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<p align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0.1cm; font-weight: normal;">Los textos de este cuaderno han sido publicados en el suplemento de la publicación “Rojo y Negro”, realizado por CGT, Ecologistas en Acción y Baladre, para el Semestre 2010 de presidencia española de la Unión Europea. Se trata, por tanto, de una recopilación de textos de diversos autores pertenecientes a distintas organizaciones. Ahora bien, esta diversidad coincide en la posición crítica existente ante la Unión Europea y el deseo de desenmascarar las verdaderas intenciones y formas de organizarse de esta institución.</p> <p align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0.1cm; font-weight: normal;">Y es que, por mucha propaganda, engaño y control que impongan, la Unión Europea como organización no tiene otro objetivo que el de facilitar la obtención de riqueza para una minoría a costa del sufrimiento de la mayoría y la destrucción medioambiental. El gran capital marca la evolución de sus políticas económicas, poniendo sus intereses por encima del medio ambiente y en detrimento de los países empobrecidos, los trabajos de cuidado de la vida y las personas. Ante esto no cabe otra cosa que “abrir los ojos y tomar conciencia” como paso previo para la lucha contra esta Europa Depredadora.</p> <p align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0.1cm;"><span style="font-weight: normal;">AUTORÍA: Luis Glez. Reyes, Luis Rico Gª-Amado, Desiderio Martín, Miren Etxezarreta, Pablo Cotarelo, José Carlos Puentes, Julia Weingärtner, Marta Monasterio Martín, Manolo Sáez, Colectivo Alambique, Pablo Rgez. y Alicia Alonso Merino (miembros de Ecologistas en Acción, CGT, Seminario de economía crítica Taifa, Baladre, Red del Ferrocarril Clandestino y Sodepaz-Balamil)</span></p>
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<p><em>Toda una vida</em> es el diario que Jan Zabrana (1931-1984) mantuvo a lo largo de su vida y del cual Patrik Ourednik ha seleccionado los pasajes más representativos. A la par íntimo y literario, este documento constituye, en cierto sentido, una lúcida crónica sobre un «cautiverio interior»: el cautiverio moral, intelectual y, en definitiva, existencial al que el autor se vio sometido durante los años de «socialismo real» en Checoslovaquia tras la segunda guerra mundial.</p> <p>¿Su culpa? La deriva ideológica de sus padres (ambos socialdemócratas, considerados por las autoridades «enemigos de clase» y condenados a dilatadas penas de prisión cuando Zabrana era tan sólo un adolescente). ¿El castigo? La prohibición de acceso a la universidad por ser «no apto políticamente para el estudio», la interdicción de publicar sus escritos, las amenazas constantes de los delatores, el desgarro familiar...</p>
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<p>El Plan Bolonia ha avanzado firme y seguro como una apisonadora, con total independencia de lo que opinara el mundo académico. La clave ha estado en una insólita acumulación de mentiras y de propaganda. También en un chantaje institucional. Bolonia han sido lentejas, que o las tomas o las dejas. Las instituciones universitarias se han visto obligadas a aceptar lo inaceptable porque no tenían otra opción que tragar con la reforma o resignarse a desaparecer. <br /> Pero mentiras, propaganda y chantaje no han sido suficientes: también se ha recurrido a la calumnia. <br /> La calumnia ha sido un ingrediente muy importante en esta revolución educativa que los ricos de la Unión Europea decretaron contra los pobres. Una vez que se decidió sacrificar la Universidad pública hasta volverla rentable, era vital desprestigiarla. Para ello, comenzó a repetirse una y mil veces que en la Universidad todo era corrupción y nepotismo, endogamia e incesto, absentismo y pereza. Se dio por cosa sabida e incuestionable que los profesores no hacían otra cosa que leer apuntes amarillos heredados del franquismo, que los alumnos no estudiaban más que el día anterior a los exámenes, aprendiendo de memoria rollos que no comprendían y que olvidaban inmediatamente después. Se llamó viejos y viejas a los profesores y profesoras, recomendando su jubilación anticipada, para que dejaran de hacer daño a los alumnos con la transmisión de sus obsoletos conocimientos. El retrato de los estudiantes no era menos ofensivo: campeones de ignorancia, que no sólo no sabían, sino que no sabían aprender y no sabían tampoco aprender a aprender. Se comparó a los Departamentos y Cátedras universitarias, literalmente, con pozos negros, y se proclamó que, por el contrario, la ciencia florecía en los espacios abiertos y floreados de las revistas científicas avaladas por rankings elaborados por empresas privadas estadounidenses. Se ofreció como prueba de la caducidad casposa de la universidad española el hecho de que sus investigadores siguieran publicando en castellano, en lugar de en inglés. Se acusó a los profesores de no saber enseñar por impartir lecciones magistrales sin utilizar el power point o consumir nuevas tecnologías. Se consideró prueba irrefutable de lo mal que estaba la Universidad el hecho de que hubiera cambiado muy poco desde los tiempos de Newton (cosa que además es falsa), como si todo lo que no cambiara al ritmo insensato del mercado debiera considerarse caducado. Sin respetar el principio de no contradicción, se acusó a los estudiantes de saber demasiado, es decir, de perder el tiempo en una sobrecualificación inútil que nadie demandaba, y también, de dilapidar el tiempo y el dinero fracasando año tras año en terminar la carrera. En suma, se lanzó sobre la Universidad la acusación más grave que se puede lanzar sobre una institución docente: ahí ni se sabe enseñar, ni se sabe aprender. Había que enseñar a enseñar a los profesores. Los alumnos debían aprender a aprender. Todo ello como si hasta ahora hubieran estado todos cazando moscas, a la espera de la revolución educativa de Bolonia, en la que, por fin, una legión de psicopedagogos desembarcaría en la Universidad para enderezar las cosas al gusto, por supuesto, de las demandas empresariales.<br /> De entre todas las calumnias, la más insensata ha sido la que ha acusado al movimiento estudiantil de estar manejado por algunos profesores. Se ha pretendido que los y las estudiantes antibolonia se oponían al proceso por falta de información, manejados en la sombra por ideólogos antisistema. Un disparate sin igual y a todas las bandas. Los profesores más activamente antibolonia no han sido, en general, nada antisistema. Podría poner ahora mismo cinco ejemplos de profesores de cada tendencia política (desde la extrema derecha a la extrema izquierda, pasando por el PSOE, el PP, UPyD o IU) que se han opuesto a Bolonia con el único denominador común de ser, probablemente, unos buenos profesores que aman su profesión y que, sencillamente, no soportan ver cómo se desmonta pieza a pieza su Universidad. Un disparate también por lo que toca a los estudiantes, porque, sin lugar a dudas, no ha existido jamás un movimiento estudiantil más responsable, riguroso, informado y respetuoso de las instituciones como ha sido el movimiento antibolonia. Y no porque no sean –o no seamos algunos– “antisistema”. Sino porque en esta ocasión se está luchando para impedir que “el sistema” destruya lo que es, precisamente, una institución, la institución universitaria.</p>
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<p>El general croata Luburic fue asesinado brutalmente en el pueblo valenciano de Carcaixent en 1969. Luburic vivía en España protegido por el régimen franquista. Durante la Segunda Guerra Mundial comandó los campos de concentración de la Croacia aliada del nazismo, donde murieron decenas de miles de personas inocentes. La policía nunca encontró al único sospechoso del asesinato de Luburic, un joven de 23 años llamado Ilija Stanic. La prensa franquista de la época calificó a Stanic como un espía comunista enviado por la Yugoslavia del mariscal Tito.</p> <p><em><b>Cita en Sarajevo</b></em> es el resultado de una investigación que ha abarcado tres años para encontrar a Ilija Stanic y reconstruir narrativamente toda la historia. El libro combina la investigación periodística, la narrativa y el ensayo. Desde las primeras frases, el lector es invitado a embarcarse en un viaje que le llevará desde la remota España de la dictadura hasta la península de los Balcanes de nuestros días.</p>
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<p>Desde su origen, la Unión europea es un proyecto económico que ha buscado un mercado europeo unificado y la proyección de sus multinacionales y capitales hacia el exterior. Ahora su desafío es convertirse en una superpotencia mundial. El Tratado de Lisboa, que sustituye a la difunta Constitución Europea, sirve a este fin.</p>
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<p>La Historia del Mediterráneo, a cargo de los historiadores Jean Carpentier y François Lebrun, es la más ambiciosa obra sobre el Mare Nostrum, escenario de sangrientas batallas y cuna de grandes civilizaciones. Desde la prehistoria hasta nuestros días, esta obra presenta una historia integral del Mediterráneo y los pueblos que han habitado sus riberas. Estructurada cronológicamente, comprende la Edad Antigua, la Edad Media, la Edad Moderna, la época contemporánea hasta el final de la Segunda Guerra Mundial y la segunda mitad del siglo XX. Con el fin de actualizarla hasta nuestros días, se ha incorporado un nuevo capítulo, que amplía la obra hasta los primeros años del siglo XXI. Cada uno de los 24 capítulos concluye con dos documentos contemporáneos del período o el tema tratado. Al final del libro, más de cien páginas anexas proporcionan datos económicos y geográficos contemporáneos, una cronología, una serie de 25 mapas y planos históricos, un glosario, una bibliografía, un índice geográfico y otro patronímico. Esta obra definitiva, de capital importancia, presenta desde sus orígenes hasta la actualidad la mejor y más completa síntesis de la historia del mar Mediterráneo. Principales características — Una síntesis excepcional de la historia del Mediterráneo, desde la antigüedad hasta nuestros días. — Una historia definitiva, estructurada cronológicamente, del mar Mediterráneo y los pueblos que han habitado sus riberas. — Permite comprender la compleja realidad y la configuración política de los pueblos, de Oriente a Occidente. — El lector gozará con la lectura de esta obra por las continuas referencias a hechos, situaciones y realidades que forman parte de nuestra memoria histórica.</p>
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<p>La Unión Europea se encuentra en un proceso de refundación como superpotencia mundial, para mejor defender los intereses del capital europeo en esta nueva etapa de «globalización armada». El presente libro pretende ser una aportación al debate sobre la necesidad de deconstruir «Europa», es decir, sobre la necesidad de acabar con el único Proyecto Europeo existente, el de la Europa del Capital y la Guerra.</p>
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<p>El '68 ha sido señalado como el signo del cambio de una época, síntoma y proceso de nuevas inquietudes sociales y de una verdadera revolución social, que sólo con los años pudo ser redirigida hacia una renovación radical del capitalismo. Celebrado y conmemorado en las fechas más evidentes y por los actores más insospechados, los hechos con los que se abrió esta irrupción histórica son, sin embargo, sorprendentemente opacos. ¿Qué motivó la huelga más larga de la historia del siglo XX en Francia? ¿Qué determinó su fin y cómo se produjo la vuelta al trabajo? ¿Cuáles fueron los resultados de más de un mes de paros? ¿Tuvo el '68 obrero una conexión fuerte con el '68 estudiantil y los conocidos episodios de París? ¿Qué representa este acontecimiento histórico para posibles explosiones que en un futuro puedan protagonizar otros segmentos del trabajo asalariado? Precisamente este libro trata de responder estas preguntas a través del análisis de los acontecimientos en su específico contexto histórico. Un propósito viejo y siempre inconcluso pero del que quizás sea posible arrancar algunas modestas lecciones para los tiempos por venir.</p>