Filosofia

  • Desesperar

    9,00
    <p>S&oacute;lo la desesperaci&oacute;n nos libera de la mentira interior; s&oacute;lo ella nos devuelve a la realidad &aacute;rida,&nbsp;desnuda, casi cad&aacute;ver, de una condici&oacute;n humana ajena al menor brillo y a la m&aacute;s nimia trascendencia. Instrumento de la liquidaci&oacute;n sumaria de toda Quimera, podr&iacute;amos definir la desesperaci&oacute;n como un abrir los ojos sin cobard&iacute;a ante el fantasma de lo que creemos que somos; un reconocimiento fr&iacute;o y sosegado de nuestra peque&ntilde;ez de mugre, de nuestra insignificancia de ruido tenue en medio de una noche cualquiera, de nuestra impotencia de hojarasca mecida por los vientos m&aacute;s comunes.</p>
  • <p>Este libro supone una contribuci&oacute;n al conocimiento de la himnograf&iacute;a neoplat&oacute;nica de la escuela de Atenas en el siglo V d.C. Proclo Licio Di&aacute;doco, &uacute;ltimo sabio de la Antig&uuml;edad, cumple el proyecto de elaborar una s&iacute;ntesis teol&oacute;gica de la tradici&oacute;n hel&eacute;nica y extranjera. Su poes&iacute;a, conservada en una peque&ntilde;a parte de entre los numerosos himnos que compuso, est&aacute; escrita en el metro y la lengua de Homero. Estos himnos te&uacute;rgicos de Proclo coronan la sinfon&iacute;a de las teolog&iacute;as plat&oacute;nica, pitag&oacute;rica, &oacute;rfica y caldea. El fil&oacute;sofo-poeta se erige, como se&ntilde;ala su disc&iacute;pulo Marino, en hierofante del mundo entero.</p>
  • <p><span style="font-size: 10pt;">A partir de un problema de traducci&oacute;n de un discurso de la comandante zapatista Ana Mar&iacute;a, el autor inicia una indagaci&oacute;n acerca del tipo de pensamiento, de la concepci&oacute;n del mundo, en fin, que hay detr&aacute;s de unas lenguas (tzeltal, tojolabal...) en cuya sintaxis no hay complemento directo, simplemente porque la relaci&oacute;n sujeto/objeto,&nbsp;caracter&iacute;stica del pensamiento occidental, no existe. Y es as&iacute; porque en las comunidades ind&iacute;genas s&oacute;lo existe relaci&oacute;n entre iguales, es decir, no se concibe relaci&oacute;n alguna con lo que es exterior al individuo -ni entre individuos- que no se d&eacute; sobre un plano de reciprocidad. Los tres ensayos que componen <i>El mito de la Raz&oacute;n</i>, &ldquo;se presentan como tres momentos de una reflexi&oacute;n sobre nuestra cosmovisi&oacute;n&rdquo;, una visi&oacute;n del mundo basada en el pensamiento escindido (cultura/naturaleza) que arranca de la Grecia cl&aacute;sica y que, como forma de raz&oacute;n positiva, se ha erigido en principio de evaluaci&oacute;n universal, en tanto raz&oacute;n objetiva: la Raz&oacute;n. Esta escisi&oacute;n se corresponde con la divisi&oacute;n social y la din&aacute;mica de sometimiento a trav&eacute;s de la esclavitud, la servidumbre, y el asalariado que fundamentan la civilizaci&oacute;n occidental desde hace siglos y que se orienta hacia el dominio y valorizaci&oacute;n del mundo en tanto objeto exterior al sujeto. En este sentido, la negaci&oacute;n del &ldquo;pensamiento racional&rdquo; en los llamados pueblos primitivos es una condici&oacute;n previa a su sometimiento y colonizaci&oacute;n por parte de la cultura occidental. Prosiguiendo la senda de las corrientes m&aacute;s cr&iacute;ticas y desprejuiciadas de la antropolog&iacute;a (Pierre Clastres, Marshall Sahlins...), <b>Georges Lapierre</b> polemiza con algunos fil&oacute;sofos e historiadores (Jean-Pierre Vernant y Pierre Vidal-Naquet) y expone sus objeciones a lo que ser&iacute;a &ldquo;el Mito del nacimiento de la Raz&oacute;n&rdquo; del que se nutre la cultura en Occidente.</span></p>
  • <p>La clave de b&oacute;veda de estos ensayos puede ser la siguiente: la &laquo;contrarrevoluci&oacute;n&raquo; de la d&eacute;cada de 1980 corre paralela a una transformaci&oacute;n del modo de producci&oacute;n que no puede leerse, como nunca lo fue en la &laquo;tradici&oacute;n&raquo; operaista, tan s&oacute;lo desde el punto de vista del capital. La experiencia contempor&aacute;nea nos dice que el &laquo;lugar del trabajo&raquo; ha desaparecido precisamente porque toda la vida ha sido puesta a trabajar. &Eacute;ste es el contenido extraordinario del an&aacute;lisis del prof&eacute;tico Fragmento sobre las m&aacute;quinas de los <em>Grundrisse</em> marxianos que nos ofrece Virno.</p>
  • <p>[...]<em>Pegar una estampilla, ser operado de apendicitis, utilizar un distribuidor autom&aacute;tico, en estos actos variados descubre coherencias o consecuencias inesperadas, en ocasiones una funci&oacute;n ritual y m&aacute;gica. As&iacute;, desgarra el velo de indiferencia que cubre el mundo cotidiano: el suceso se convierte en cuento maravilloso en virtud de una mirada que rechaza las evidencias ostentadas. De este modo, Jarry hace aparecer mitos hasta entonces invisibles: en las p&aacute;ginas que siguen veremos el retorno regular de la m&aacute;quina que se interpone entre el hombre y el mundo y que se convierte en el objeto de un conflicto terrible. M&aacute;quinas muy reales (como el &laquo;castigador ortom&aacute;tico&raquo; de &laquo;Azotar a las mujeres&raquo;) o m&uacute;ltiples m&aacute;quinas metaf&oacute;ricas tienen una doble funci&oacute;n: aplastar al hombre y su deseo, pero tambi&eacute;n hacerle sospechar que no es m&aacute;s que una m&aacute;quina que se ignora a s&iacute; misma</em>.[...]</p> <p>[...] En las cr&oacute;nicas que aqu&iacute; se re&uacute;nen, Jarry sigue escrupulosamente esta regla: &eacute;l medita sobre gastos cotidianos, peque&ntilde;as pr&aacute;cticas sociales, se interroga acerca de lo que hacemos maquinalmente, acerca de lo que nos sucede.</p>
  • <p>[...] La vida es bella para quien traspasa las fronteras de lo convencional, se evade del infierno industrial y huye lejos del humo insalubre de las f&aacute;bricas y del hedor pest&iacute;fero de las tabernas; para quien se despreocupa de las restricciones de la respetabilidad, de los temores del &laquo;qu&eacute; dir&aacute;n&raquo; y de las murmuraciones vulgares. La vida es bella para el anarquista. [...] Antes una choza, un vaso de agua y un pu&ntilde;ado de casta&ntilde;as, que la labor en com&uacute;n con quien no place. Que toda la civilizaci&oacute;n perezca con sus casas de seis pisos, sus ascensores, sus aeroplanos, sus r&aacute;pidos, su telegraf&iacute;a sin hilos y sus monstruos marinos de guerra, si todo esto hace aumentar la dependencia del individuo. [...]</p>
  • ES

    30,00
    <p>Fruto de 40 a&ntilde;os de tentativas, intenta el descubrimiento de (partes de) la gram&aacute;tica de una lengua viva, inexistente, e.e. fuera de la Historia . El m&eacute;todo pu&eacute;s se contrapone con el de la Ling&uuml;&iacute;stica Hist&oacute;rica Comparativa, en especial indoeuropea; y trata de enlazar el descubrimiento con los ricos y firmes resultados de la Ling. Hist. Comp. I.ea., que dan al estudio su fundamento, y, con muchos de sus problemas no resueltos, incitaci&oacute;n. Se centra y origina en el &iacute;ndice &ndash;ES- ( el que dura todav&iacute;a en esp. &ndash;se de ese, C&oacute;pula es, -s de Dios, -s de 2&ordf; pers.&nbsp; sg. , entre otros sitios) y a partir de ah&iacute; se refiere a muchos otros &iacute;ndices monofonem&aacute;ticos, que como tales se contraponen a la palabra, difonem&aacute;tica en principio. Tras unas &lsquo;Razones del estudio&rsquo;, I &lsquo;Presentaci&oacute;n del problema: el &iacute;ndice S/ES/SO&rsquo;, II &lsquo;Cuestiones de m&eacute;todo, t&eacute;rminos y tipos&rsquo;, III &lsquo;Fon&eacute;mica y prosodia&rsquo;, IV &lsquo;Lista de &iacute;ndices monofonem&aacute;ticos&rsquo;, V &lsquo;Esquema regresivo de gram&aacute;ticas&rsquo;, y cuatro ensayos ex cursu sobre problemas morfol&oacute;gicos necesitados de esclarecimiento.</p>
  • <p>Ante tanto horror deshumanizante que los grandes desaf&iacute;os de la sociedad actual y la convivencia entre diferentes nos hace experimentar, como si no existiese un &aacute;pice de esperanza en la propia condici&oacute;n humana, este texto interfiere directa y positivamente en nuestro estado de &aacute;nimo, afirmando que en cada uno de nosotros y de nosotras, tenemos biol&oacute;gicamente instaurado el &quot;instinto&quot; humano del cuidado de la prole. Si en el origen de la humanidad radica &quot;el cuidado de la especie&quot;, potenciar incondicionalmente este precioso &quot;instinto&quot; es la real tarea pendiente, cuyas consecuencias no ser&iacute;an otras que la tan deseada estabilidad del psiquismo humano. Necesitamos urgentemente ganar la batalla a la auto-destrucci&oacute;n.</p>
  • <p>Otto Gross (1877-1920). Asistente de Sigmund Freud y uno de los primeros investigadores del psicoan&aacute;lisis. En Munich entra en contacto con los c&iacute;rculos de la bohemia revolucionaria y rompe con Freud a causa de la orientaci&oacute;n cr&iacute;tica y pol&iacute;tica que le da a la t&eacute;cnica psicoanal&iacute;tica. Otto Gross tuvo una considerable influencia sobre los artistas y escritores de su generaci&oacute;n, entre ellos, Franz Kafka, a quien conoci&oacute; durante su estancia en Praga, que se inspir&oacute; en su detenci&oacute;n y encierro en un psiqui&aacute;trico, cuyo art&iacute;fice fue el padre, para la redacci&oacute;n de su obra <i>El proceso</i>.</p>
  • <p>La tradici&oacute;n que hace de Prometeo (el que ve por anticipado, el previsor) el padre mitol&oacute;gico de la t&eacute;cnica y del progreso tecnol&oacute;gico, olvida la figura de su hermano gemelo Epimeteo (el descuidado u olvidadizo, el que ve s&oacute;lo demasiado tarde, una vez consumadas las cosas), de cuyo pecado de omisi&oacute;n, que deja al hombre desnudo y desarmado frente a la naturaleza, se deriva la peculiar condici&oacute;n de la humanidad, asociada inalienablemente a esa &quot;conquista del espacio y del tiempo&quot; que, a trav&eacute;s de la exteriorizaci&oacute;n de la t&eacute;cnica, lo inscribe sin remedio en la &quot;conciencia de la muerte&quot;. A partir de la confluencia entre estas dos figuras geminadas y contrapuestas, Bernard Stiegler aborda la revoluci&oacute;n tecnol&oacute;gica en su radical autonom&iacute;a, en el seno de una estirpe al mismo tiempo antropol&oacute;gica y filos&oacute;fica a cuya luz se adivina el surgimiento &ndash;casi, dir&iacute;amos, filogen&eacute;tico&ndash; de un hombre nuevo, un hombre &quot;en otra escala&quot;, un sobre-hombre del que apenas si sabemos algo todav&iacute;a pero que debemos analizar lejos tanto del rechazo apocal&iacute;ptico como del entusiamo tecnoman&iacute;aco si queremos afrontar el &quot;cambio de &eacute;poca&quot; en condiciones de comprender, y quiz&aacute;s gestionar, &quot;el proceso de decisi&oacute;n&quot;. De Leroy-Gourham a Heidegger, el primer tomo de este libro exigente, riguroso e indispensable, plantea el angustioso interrogante de la revoluci&oacute;n tecnol&oacute;gica &nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; en la encrucijada m&uacute;ltiple de la historia de las t&eacute;cnicas, la filosof&iacute;a, la paleontolog&iacute;a, la mitolog&iacute;a y la investigaci&oacute;n cultural.</p>
  • <p>Si &laquo;El pecado de Epimeteo&raquo; se propon&iacute;a demostrar que el hombre est&aacute; necesitado de &laquo;orientaci&oacute;n&raquo; (de asistencia &laquo;t&eacute;cnica&raquo; en el extrav&iacute;o de su naturaleza) porque est&aacute; &laquo;originariamente desorientado&raquo;, la segunda parte de la obra de Stiegler nos enfrenta a la particular desorientaci&oacute;n de una &eacute;poca, sometida a la &laquo;industrializaci&oacute;n de la memoria&raquo;, en la que el tiempo devora el espacio y de la que, por tanto, est&aacute;n ausentes &laquo;los puntos cardinales&raquo;. Las nuevas t&eacute;cnicas anal&oacute;gico-num&eacute;ricas de tratamiento y conservaci&oacute;n del saber, que cubren todo el campo de las ciencias, desde la biolog&iacute;a hasta la producci&oacute;n militar, implican la generalizaci&oacute;n industrial de eso que Husserl llamaba &laquo;objetos temporales&raquo;. En el marco del nuevo calendario el &laquo;flujo de conciencia&raquo; de la colectividad mundial coincide con las emisiones temporales de los productos de las &laquo;industrias de programas&raquo;, con la consiguiente subversi&oacute;n del concepto mismo de &laquo;acontecimiento&raquo;. La posibilidad de &laquo;juzgar&raquo;, de tomar decisiones, de mantener abierto el espacio de la polis (inseparable de esa t&eacute;cnica primera que fue la escritura) en el &laquo;tiempo real&raquo; de las nuevas tecnolog&iacute;as es el reto que nos obliga a asumir Stiegler a partir de una historia de la imagen y de la escritura sobre el fondo &ndash;o contra &eacute;l&ndash; del pensamiento fenomenol&oacute;gico. La tercera parte de La t&eacute;cnica y el tiempo, titulada El Cine, acaba de aparecer en Francia.</p>
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