Filosofia

  • <p>La funci&oacute;n social que realiza el mito, no s&oacute;lo en las sociedades primitivas sino tambi&eacute;n en nuestras industrializadas y modernas sociedades, consiste en dar expresi&oacute;n y objetivar la experiencia social, intersubjetiva (incluyendo el deseo individual y los impulsos colectivos). Esta objetivaci&oacute;n convierte en im&aacute;genes la sentimentalidad y el deseo individual de identificarse con la vida de la comunidad, im&aacute;genes que no se reconocen como tales sino que son percibidas como realidades, frente a las que no cabe cr&iacute;tica e imponen su aceptaci&oacute;n pasiva a los individuos, reivindic&aacute;ndose como portavoces del &quot;principio de realidad&quot;. El discurso pol&iacute;tico se ha mitologizado y los demagogos profesionalizados de la democracia desp&oacute;tica aparecen como magos, especialistas en el dominio ritual de la palabra m&aacute;gica. Palabras del dominio que reifican a los individuos y los mutila como sujetos pensantes, como seres humanos.&nbsp;</p>
  • <p>Escritos en tiempos de la segunda guerra mundial que recuerdan otras guerras; refugiados y deportados que se asemejan a otros refugiados, muy pr&oacute;ximos en el tiempo, cerca de aqu&iacute;. Ejercicio de memoria para pensar el presente. Los art&iacute;culos que se recogen en este libro, constituyen un punto de referencia para reflexionar sobre el totalitarismo, las migraciones forzosas, la arbitrariedad del poder, la &eacute;tica y la pol&iacute;tica. M&aacute;s de cincuenta a&ntilde;os despu&eacute;s, en el cambio de milenio, cuando la ciencia y la t&eacute;cnica han alcanzado elevadas cotas de conocimiento y de eficacia, el caos o el absurdo, parece mantenerse tozudamente, el hambre y la enfermedad atenazan dos tercios de la poblaci&oacute;n mundial, las guerras asolan los pueblos que luchan con armas o sin ellas para ser escuchados, para ser respetados. Vivimos en una aldea global escindida. Los escritos de Hannah Arendt, que apelan a la responsabilidad y al compromiso colectivo e individual, siguen provocando el pensar, porque su empe&ntilde;o fue comprender lo que ocurr&iacute;a en el mundo que amaba y aportar, con sus palabras, reflexiones al &aacute;mbito p&uacute;blico de la vida pol&iacute;tica que, a su modo de entender, estaba en peligro de extinci&oacute;n.</p>
  • <p><span lang="ES-TRAD" style="font-family: 'Roman 10cpi'; font-size: 10pt;"><font face="Times New Roman">Los ludditas aparecen como caso ejemplar de resistencia al aumento de la explotaci&oacute;n de la fuerza de trabajo y a la desestabilizaci&oacute;n de las relaciones sociales que todo cambio tecnol&oacute;gico conlleva, tanto en <font size="2"><st1:personname productid="la Primera" w_st="on">la Primera</st1:personname>, como en </font><font size="2"><st1:personname productid="la Segunda Revoluci&oacute;n" w_st="on">la Segunda Revoluci&oacute;n</st1:personname> Industrial. Por ello, representan un ant&iacute;doto contra el prejuicio que hace del progreso tecnol&oacute;gico algo inevitable, incuestionable.</font></font></span></p>
  • <p><span style="font-family:Verdana, Arial, Helvetica;font-size:100%;">La filosof&iacute;a de <span style="font-weight: bold;">Cl&eacute;ment Rosset</span>, autor de<span style="font-style: italic;"> L&oacute;gica de lo peor, La anti-naturaleza, Lo real y su doble, El principio de crueldad</span> o <span style="font-style: italic;">La fuerza mayor</span>), ha estado siempre al margen de los avatares de la filosof&iacute;a contempor&aacute;nea. Lo mismo que en el caso de Nietzsche, pero en mayor medida a&uacute;n, su inactualidad no tiene paliativos. Nada hay en &eacute;l susceptible de ser utilizado por las sucesivas y pasajeras modas de las &uacute;ltimas d&eacute;cadas. Y tampoco cabe esperar que su obra sea reconocida, en lo que tiene de inactual, en un futuro pr&oacute;ximo o lejano. La presente obra es, sin duda, un buen exponente de su producci&oacute;n filos&oacute;fica: el an&aacute;lisis de esa fuerza mayor que es la &quot;alegr&iacute;a&quot;, punto neur&aacute;lgico de la toda la filosof&iacute;a de Rosset, y su incidencia en el que quiz&aacute; sea el m&aacute;ximo antagonismo filos&oacute;fico a que puede llegarse a este respecto. Si &quot;<span style="font-weight: bold;">Notas sobre Nietzsche</span>&quot; ilustra un modo particular de concebir la filosof&iacute;a, consagrada principalmente a destacar el elemento de la afirmaci&oacute;n, &quot;<span style="font-weight: bold;">El descontento de Cioran</span>&quot; ilustra a la perfecci&oacute;n el caso contrario, esto es, el inconveniente de haber nacido, la te&oacute;rica imposibilidad de aclimatarse al tiempo y a la muerte.</span><b><span style="font-family:Arial, Helvetica;font-size:85%;color:#ffffff;"><i><br /> </i></span></b></p>
  • <p>Con otras maneras m&aacute;s sensitivas de atacar el tema se enlaza un ataque l&oacute;gico, que trata de descubrir la relaci&oacute;n entre el deseo general de felicidad y la negaci&oacute;n de la Realidad. Acompa&ntilde;a al librillo un Ap&eacute;ndice, &laquo;Alabanza de lo bueno&raquo;, que viene a contrastar en otro tono con ese an&aacute;lisis de la noci&oacute;n de &laquo;felicidad&raquo;.</p>
  • <p>Hoy como ayer, tozudamente, las preguntas siguen siendo las mismas. Por ejemplo, esta: &iquest;Se est&aacute;n dando, en el capitalismo realmente existente, contradicciones y fuerzas sociales que hagan factible pol&iacute;ticamente y deseable moralmente su superaci&oacute;n a trav&eacute;s del socialismo? &iquest;Sigue siendo v&aacute;lida la disyuntiva que planteaba Rosa Luxemburg: socialismo o barbarie? &iquest;Es factible construir una sociedad alternativa frente a los que proclaman el fin de la historia? Aqu&iacute; se re&uacute;nen diversos trabajos que pretenden repensar, sobre bases nuevas, el proyecto socialista, un modelo pol&iacute;tico y cultural alternativo al hoy dominante, y que inciden sobre tres aspectos fundamentales: el programa en tanto que proyecto; los modos de organizarse e intervenir; y la forma partido.</p>
  • <p>&iquest;Puede alguna de las versiones del relativismo cultural esbozadas en el siglo XVI valer todav&iacute;a para entender comportamientos culturalmente contradictorios en esta &eacute;poca de la mundializaci&oacute;n del mercado, mercantilizaci&oacute;n universal, grandes migraciones y crisis del estado-naci&oacute;n? &iquest;Es posible derivar del debate europeo sobre los indios americanos un concepto de tolerancia todav&iacute;a aceptable en estos nuestros tiempos de xenofobia de reafirmaci&oacute;n del racismo en Europa? Tales son las preguntas a las que pretende contestar este libro. En &eacute;l se recupera el discurso lacasiano mostrando la fecundidad de la &ldquo;variante latina&rdquo; del concepto de tolerancia. La obra de Bartolom&eacute; de las Casas es presentada como un empirismo her&eacute;tico en el que tradici&oacute;n y renovaci&oacute;n se articula en pensamiento comprensivo de la cultura del otro. Fern&aacute;ndez Buey explica aqu&iacute; por qu&eacute; el discurso del indio metropolitano ha quedado como un cabo suelto en la historia de las ideas. Y lo hace revisando, con un hip&oacute;tesis sugestiva, el origen de una tragedia colectiva: la crisis espiritual de la Espa&ntilde;a de 1550-1560.</p>
  • <p><em>Un trozo de hueco</em> es una rara mezcolanza narrativa en la que conviven en tensi&oacute;n existencial el diario, la novela, la poes&iacute;a, la prosa po&eacute;tica y apuntes de ensayo con instancias administrativo-burocr&aacute;ticas. Obra del tiempo para reconocerse e impedir que quien reivindique su autor&iacute;a pueda lanzar cabos que le permitan llevarla bajo el brazo. Con vocaci&oacute;n de rasgar lo inconsciente, el viejo tiempo destina all&iacute; su morada entre las palabras.</p>
  • <p>El pleno proceso de globalizaci&oacute;n, cuando los mercados imponen una unidad econ&oacute;mica mundial, son constantes las vulneraciones que afectan a los derechos de los individuos y de los pueblos. Las instancias pol&iacute;ticas y militares, que se presentan como defensoras internacionales de tales derechos, aparecen a su vez, al servicio de intereses que no tienen nada que ver con la paz ni con la justicia. En ese contexto, definido por todo tipo de abusos y arbitrariedades a cargo de los dictadores locales, pero tambi&eacute;n de las grandes potencias, es necesario la formulaci&oacute;n de un nuevo concepto revitalizador de la democracia, cuyos efectos trasciendan las fronteras nacionales y sean garant&iacute;a de protecci&oacute;n para los m&aacute;s d&eacute;biles siempre que su dignidad o su libertad sean puestas en peligro. Esta obra apela a organizar esa autoridad supranacional verdaderamente neutral todav&iacute;a por constituir, pensada para el arbitraje en todo tipo de contenciosos econ&oacute;micos, pol&iacute;ticos, sociales o medioambientales, y, en &uacute;ltima instancia, para la intervenci&oacute;n en nombre de principios legales de rango universal basados en principios consensuados de convivencia pac&iacute;fica. Ello, por supuesto, al margen &ndash;e incluso en contra&ndash; del despotismo que hoy ejercen las naciones m&aacute;s poderosas, que lejos de atenuar las desigualdades no hacen sino acentuarlas a su favor. He aqu&iacute;, en estas p&aacute;ginas, algunas de las bases argumentales que un d&iacute;a podr&iacute;an fundamentar la consolidaci&oacute;n de una democracia a nivel planetario.</p>
  • <p><em>El descr&eacute;dito de los quilates</em> es un cruce de dos cartas en torno a asuntos m&aacute;s o menos ling&uuml;&iacute;sticos. El mencionado descr&eacute;dito hace referencia al privilegio concedido de antemano a un concepto tan problem&aacute;tico como el de &laquo;palabra&raquo;. Pero, junto a &eacute;ste, van surgiendo otros merecedores de an&aacute;logos tratamientos.</p>
  • Laicidad

    10,00
    <p>El laicismo no supone simplemente la aconfesionalidad pasiva del Estado, sino una aconfesionalidad activa concretada en el compromiso de crear y preservar un espacio c&iacute;vico-pol&iacute;tico definido exclusivamente por la &eacute;tica y el simbolismo civil. La laicidad no se reduce tampoco a un debate entre clericalismo y anticlericalismo, sino a algo mucho m&aacute;s fundamental, un proceso que aspire a establecer un poder p&uacute;blico al servicio de las mujeres y los hombres considerados en su condici&oacute;n de ciudadanos, y no en funci&oacute;n de su identidad nacionalitaria, &eacute;tnica, de clase o religiosa. Una sociedad democr&aacute;tica vigorosa necesita de s&oacute;lidas instituciones pol&iacute;ticas que garanticen una ciudadan&iacute;a social y laica, y una vida civil, din&aacute;mica, abierta al mundo y con una personalidad que emane naturalmente de sus formas de convivencia. Conforme a tal prop&oacute;sito, el centro y fundamento de lo pol&iacute;tico no es ninguna esencia colectiva, ni el ius sanguinis, ni la adhesi&oacute;n a una fe revelada por muy verdadera que se crea, ni por supuesto la gloria de una dinast&iacute;a o la hegemon&iacute;a de una etnia, una raza, una idiosincrasia colectiva o una determinada cultura popular, sino la realizaci&oacute;n material y moral de aquel proyecto de convivencia del que la laicidad es requisito y cuya divisa contin&uacute;a siendo, hoy como ayer, la misma: Libertad, Igualdad, Fraternidad.</p>
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