logo, devuelto a su contexto hist&oacute;rico, una articulaci&oacute;n manifiesta entre investigaci&oacute;n cient&iacute;fica e intervenci&oacute;n pol&iacute;tica; el trabajo de conversi&oacute;n de las pulsiones sociales en impulsos cr&iacute;ticos. Lo que finalmente se vuelve a trazar a trav&eacute;s de este recorrido es la g&eacute;nesis de un modo de intervenci&oacute;n pol&iacute;tica espec&iacute;fica: ciencia y militancia, lejos de oponerse, pueden ser concebidas como las dos caras de un mismo trabajo de an&aacute;lisis, de desciframiento y de cr&iacute;tica de la realidad social para ayudar a su transformaci&oacute;n. La trayectoria ilustrada por los textos de esta selecci&oacute;n muestra como la misma sociolog&iacute;a se encuentra enriquecida por el compromiso pol&iacute;tico y la reflexi&oacute;n sobre las condiciones de este compromiso.</p>
  • <p>Encontramos aqu&iacute; una aportaci&oacute;n a la interpretaci&oacute;n de un cap&iacute;tulo esencial de la historia de las ideas y de los movimientos sociales.</p> <p><em>MARX (sin ismos)</em> es una biograf&iacute;a intelectual de Marx que pretende atender por igual a lo que escribi&oacute; y a lo que hizo. <em>MARX (sin ismos)</em> es una lectura de la obra de Karl Marx en su conjunto, en su evoluci&oacute;n y en su contexto. <em>MARX (sin ismos)</em> es una sugerencia de lectura de Marx como se lee a un cl&aacute;sico. <em>MARX (sin ismos)</em> es una propuesta de recuperaci&oacute;n del Marx cr&iacute;tico en el marco de una tradici&oacute;n liberadora de los de abajo. <em>MARX (sin ismos)</em> es un ensayo que analiza la vida y la obra de Marx para lectores que no se dan por satisfechos con lo que han o&iacute;do sobre &eacute;l y su herencia pol&iacute;tica e intelectual. <em>MARX (sin ismos)</em> es un di&aacute;logo intelectual con Marx, en el que su autor no ha pretendido cargar al cl&aacute;sico con nuestras preocupaciones de hoy sino entender por qu&eacute; las preocupaciones del cl&aacute;sico fueron las que fueron. <em>MARX (sin ismos)</em> no es una hagiograf&iacute;a, ni un libro para beatos, ni una nueva aportaci&oacute;n a la historia de los arrepentimientos. Es un libro para personas que dan importancia a las tradiciones y que no tienen miedo de las revisiones. <em>MARX (sin ismos)</em> no es un libro marxista ni antimarxista. Es una aportaci&oacute;n a la interpretaci&oacute;n de un cap&iacute;tulo esencial de la historia de las ideas y de los movimientos sociales. <em>MARX (sin ismos)</em> presenta un Marx problem&aacute;tico, ambivalente, contradictorio. Es un libro que explica.</p>
  • <p>Es necesario afirmar que no habr&aacute; &laquo;salida de los Organismos Modificados Gen&eacute;ticamente&raquo; ni de ninguna de las t&eacute;cnicas biosuicidas propuestas por la econom&iacute;a autonomizada, sin que se sienta la necesidad de salir de la sumisi&oacute;n a las ofertas de la t&eacute;cnica y de la industria as&iacute; como de las promesas cientifistas de un progreso ininterrumpido. Es la &uacute;nica salida posible. Eso supone librarse de esta sociedad. No porque no se la pueda reformar, por supuesto, ya que es lo que se hace a diario para diferir la cat&aacute;strofe que no deja de amenazarnos. Pero la cat&aacute;strofe ya est&aacute; aqu&iacute;: es el modo de funcionamiento normal del mundo industrial del que conviene proclamar que cada uno de sus progresos engendra su propia dislocaci&oacute;n y su propio derrumbamiento permanentes; y que a&uacute;n no hemos visto todo, que debemos temer cat&aacute;strofes in&eacute;ditas y resignarnos. En&nbsp;<em>Los progresos de la domesticaci&oacute;n</em>, as&iacute; como en el resto de textos, entrevistas y documentos que se incluyen en el presente volumen, con la contundencia e iron&iacute;a que s&oacute;lo un curtido agitador puede permitirse, Ren&eacute; Riesel opina, sobre las nuevas t&eacute;cnicas de manipulaci&oacute;n gen&eacute;tica agr&iacute;cola y de la superstici&oacute;n cientifista de la que surgen, pero tambi&eacute;n sobre el proceso -iniciado en Francia en enero de 1.998- de obstaculizaci&oacute;n y sabotaje contra su implantaci&oacute;n. Y, desde la autoridad de su pr&aacute;ctica, de la nueva fraseolog&iacute;a &laquo;antiglobalizadora&raquo; surgida al calor de estas y otras movilizaciones, tras la que se esconde la nula voluntad de trascender la dictadura de la econom&iacute;a, y bajo la que se perpet&uacute;an.</p>
  • <p>[...] El arte tiene un papel espec&iacute;fico que desempe&ntilde;ar en el espect&aacute;culo. En cuanto deja de responder a necesidad real alguna, la producci&oacute;n s&oacute;lo puede ser justificada en t&eacute;rminos puramente est&eacute;ticos. La obra de arte &ndash;el producto completamente gratuito cuya coherencia es puramente formal&ndash; proporciona en la actualidad la ideolog&iacute;a de la pura contemplaci&oacute;n m&aacute;s potente posible. Como tal es la mercanc&iacute;a por excelencia. Una vida carente de todo sentido aparte de la contemplaci&oacute;n de su propia suspensi&oacute;n en el vac&iacute;o halla su expresi&oacute;n en el gadget: un producto permanentemente anticuado cuyo &uacute;nico inter&eacute;s y utilidad residen en su abstracta ingenuidad t&eacute;cnico-art&iacute;stica y en el estatus que confiere a aquellos que consumen su &uacute;ltima reedici&oacute;n. A medida que pierda cualquier otra raz&oacute;n de ser, la producci&oacute;n en su conjunto se volver&aacute; cada vez m&aacute;s &laquo;art&iacute;sitica&raquo;. [...]</p>
  • <p>[...] casi no hay anarquistas, o bien sus voces carecen de audibilidad. Quiz&aacute;s nunca hayan existido demasiados, si se acepta que la definici&oacute;n de anarquista supone una identidad &laquo;fuerte&raquo;, esforzado activismo de rendimientos m&iacute;nimos, y una &eacute;tica exigente. Las circunstancias hist&oacute;ricas nunca les han sido propicias, pero a&uacute;n as&iacute; lograron constituirse en &laquo;contrapesos&raquo; &eacute;tico-pol&iacute;ticos, compensaci&oacute;n a una especie de maldici&oacute;n lamada &laquo;jerarqu&iacute;a&raquo;. Quiz&aacute;s el mundo sea a&uacute;n hospitalario porque este tipo de contrapesos existen. Si en una ciudad s&oacute;lo acontecieran comportamientos autom&aacute;ticos, maquinales y resignados, ser&iacute;a inhabitable. El anarquismo, pensamiento an&oacute;malo, representa &laquo;la sombra&raquo; de la pol&iacute;tica, lo inasimilable. Y el anarquista, ser improbable, aun existiendo en cantidades demogr&aacute;ficas casi insignificantes, asume el destino de ejercer una influencia de tipo radial, que muchas veces pasa inadvertida y otras se condensa en un acto espectacular.</p> <p>Destino, y condena, porque al anarquista no le es concedido establecer f&aacute;ciles ni r&aacute;pidas negociaciones con la vida social actual, y justamente es esa dificultad la que en alg&uacute;n momento de su existencia hace que el anarquista sufra a su ideal como a un embrujo del que no sabe como librarse. Aquella influencia tiene por objetivo la disoluci&oacute;n del viejo r&eacute;gimen psicol&oacute;gico, pol&iacute;tico y espiritual de la dominaci&oacute;n. [...]</p> <p>Este libro recopila &ndash;y revisa&ndash; los ensayos m&aacute;s notorios de Christian Ferrer en torno al personas e ideas ingobernables. Acerc&aacute;ndonos, con una hermos&iacute;sima escritura, un pensamiento libertario en estado &laquo;puro&raquo;, sin dogmatismos est&eacute;riles, sin burocratismo, ni radicalismos de pose, que enturbien &laquo;la idea&raquo; que ha anidado en las cabezas de muchas personas en todo el mundo: el desvanecimiento total y absoluto de la dominaci&oacute;n.</p> <p>Se incluyen: &laquo;&Aacute;tomos sueltos (Vidas refractarias)&raquo;. &laquo;Gastronom&iacute;a y anarquismo. (Restos de viajes a la Patagonia)&raquo;. &laquo;Misterio y jerarqu&iacute;a.(Sobre lo inasimilable del anarquismo)&raquo;. &laquo;Los destructores de m&aacute;quinas. (En homenaje a los Luditas)&raquo;. &laquo;Una moneda valaca. (Sobre la resistencia partisana)&raquo;.</p>
  • <p>&laquo;Las vidas de algunos hombres pueden leerse como prismas de su tiempo. Al modo de un cristal facetado, capturan la energ&iacute;a de la historia y la descomponen, desplegando los matices fundamentales de su &eacute;poca y creando con ellos una nueva forma de luz. William Morris, hijo inequ&iacute;voco y rebelde de la revoluci&oacute;n industrial, es un caso privilegiado de esta cualidad. Nacido en 1834 y muerto en 1896, su vida transcurri&oacute; paralela al victorianismo triunfante que convirti&oacute; a Inglaterra en la f&aacute;brica del mundo y consagr&oacute; a la hicpocres&iacute;a como sustento moral de la sociedad. Sensible a los movimientos que atravesaron el siglo diecinueve ingl&eacute;s, Morris decidi&oacute; reformularlos y resistir a la miseria de su &eacute;poca desde valores opuestos a los que ella promovi&oacute;: la nobleza del trabajo humano, la camarader&iacute;a e igualda entre los hombres y la consecuci&oacute;n del socialismo por medio de la revoluci&oacute;n.</p> <p>Una impugnaci&oacute;n radical inspir&oacute; a William Morris su revuelta contra la &eacute;poca que le toc&oacute; vivir: la fealdad del mundo que el capitalismo estaba erigiendo a su alrededor. As&iacute;, descalific&oacute; el progreso civilizatorio en virtud del derecho a la belleza y propuso modos alternativos para la organizaci&oacute;n de los hombres y la producci&oacute;n industrial. En el ideal de Morris, la t&eacute;cnica ser&iacute;a adem&aacute;s un modo de la &eacute;tica y no un altar erigido al progreso donde sacrificar la propia humanidad&raquo;.</p> <p>Tres ensayos de William Morris acompa&ntilde;ados del pr&oacute;logo de Estela Schindel &laquo;William Morris: la t&eacute;cnica, la belleza y la revoluci&oacute;n&raquo;.</p>
  • <p>En su obra, Lefort trata de mostrarnos que la fundaci&oacute;n y el destino de la democracia son inseparables de la indeterminaci&oacute;n de sus fundamentos, de la infiguralidad del poder, de la ley y del saber. La suerte de la democracia est&aacute; sujeta al imperativo de mantener vac&iacute;o el sitio del poder. Sin dejar de reconocer el lazo entre democracia y mercado, se resiste a aceptar que las relaciones econ&oacute;micas determinen el significado de las relaciones sociales, que el homo democraticus s&oacute;lo sea una especie del homo economicus, en fin, que la ciudad sea un gran bazar. Una obra clarificadora y muy actual para profundizar en el an&aacute;lisis del concepto de democracia y sus implicaciones simb&oacute;licas y culturales.</p>
  • <p>&ldquo;En La ecolog&iacute;a de Marx John Bellamy Foster hace expandir de forma brillante nuestra comprensi&oacute;n del pensamiento de Marx, probando que Marx entendi&oacute; que la alienaci&oacute;n abarcaba el extra&ntilde;amiento humano respecto a la naturaleza. Foster critica la versi&oacute;n ordinaria del ecologismo que equipara marxismo y modernidad con degradaci&oacute;n del medio ambiente y apunta hacia un ambientalismo sofisticado y menos nost&aacute;lgico que ve al capitalismo, y no a la modernidad, como el principal problema que hay que afrontar.&rdquo;BARBARA EPSTEIN</p>
  • <p>El pensamiento de Mar&iacute;a Zamprano (1904-1991) es testimonio de los terribles acontecimientos del siglo XX en Espa&ntilde;a y en Europa. Sus escritos tratan de explicar ambos contextos: las ra&iacute;ces hist&oacute;ricas de la situaci&oacute;n espa&ntilde;ola que la expuls&oacute; al exilio y la trama conceptual que ha hecho de Europa una cultura dominante. Al lo largo de su obra, Zambrano descubre estos avatares de la realidad social en las manifestaciones intelectuales, y a trav&eacute;s de su an&aacute;lisis va creando una forma de pensar, un m&eacute;todo y un estilo, un nuevo lenguaje que define como &quot;raz&oacute;n po&eacute;tica&quot;. Los ensayos reunidos en este libro son reflexiones parciales y libres sobre el pensamiento de Mar&iacute;a Zambrano que debujan este espacio intelectual. Este libro responde a la inquietud por encontrar en la tradici&oacute;n espa&ntilde;ola un discurso filos&oacute;fico cr&iacute;tico. Un referente intelectual capaz de proporcionar conceptos &uacute;tiles para comprender las condiciones culturales que nos determinan. El pensamiento de Zambrano llev&oacute; a cabo este an&aacute;lisis, se distanci&oacute; de sus maestos z trat&oacute; de objetivar su herencia intelectual -espa&ntilde;ola y europea. Desde la posici&oacute;n cr&iacute;tica y at&oacute;pica que le confiri&oacute; su m&uacute;ltiple condici&oacute;n de exiliada, Zambrano asumi&oacute; esta tarea hist&oacute;rica.</p>
  • <p>Aquest llibre publicat per primera vegada el dia de Sant Jordi de 1969 amb el nom de Contrapunts al Cam&iacute; de l'Opus dei, va ser segrestat el mateix dia per la policia franquista sota les ordres del govern de Madrid, que era a mans de l'Opus. Tractar &quot;des de fora&quot; del context religi&oacute;s la posici&oacute; de l'Opus Dei t&eacute; el perill de no donar els arguments precisos i concrets que ajudin la persona creient a trobart la part m&eacute;s progressiva de les seves creencies. Moss&egrave;n Josep Dalmau reflexiona des de la fe.</p>
  • <p>- O algunas llaves para abrir la realidad o, lo que es lo mismo, peque&ntilde;as Luces para iluminar el Misterio Ontol&oacute;gico.</p> <p>- Hacia una Metaf&iacute;sica de la Complejidad. Por una Unidad de Pensamiento contra el Pensamiento &Uacute;nico del Tal&oacute;n de Hierro.</p> <p>- Con otras varias y no banales consideraciones escritas por...</p>
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