Filosofia

  • <p>Este libro es el resultado de un esfuerzo colectivo plasmado en un Seminario -en total veinte sesiones de dos horas- organizado por el departamento de sociolog&iacute;a IV y por la Facultad de Ciencias Pol&iacute;ticas y Sociolog&iacute;a de la Universidad Complutense de Madrid, con un principal objetivo: reflexionar sobre las produciones sociol&oacute;gicas y sobre otros compromisos intelectuales y pol&iacute;ticos de Jes&uacute;s Iba&ntilde;ez</p>
  • <p>Los gritos de Agust&iacute;n Garc&iacute;a Calvo son &quot;contra el poder, contra las Ideas, contra el Estado, contra el Se&ntilde;or Eterno, y por tanto contra su actualidad: contra el Futuro, contra el Progreso, contra la Muerte&quot;. Uno de sus hallazgos es que no cabe rebeli&oacute;n alguna que repete al Individuo, y, en este sentido, uno de los descubrimientos m&aacute;s decisivos es volverse contra la Persona, contra el Individuo personal o la Persona individual. Dado que, el Individuo, en cuanto Individuo, en cuanto Persona, es inherente, id&eacute;ntico al Orden Total, al Estado y al Capital; y por tanto no tiene ning&uacute;n sentido nungune rebeli&oacute;n que se haga desde o en nombre del Individuo. La rebeli&oacute;n, pues, s&oacute;lo se puede hacer desde abajo, desde ese sitio donde tal vez est&aacute; el Pueblo, es decir, la gente que no se cuenta; en definitiva, la gente que no son precisamente individuos. De esta manera, Contra el Hombre alcanza todo su sentido, ya que el Hombre es la gran mentira sobre la que se fundamenta la sociedad Tecnodemocr&aacute;tica en sus distintos estadios y se alza como l&iacute;mite y frontera, como principio y fin; en este sentido y despu&eacute;s de lo que venimos haciendo notar, puede decirse que es la mayor paradoja de la Historia. Desvelar, por tanto, lo que sea &quot;el Hombre&quot; y hacerlo de la manera m&aacute;s inteligente, es decir, dando, insinuando, alguna de las claves fundamentales, ayudando a que nos interroguemos sobre ello, es una tarea enorme, una especie de grito desesperado de un desierto tautol&oacute;gico en donde el eco repite de manera tan machacona como boba: &quot;Yo&quot;, &quot;Sujeto&quot;, &quot;Individuo&quot;, &quot;Hombre&quot;, &quot;Persona&quot;.</p>
  • <p>El Manifiesto del Partido Comunista fue redactado por encargo de la Liga Comunista en 1847, y publicado, no sin problemas, pocas semanas antes de la revoluci&oacute;n de febrero de 1848. Su difusi&oacute;n, en principio reducida, se acrecent&oacute; con los a&ntilde;os hasta aparecer como el programa por excelencia del movimiento obrero europeo. En &eacute;l sus autores, Karl Marx y Friedrich Engels, hacen una primera exposici&oacute;n de lo que, m&aacute;s adelante, desarrollado en todo su rigor y complejidad, se vendr&iacute;a a denominar marxismo. Su apuesta es audaz: toda la historia de la sociedad humana ha sido, hasta la fecha, &ldquo;la historia de la lucha de clases&rdquo;. Que de tal apuesta se haya hecho un lugar com&uacute;n hace imprescindible volver a leer un texto cl&aacute;sico que, en su claridad, tambi&eacute;n en su valent&iacute;a, nos emplaza a pensar a&uacute;n hoy sobre las ra&iacute;ces, la violencia y la necesidad de expansi&oacute;n de un modelo econ&oacute;mico, el capitalista, ya globalizado y convertido en verdadera &ndash;&iquest;imparable?&ndash; fuerza de transformaci&oacute;n del planeta.</p>
  • <p>El texto latino del poema se ofrece con m&aacute;s de 500 innovaciones respecto al de todas las ediciones usuales, correcciones nacidas, a la vez, de una mejor raz&oacute;n de los errores de los manuscritos y de sentido com&uacute;n en el entendimiento de los versos. Con unos 90 versos supositicios se llenan las p&eacute;rdidas de versos de los manuscritos. Acompa&ntilde;a al texto latino, verso a verso, una versi&oacute;n r&iacute;tmica en el tipo de verso ya usado para la de la Il&iacute;ada. Unos proleg&oacute;menos espa&ntilde;oles y una praefatio latina dan cuenta del sentido del poema y de la t&eacute;cnica de la edici&oacute;n. Cierra el volumen un &iacute;ndice alfab&eacute;tico de testimonios antiguos, editores modernos, Nombres Propios y t&eacute;rminos selectos del poema.</p>
  • <p>La modernidad de ciertos &ldquo;cl&aacute;sicos&rdquo; nos abruma. Tal es la sensaci&oacute;n que recibe el lector del texto de Bakunin <em>Dios y el Estado</em>. Frente a la irrupci&oacute;n de lo irracional, frente al ascenso de los diferentes &ldquo;fundamentalismos&rdquo; &mdash;religiosos o no&mdash;, frente a la corrupci&oacute;n generalizada que caracteriza a los Estados burgueses y a la presencia de poderosas mafias incrustadas en los Estados post-&ldquo;comunistas&rdquo;, la lectura o relectura de este libro nos permite ejercer las &ldquo;dos facultades preciosas&rdquo; del ser humano que Bakunin define: &ldquo;La facultad de pensar y la facultad, la necesidad, de rebelarse&rdquo;. Este texto no es s&oacute;lo una extraordinaria aportaci&oacute;n al materialismo &mdash;de una vigencia apabullante&mdash;, sino tambi&eacute;n una gran proclama libre y libertaria.</p>
  • <p>Donatien Alphonse Fran&ccedil;ois de Sade (1740-1814) ha dejado de ser un autor maldito. Sus obras, condenadas durante m&aacute;s de un siglo al infierno de las bibliotecas, se editan y comentan sin censura o cortapisa. Pero, &iquest;qui&eacute;n lee hoy al marqu&eacute;s? Su nombre evoca a lo sumo placeres cruentos, y se olvida que, adem&aacute;s de un fabuloso escritor, Sade fue pensador s&oacute;lito a la par que subversivo. Sus ideas sobre Dios, la naturaleza o la condici&oacute;n humana -de las que aqu&iacute; se ofrece una breve antolog&iacute;a- componen un verdadero elogio de la insurrecci&oacute;n.</p>
  • <p>El siglo XX se est&aacute; acabando entre cambios de dimensi&oacute;n hist&oacute;rica; entre ellos destaca el mayor impacto en nuestra sociedad de un signo femenino. A pesar de todo, la mirada pol&iacute;tica no es capaz de ver la realidad que ha cambiado, y la vuelve a traducir siguiendo los convencionalismos de un lenguaje propio separado de lo que existe. Hace m&aacute;s de veinte a&ntilde;os, en Italia y en otros pa&iacute;ses algunas mujeres reunidas en peque&ntilde;os grupos, empezaron a analizarse a s&iacute; mismas y su sexualidad, tomando conciencia de que su deseo no era la igualdad con el hombre sino la libertad femenina. Fue el inicio de una revoluci&oacute;n simb&oacute;lica que ha afectado al psicoan&aacute;lisis, a los lenguajes pol&iacute;ticos, a la literatura, al marxismo. Su eficacia est&aacute; a la vista de cualquiera, en la modificaci&oacute;n de las relaciones entre los sexos y en la presencia, com&uacute;nmente aceptada y apreciada, de mujeres en todos los campos de la vida p&uacute;blica. Su ra&iacute;z profunda est&aacute; en la liberaci&oacute;n del deseo.</p>
  • <p>Es pues, un texto cuya tensi&oacute;n dice &quot;la continuidad del proyecto comunista, la memoria de las luchas, la fidelidad &eacute;tica y pol&iacute;tica a la opci&oacute;n revolucionaria&hellip;&quot; Y, hoy como ayer, decir, enunciar un proyecto revolucionario es apuntar a la constituci&oacute;n del ser y, por eso, de la organizaci&oacute;n y, por tanto, de la posibilidad de invertir &quot;de subvertir el sentido de la producci&oacute;n que para el beneficio, para el capital, hace realizar la f&aacute;brica social informatizada&quot;. Pero hoy, a diferencia de ayer, se acabaron los discursos de sobredeterminaci&oacute;n, la organizaci&oacute;n como palanca de ajuste y de mediaci&oacute;n, la acci&oacute;n como instrumentalidad del dominio del deseo: s&oacute;lo desde la autonom&iacute;a de la potencia constituyente de las multiplicidades singulares (que expresan aqu&iacute; y ahora las nuevas subjetividades) es posible luchar y vivir, oponerse y desear, en un constante proceso de liberaci&oacute;n, en una liberaci&oacute;n como proceso constante.</p>
  • <p>El discurso es ya un acto que trata de lograr que cese el estado de cosas actual. Los economistas de cabeza hueca dictan leyes sobre todos los continentes. El planeta es inexorablemente devastado. Su persistencia y su vitalidad relativas dependen, en gran parte, de nuestra incapacidad de redefinir un proyecto y de las pr&aacute;cticas de liberaci&oacute;n. Llamamos comunismo al conjunto de las pr&aacute;cticas sociales de las transformaciones de las conciencias y de las realidades a nivel pol&iacute;tico y social, hist&oacute;rico y cotidiano, colectivo e individual, consciente e inconsciente. Realizar otro discurso sobre lo existente puede alimentar sus destrucci&oacute;n.</p>
  • <p>Este libro es el primer texto que se publica en una lengua occidental sobre el problema de los libros en discusi&oacute;n del te&oacute;rico ruso Bajtin (libros sobre Freud, el marxismo y el lenguaje, el formalismo) llamados &quot;deuterocan&oacute;nicos&quot; y que permiten evaluar la filosof&iacute;a bajtiana desde una perspectiva de actualidad. La obra consta de dos partes: `Bajtin en Rusia y la Rusia de Bajtin` y &quot;Los ap&oacute;crifos y su c&iacute;rculo&quot;. La primera de ellas, incluye la &uacute;ltima entrevista realizada a Bajtin, revela importantes datos sobre su pensamiento, trayectoria y pseud&oacute;nimos.</p>
  • <p>Los nacionalismos y las religiones tienen mucho en com&uacute;n, aunque los separa un elemento muy importante: los primeros tienen un aspecto territorial del que la religi&oacute;n normalmente carece. &Eacute;ste no es un libro contra el nacionalismo, ni mucho menos contra uno de los nacionalismos. No argumenta que el de los dem&aacute;s es una superstici&oacute;n. Se trata de un libro sobre el nacionalismo, en cuanto tiene elementos comunes con la religi&oacute;n. Necesariamente termina pregunt&aacute;ndose si es posible un nacionalismo dentro de los l&iacute;mites de la mera raz&oacute;n.</p>
  • De Dios

    40,00
    <p>Se trata de dejar que lo que quede en nosotros de raz&oacute;n y de sentimiento hable (y as&iacute;, obre) contra la Fe, que es el fundamento del Poder y la Realidad. Saliendo al paso a las equivocaciones, con que Dios induce en muchos la ilusi&oacute;n de que han dejado de creer en Dios, por cambios de su nombre, lleg&aacute;ndose a llamar &lsquo;el Hombre&rsquo; o, en fin, &lsquo;Dinero&rsquo;, se ataca la cuesti&oacute;n de Su existencia o realidad; despu&eacute;s, la de Su unicidad (y trinidad), que implica tambi&eacute;n Su masculinidad; y luego se recorren Sus atributos seg&uacute;n el catecismo, &lsquo;Todopoderoso&rsquo;, &lsquo;Justo&rsquo;, &lsquo;Omnisciente&rsquo; o &lsquo;Sabelotodo&rsquo;, &lsquo;Infinitamente bueno&rsquo;, perdi&eacute;ndose ah&iacute; el razonamiento en una llamada a lo desconocido, a lo que hay y no se sabe.</p>
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