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<p>Un libro que cuenta la historia de las personas que viven con una deuda hipotecaria en tiempos de crisis y precariedad, y explora cómo el movimiento por el derecho a la vivienda puede convertir el endeudamiento individualizado en una lucha colectiva <em>Préstamos fallidos, personas fallidas</em> cuenta la historia de las personas que viven con una deuda hipotecaria en tiempos de crisis y precariedad, explora cómo el movimiento por el derecho a la vivienda puede convertir el endeudamiento individualizado en una lucha colectiva.</p> <p>Basado en el activismo y la investigación con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Barcelona y Sabadell, aprendiendo de y con la lucha de las personas afectadas. Este aprendizaje sirve de base para entender cómo las vivencias del endeudamiento, de forma diferencial, desde la experiencia racializada y de género, conectan con procesos más amplios de economía política relacionados con la vivienda y la deuda. El análisis presentado en el libro se inspira en intelectuales feministas cuyo trabajo integra el enfoque de la vida diaria en su exploración de la economía política contemporánea, y en antropólogas que conectan procesos macroeconómicos con la experiencia vivida por las personas de a pie.</p> <p>Mediante una perspectiva decolonial y un análisis atento a las dinámicas raciales y de género, <em>Préstamos fallidos, personas fallidas</em> explora dos fenómenos: primero, cómo la especulación financiera con la vivienda se vive en el día a día y se incorpora diferencialmente en las dinámicas de la acumulación de capital urbano, y segundo, cómo la acción colectiva puede desencadenar la liberación del endeudamiento.</p>
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LANCASTER 24
5,00€<p>Los nuevos okupantes habían tratado de alterar lo menos posible ese lugar, que evocaba los años sesenta del siglo anterior. Allí, en lo que había sido el bar americano Paraíso, habían instalado una biblioteca surtida con novelas y ensayos, y unos sillones despanzurrados. A la barra le habían devuelto su antiguo servicio, porque algunas noches abrían el local para la gente del barrio y despachaban unas cervezas o una infusión. Y leían poesías o hacían música. Pero también el espacio servía de dispensario, una vez a la semana, con un médico de guardia para visitar a quien lo necesitara, casi siempre inmigrantes sin papeles. Algunos de los pisos de las plantas superiores se habían adecentado para servir de vivienda en la que se instalaron unos jovencísimos padres de familia, con dos niños preciosos que jugueteaban por allí, víctimas de los innumerables desahucios.</p> <p>Un proyecto ambicioso que requería compromiso diario, mucha ilusión, solidaridad y resistencia ante los embates de la “legalidad” a los que seguramente iban a ser sometidos, sin piedad. Porque las leyes son implacables para las personas sin recursos y tolerantes para con los poderosos. Todo esto y más fue por un tiempo esa “brecha en la ciudad de hormigón” que intentaron abrir un grupo de jóvenes en la calle Lancaster 24, y a la que llamaron: CSO Guernika. De ello y de sus historias de vidas, las de ellos y las que allí encontraron abandonadas, se habla en este libro.</p> -
<p>Desde el año 2013 se ha abierto en nuestro país un nuevo ciclo inmobiliario. La Gran Recesión iniciada en 2008 llevó al desahucio de cientos de miles de personas, que fueron posteriormente empujadas a un mercado de alquiler con precios cada vez más inflados. Nos hemos convertido así en testigos de la emergencia de una nueva figura social de la crisis, la de los inquilinos precarios, y asociado a esta, de un nuevo problema: la generalización de los desahucios, ahora por impago del alquiler.</p> <p>Más allá del debate público acerca de la nueva ley de arrendamientos urbanos y de la aparición de nuevos actores como los fondos buitre o las SOCIMI, este libro pretende dibujar una completa cartografía del sistema de la propiedad inmobiliaria en España. En este mapa aparecen los fondos de inversión, la banca, las SOCIMI o la SAREB (el llamado banco malo). También se analiza la persistencia de los desahucios, la eterna carencia de vivienda pública y las nuevas estrategias inmobiliarias de las patronales del sector. Sin embargo, el análisis quedaría del todo incompleto caso de no ubicar en su centro a un actor pocas veces señalado: las extensas clases propietarias que dominan la sociedad española.</p> <p>Para Pablo Carmona, la democracia de propietarios no es así una simple oligarquía. No está únicamente compuesta por los actores financieros, los grandes propietarios y la vieja burguesía rentista. La democracia de propietarios está ante todo formada por amplias capas de población que tienen en sus activos inmobiliarios un medio fundamental de ahorro, inversión y obtención de rentas. Las preguntas que se plantean son de este modo: ¿qué influencia política tiene esta nueva clase rentista? ¿Qué papel deben jugar las políticas públicas de vivienda? Y, sobre todo, ¿cuál debe ser la posición de los movimientos de lucha por una vivienda digna en este complejo paisaje económico y político?</p>