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<p>Este cómic va de la locura. Y para eso he hablado de mi propia locura, de las voces y los ruidos que escucho en mi cabeza. De las cosas que me han pasado y de cómo veo el mundo. Lo he intentado. La honestidad es un camino jodido. La mayor parte de las series, películas y novelas que tratan el tema lo hacen desde el estereotipo y siempre me han resultado ajenos o grotescos. Yo quería hablar y no dejar de hacerlo hasta haber liberado la vida del lugar en el que se encuentra aprisionada. No ha sido fácil. Los pinceles de Mario se han ido encontrando con mis palabras durante varios años y ahora el relato por fin está impreso. Feliz digestión.</p>
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<p>Este libro es una grieta en la psicología cis-heteropatriarcal dominante, un punto de fuga por el que escapar de la lógica capacitista, blanca y neoliberal que impera en la mayoría de los dispositivos de salud mental. Para ello, pone en valor una psicoterapia que enfatiza un análisis psico-sociopolítico interseccional y <em>queer</em> para tomar conciencia de los distintos sistemas de opresión (machismo, LGTBIQ+fobia, misoginia, racismo, clasismo, gordofobia y capacitismo) que configuran nuestras subjetividades e identificaciones. Se trata de favorecer que la persona viva un proceso de emancipación psicológica y sociopolítica que le permita desarrollar una vida acorde a sus necesidades emocionales, sin tener que reproducir de manera automática las normatividades sociales que nos condicionan o las etiquetas identitarias que a veces se convierten en jaulas invisibles que producen un elevado malestar psicológico.</p> <p>La psicoterapia <em>queer</em> no se limita a poner en práctica saberes asociados al mundo de la psicología o el psicoanálisis crítico, sino que se nutre de diferentes áreas de conocimiento como la filosofía, la educación o la sociología. Se trata de utilizar todos los recursos a nuestro alcance para facilitar la mejor calidad de vida psíquica posible, interviniendo en la mirada cis-heteropatriarcal en la que hemos sido socializados para poder liberar las múltiples dimensiones y matices que existen, para conseguir una mayor agencia en el devenir de nuestras vidas. Un proceso que, necesariamente, pasa por establecer alianzas entre sujetos que se cuidan y se sostienen de forma igualitaria y afectiva.</p>
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<p>En esta obra fundamental, Klaus Holzkamp, figura clave de la Psicología Crítica, y uno de sus principales fundadores, investiga el proceso de aprendizaje desde la perspectiva del sujeto que aprende y de sus motivos. Subraya el significado del aprendizaje como una forma de ampliar las posibilidades experienciales y vitales subjetivas, y delimita este «aprendizaje expansivo» con respecto a la comprensión tradicional que considera el aprendizaje como un proceso definido y controlado de manera externa. Desarrollando su enfoque teórico, nos muestra la conexión interna entre los distintos aspectos del problema de aprendizaje, los cuales, la mayoría de las veces, se han tratado de manera únicamente aislada.</p> <p>«Nos aporta una variedad enorme de reflexiones teóricas acerca del aprendizaje, de importancia para todo el espectro de lectoras y lectores de la pedagogía.» —Revista Kunst + Unterricht (Arte + Educación, Alemania).</p> <p>«Enfocando su análisis sobre conocidos fenómenos de la vida cotidiana y reflexionando sobre relevantes conceptos de la investigación educativa, las categorías y nociones de Holzkamp adquieren una impresionante vigencia y claridad.» —Psychologische Literaturumschau (Review de literatura psicológica, Alemania).</p>
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<p>Una explicación en detalle de qué supone el trastorno narcisista y por qué es tan dañino para las mujeres que crecen a la sombra de estas madres. </p> <p>«Es probable que la relación más complicada del mundo sea la que tenemos con nuestras madres. Estamos programadas para depender de ella desde que nacemos, para recurrir a ella en momentos de angustia y, finalmente, para tomar la distancia suficiente que nos permita llevar una vida independiente. El narcisismo materno se apropia de lo que ya es en sí una relación complicada, hace un cóctel molotov con ella y lo deja caer a un abismo. Las hijas aprenden a vivir para sus madres narcisistas y suelen hacerlo a resultas del miedo. Cuando digo que aprenden a vivir para sus madres, me refiero a que aprenden lo que estas quieren de ellas e intentan adaptarse para conformar el lote perfecto. Como resultado de este condicionamiento, las hijas desarrollan una madre interior de gran toxicidad, como un veneno que se administra lentamente a lo largo del tiempo y cuyos efectos se normalizan, lo cual hace que esta madre interior se vuelva más peligrosa.»</p>
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<p>La hegemonía del modelo biomédico en salud mental y la transformación de la atención sanitaria en un mercado extraordinariamente rentable, son factores que favorecen la práctica iatrogénica: abuso de la farmacología, intervenciones preventivas sin fundamento, el uso de etiquetas diagnósticas reduccionistas y estigmatizadoras o la aplicación de tratamientos excesivos, innecesarios o inadecuados que trasgreden con frecuencia los derechos humanos de las personas atendidas. Otra teoría y otras prácticas de cuidado son posibles.</p> <p>He aquí la razón de la reedición ampliada de <em>Hacía una psiquiatría crítica</em>, donde Alberto Ortiz Lobo y Juan Gervás, Vicente Ibáñez, Iván de la Mata, Eva M. Muñiz desgranan prácticas alternativas que nos hacen ver otras formas de entender y cuidar el sufrimiento psíquico, desde el respeto y la autonomía de las personas afectadas.</p>
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<p>Considerada como una de las obras más influyentes del siglo xx en el campo de la psicología, El malestar en la cultura indaga en el efecto que sobre las pulsiones del individuo ha tenido el desarrollo de la civilización, como moldeadora pero también como represora del comportamiento humano. En efecto, Freud defiende la existencia de un antagonismo irreconciliable entre las pulsiones agresivas, innatas en los individuos, y la cultura, pues esta, al tratar de controlar su satisfacción, provoca la pérdida de la libertad y de la individualidad, generando sentimientos de frustración y de culpa. Pero además, el hombre tiene también otra pulsión innata, la de muerte o destrucción, que persigue la satisfacción de las necesidades del yo, y que también encuentra en la cultura una fuerte represora. Un brillante ensayo apoyado en el desarrollo de la teoría psicoanalítica con el que Freud echa por tierra el valor que el hombre ha concedido siempre a la cultura al concluir que esta no puede más que generar insatisfacción y sufrimiento al hombre.</p>