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<p>La ´Patafísica fue uno de los revulsivos más serenos del siglo XX. Una suerte de medicamento vomitivo que alivia allí donde inflama y cura donde congestiona la zona afectada. El objetivo de los siguientes ensayos es dar a conocer las intenciones y peripecias del Colegio de ´Patafísica, y además incluyen la escasamente conocida historia de los miembros de la sucursal argentina, así como las andanzas del Otro Ilustre Colegio de ´Patafísica de Valencia.</p>
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<p>Los textos incluidos en esta antología fueron publicados en <em>Le Libertaire. Journal du Mouvement Social</em>, periódico editado en Nueva Orleans y dirigido por Joseph Déjacque, quien fue testigo y enlace de primera magnitud entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Peleón, culto y enérgico, los debates que Déjacque plantea no dejan espacio para la tibieza, aunque sabe que «uno tiene que vivir en su siglo», por lo que trata de conjugar las ideas más radicales —y con amplitud de miras— con una realidad muy poco halagüeña, por no decir descorazonadora.</p> <p>La igualdad real entre sexos, el laberinto del comercio y el intercambio, el parasitismo, la propiedad de los medios de producción, las leyes, la denuncia de las diferentes formas de esclavitud y el salariado, la crítica de la autoridad y los jefecillos de tres al cuarto son algunas de las ideas que pueblan esta magnífica antología traducida y prologada por Diego Luis Sanromán.</p> <p>Anarquista de primera hora (entonces todavía se hacían llamar socialistas), Déjacque ha pasado a la historia por ser quien primero utilizó el término «libertario». Pero su aportación va mucho más allá. Su obra mantiene, casi doscientos años después, una lucidez, una vigencia y una energía arrolladoras. Aunque décadas atrás se publicó <em>El humanisferio</em>, esta es la primera antología de sus escritos que aparece en castellano. La furibunda crítica contra el capitalismo de rapiña de aquellos libertarios —que tenían una visión del progreso distinta a la que se profesa ahora— electrifica estas páginas. Escritos de una época lejana que, sin embargo, plantean cuestiones que siguen irresueltas y que, además, nos ponen delante de una realidad social un tanto desconocida: la de Estados Unidos a mediados del siglo XIX.</p>
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<p>¿Por qué algunos de los filósofos más importantes del siglo XX han elaborado conceptos de anarquía indispensables para comprender la situación contemporánea del pensamiento en materia de ética y política, sin nunca, sin embargo, reconocerse como anarquistas, ni movilizar un verdadero pensamiento del anarquismo, ni conseguir tampoco destituir la lógica de gobierno, a pesar de que adoptaban, contra la imposición de los modelos piramidales, el lenguaje geográfico de la superficie, los pliegues y la derrota de las vistas desde arriba? Como si el anarquismo fuera algo inconfesable, que habría que ocultar aún cuando se le roba lo esencial: la crítica de la dominación y de la lógica de gobierno. </p> <p>En <em>¡Al ladrón!</em> Catherine Malabou explora el concepto de anarquía en la obra de seis grandes filósofos contemporáneos (Reiner Schürmann, Emmanuel Levinas, Jacques Derrida, Michel Foucault, Giorgio Agamben y Jacques Rancière) desbloqueando los elementos para un pensamiento no gobernable, que vaya más allá de un llamado a la desobediencia, o de una crítica convencional del capitalismo. </p> <p>Frente a lo ingobernable, revueltas, protestas, desobediencia civil, un gobierno puede reaccionar de dos maneras. O bien negociar y acaso consentir un cambio de política. O bien reprimir. En ese sentido, lo ingobernable es lo que puede ser ora escuchado, ora dominado. </p> <p>Lo no gobernable, en cambio, solo puede ser dominado. La única manera de tratarlo es no tratar con él, ya sea ignorándolo activamente u oprimiéndolo, aplastándolo y hasta dándole muerte. Pero gobernarlo es definitivamente imposible porque es la marca de la imposibilidad y el fracaso de todo gobierno.</p>
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<p>En noviembre de 2005, con motivo de los anuales ASKEncuentros organizados por la Asociación Cultural Alfonso Sastre, tuvimos la oportunidad de dedicar unas cuantas horas a reflexionar, merced a la contribución de pensadores de la talla intelectual de Alfonso Sastre, José María Ripalda, Vicente Romano, Carlos Fernández Liria y Ricardo Alarcón de Quesada, acerca del tema del renacimiento de las utopías en tiempos que han sepultado entre los desechos del pensamiento y de la Historia las reaccionarias y mentecatas tesis que acerca del supuesto final de ésta –esto es, de la Historia– habían promovido a lo largo de la década de los noventa, tras la caída del muro de Berlín y la descomposición de la URSS, teóricos como Francis Fukuyama y sus adláteres.</p> <p>Nuestra convocatoria de entonces no era casual, pues se enmarcaba de lleno en el ideario inconformista de nuestra asociación y en su voluntad de intervenir en el debate cultural desde posiciones críticas. Tampoco era una convocatoria aislada, pues a lo largo de los últimos tiempos, y en lugares del mundo tan distintos y distantes como La Habana, México DF, Oviedo o Caracas, habían venido celebrándose una serie de encuentros semejantes bajo el común, espléndido, prometedor y contagioso lema de 'en defensa de la humanidad'. En esos encuentros hermanos del organizado por nosotros en el Centro Cultural Koldo Mitxelena de Donostia, pensadores, políticos, creadores y personas comprometidas con el mundo y con su tiempo fueron elaborando y promoviendo nuevas corrientes de pensamiento –o no tan nuevas quizás: las del pensamiento contestatario y crítico de siempre, pero actualizadas según la experiencia social y política a escala mundial de los últimos años y adecuadas, por tanto, a los nuevos tiempos– que, fundamentalmente, ponían en cuestión dos de los tótem más gratos al neoliberalismo rampante que ha pretendido apoderarse del mundo: ese supuesto final de la Historia al que aludíamos y la igualmente supuesta hegemonía ineluctable del capitalismo como sistema universal. <br /> <br /> La experiencia de esos ASKEncuentros de 2005 fue gratísima, tanto por la calidad de las contribuciones aportadas por los ponentes invitados como por el excepcional eco obtenido por las mismas entre el público asistente. Nos quedó, si acaso, la pequeña decepción de comprobar que el tema reclamaba mucha más atención de la que alcanzamos a otorgarle a lo largo de esas tres exiguas jornadas. En consecuencia, y para paliar esa carencia, hemos decidido centrar la edición de los ASKEncuentros de 2006 en el mismo tema al que dedicamos la del año pasado, trayendo en esta ocasión a algunos invitados que en el 2005 no pudimos incorporar al panel por problemas en sus respectivas agendas y completando la relación de conferenciantes con otras aportaciones de proyección internacional y, por supuesto, el mismo nivel de interés.</p> <p>En el nuevo panel de conferenciantes, repiten dos de lo que el año pasado ya estuvieron con nosotros –Alfonso Sastre y Carlos Fernández Liria– desde el momento que, con posterioridad a aquellos ASKEncuentros, ahondaron en las reflexiones que entonces apuntaron y las desplegaron y desarrollaron en sendos libros que, publicados ambos por la Editorial Hiru, se encuentran ya hoy en las librerías: De la posmodernidad a la neohistoria, de Sastre (colección <i>Pensar</i>, número 13), y Comprender Venezuela, pensar la democracia, escrito por Fernández Liria en colaboración con Luis Alegre Zahonero (colección <i>Pensar</i>, número 17).</p> <p>Además de con la suya, contaremos también con la presencia de Iroel Sánchez, Presidente del Instituto Cubano del Libro, Raúl Fornet-Betancourt, doctor en Filosofía y profesor en la Universidad de Bremen y Aachen, y Héctor Soto, antiguo viceministro de Cultura para el Desarrollo Humano del Gobierno Bolivariano de Venezuela y actual Director del Gabinete de dicho ministerio.</p> <p>En dos de las cinco sesiones de los presentes ASKEncuentros contaremos también con la participación actoral de Joxemari Carrere y Mikelazulo Taldea, quienes, recuperando una vieja costumbre de nuestra asociación que viene a reivindicar su nacimiento en el ámbito del teatro, nos deleitarán con sendas piezas breves a propósito del tema objeto de atención en estas jornadas. Con su sugerente juego teatral, con el fruto de las reflexiones y respectivas experiencias de nuestros ponentes invitados y con las siempre indispensables y vivas aportaciones al debate del público asistente a las sesiones, esperamos completar unos ASKEncuentros de 2006 que de nuevo sean memorables.</p>
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<p><em>¡Escucha hombrecillo!</em> levantó fuertes polémicas cuando salió a la luz en 1948. Es un libro clave que, para Wilhelm Reich, constituye una respuesta a los ataques pérfidos de la sociedad neurótica y "emocionalmente pestilente".</p> <p>Para esta nueva traducción del texto de Reich nos hemos remitido al original traducido del alemán al inglés por el psiquiatra Theodore P. Wolfe, amigo suyo. La publicación neoyorquina de ‘¡Listen, little man!’ se acompañó con los dibujos humorísticos del reconocido ilustrador William Steig. Hemos recuperado muchas de esas caricaturas originales enriqueciendo las páginas de la presente edición.</p> <p>Las lectoras y lectores de esta obra descubrirán un texto directo, políticamente incorrecto, vanguardista tanto en el fondo como en la forma. Crítica mordaz al “hombre corriente” –el pequeño hombre y la pequeña mujer–, gris y egoísta, suplicando orden y autoridad. La narración está construida mezclando reflexiones con diálogos entre Reich y esos hombrecillos y mujercillas que todos llevamos dentro, estableciendo un discurso sobre la mediocridad y la “normalización” social destructora de la vida, la naturaleza y lo diferente. Reich apuesta por el retorno al “animal humano” generoso, cooperativo, libre y gozoso.</p> <p>Las ideas originales de Wilhelm Reich cautivaron a Fromm, Marcuse, Adorno, Foucault, Hannah Arendt y Simone Weil. Influye abiertamente en los ‘beatniks’ y en las figuras relevantes de la contracultura (Ginsberg, Kerouac, Burroughs, Mailer, Salinger, Goodman), es el precedente de las comunas y de los ‘hippies’, del ecologismo antinuclear, del neocristianismo<br /> libertario, de las corrientes radical-utópicas, del situacionismo...<br /> En Mayo del 68, el movimiento estudiantil francés grafiteaba eslóganes reichianos. En la universidad de Frankfurt, en 1968, podía leerse una gran pintada advirtiendo: ‘¡Lee a Reich y actúa en consecuencia!’.</p>
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<p>Dentro de su prolífera producción conjunta, Gilles Deleuze y Félix Guattari escriben sus tres libros principales bajo la misma y fundamental pregunta: cómo derribar al capitalismo, cómo hacer estallar los dispositivos de su axiomática. Y proponen, para ello, una sola e invariable estrategia: el devenir revolucionario de todxs. Pero la táctica que conciben es diferente cada vez. Se trata de determinar, en cada coyuntura, un agente central del proceso revolucionario: los proletarios en la lucha de clases, en El anti-Edipo (1972); las minorías en su lucha contra los axiomas, en Mil mesetas (1980), y el "hombre" (el ciudadano ante lxs marginadxs) en la filosofía política, en ¿Qué es la filosofía? (1991). A contrapelo de las derivas esteticistas de la obra de Deleuze y Guattari y en abierta discusión con las teorías "realistas" que asumen hoy que no hay un más allá de lo que ofrece el capital, Jun Fujita Hirose ensaya una lectura de este tríptico de filosofía política como forma de actualizar la pregunta por la revolución. Y lo hace en una coyuntura específica: la de la crisis del COVID-19. Un verdadero momento de destrucción creativa, dice, en el que se está instaurando un nuevo régimen de acumulación del capital, bajo la hegemonía tecnológica y financiera china y con los metales raros como materia paradigmática. ¿Qué táctica le corresponde a esta nueva coyuntura?</p>
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<p>El hundimiento de la Unión Soviética permitió al establishment neoliberal global proclamar el fin del comunismo como aspiración política. Se realizó –y se sigue realizando– una grosera amalgama «totalitaria» entre el comunismo y el fascismo recurriendo a una moralización, quizá necesaria en otro aspecto, pero que en esencia pretendía enmascarar el carácter eminentemente emancipador y radicalmente político de la «idea» comunista.<br /> Esta obra pretende abrir una reflexión sobre la experiencia comunista sobre todo a partir de sus aspectos subjetivos y estéticos, en cuanto que ambos se vieron afectados por la deriva totalizadora fruto de la condición abstracta del proyecto. El cual implicaba la necesidad de un compromiso que, en nombre de un presente opresivo, se realizaba exclusivamente, en un acto de voluntarismo, sobre un futuro que, por eso mismo, era inexistente.<br /> Se trata, por tanto, de rescatar la subjetividad, como condición para la creación de ese «hombre nuevo» libre de las ataduras del sistema burgués y capaz de reconocer lo común, actuando sobre las paradojas, cuya tensión refleja la lucha de contrarios propia del materialismo dialéctico que se aproxima al pensamiento taoísta, aun reconociendo las aportaciones de pensadores como Agamben o Badiou. En este sentido, el autor avanza una compleja y fascinante aproximación filosófica y psicológica de la que emerge ese ser que se reconoce en la «necesidad del comunismo» con el desarrollo empático de lo común.</p> <p>Particularmente brillantes son las páginas que dedica al realismo socialista, del que propone una lectura que huye del simplismo del canon burgués y que le lleva a juzgar críticamente el papel antirrevolucionario de movimientos como la action painting o el political pop.</p> <p>Se trata, pues, de una obra original, profunda y llena de sugerencias que sin duda abre nuevas y luminosas perspectivas en el sombrío mundo que ha construido el capital.</p>
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<p>Ensayista e historiador incómodo y brillante, Shlomo Sand estudia, en esta nueva y controvertida obra, la historia y actualidad de la figura del intelectual francés, trazando un análisis cultural que ilumina la Francia del siglo XX. Durante sus estudios en París y a lo largo de toda su vida, Shlomo Sand ha frecuentado a los «grandes pensadores franceses», cuyo milieu –el mundo intelectual de París y sus secretos– conoce íntimamente.</p> <p>Con todo este bagaje, el autor examina y desbroza parte de los mitos relacionados con la figura del «intelectual» que Francia se enorgullece de haber dado al mundo. Mezclando los recuerdos personales con el rigor analítico, revisita una historia que, desde el caso Dreyfus hasta después del dramático asalto a la redacción de Charlie Hebdo, se presenta como una decadencia de largo recorrido. De esta suerte, Sand, que en su juventud fue un gran admirador de figuras de talla universal como Sartre o Camus, se sorprende hoy día al ver cómo el intelectual parisino se encarna en las personalidades mediáticas de un Michel Houellebecq, un Eric Zemmour, un Alain Finkielkraut...</p> <p>Al final de una obra dura y sin concesiones, el autor se interroga en particular por la judeofobia e islamofobia de las «elites» que dominan la escena francesa, que contempla con mirada irónica y desengañada.</p>
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<p>En "¿Para qué sirve?" Sara Ahmed continúa el trabajo que comenzó en "The Promise of Happiness" y "Willful Subjects" tomando una sola palabra, en este caso, uso, y rastreándola por todas partes. La autora muestra cómo el uso se asoció con la vida y la fuerza en el pensamiento biológico y social del siglo XIX y analiza cómo el utilitarismo aportó un conjunto de técnicas educativas para moldear a los individuos dirigiéndolos hacia fines útiles. Ahmed también explora cómo los espacios se restringen a algunos usos y a algunos usuarios, con una referencia específica a las universidades. Sin embargo, señala el potencial del uso queer: cómo se pueden usar las cosas de formas para las que no estaban destinadas, o por aquellas personas para quienes no estaban destinadas. Ahmed plantea el uso queer como una forma de reactivar el proyecto del trabajo de la diversidad como una tarea cotidiana y minuciosa para abrir las instituciones a aquellas personas que históricamente han sido excluidas.</p> <p> </p> <p> </p>
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<p>Un polémico recorrido a través de las creencias religiosas y sus orígenes económicos. Desde una perspectiva absolutamente crítica y enraizada en los planteamientos de la clase dominada, analiza el teísmo de la clase dominante. Para ello, realiza un polémico recorrido a través de las creencias religiosas y de sus orígenes económicos, así como un ataque a ciertas ideas fijas pretendidamente originarias del cristianismo.</p>